Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Masacre: Blanco, negro y sangre

Masacre: Blanco, negro y sangre
Guion
Tom Taylor, Ed Brisson, James Stokoe, David y Maria Lapham, Karla Pacheco, Daniel Warren Johnson, Jay Baruchel, Frank Tieri, Stan Sakai, Christopher Yost, Sanshiro Kasama, Michael Allred
Dibujo
Phil Noto, Whilce Portacio, James Stokoe, Peter Woods, Leonard Kirk, Daniel Warren Johnson, Paco Medina, Takashi Okazaki, Stan Sakai, Martin Coccolo, Hikaru Uesugi, Michael Allred
Color
Phil Noto, Rachelle Rosenberg, James Stokoe, Peter Woods, Daniel Warren Johnson, Federico Blee, Takashi Okazaki, Mattia Iacono, Hikaru Uesugi, Laura Allred
Formato
Tapa blanda. 136 páginas Color / Blanco y negro. 23.4 x 33 cm
Precio
19,95 EUR
Editorial
Panini Comics. 2022
Edición original
Deadpool: Black, White & Blood 1-5

¿Qué es negro, blanco y rojo por todas partes? ¡Una colección de historias de Masacre! En la tradición de Lobezno: Blanco, negro y sangre, este volumen recoge un conjunto de relatos protagonizados por el Mercenario Bocazas, firmados por algunos de los mejores autores de Marvel y reproducidos a tamaño gigante. ¡Masacre al límite y más salvaje que nunca! Es como una película clásica en blanco y negro, pero con mucha más sangre.

La antología de historias cortas de Batman: Black & White abrió un filón para que la propia editorial DC Comics y su competencia más directa, la Casa de las Ideas, se lanzaran a encargar a sus autores más punteros más relatos breves con predominancia del bitono. Así, dentro de DC nos encontraríamos posteriormente con Harley Quinn: Black, White and Red, Superman: Red and Blue y Wonder Woman: Black & Gold, de reciente publicación en nuestro país. Por supuesto, en Marvel Comics no se iban a quedar atrás, y así hemos tenido Lobezno: Blanco, Negro y Sangre, la inminente Elektra: Blanco, Negro y Sangre, y este Masacre: Blanco, Negro y Sangre. Mientras que en DC juegan con algunos de los colores icónicos de sus personajes, en Marvel se han decantado por dar protagonismo a aquellos personajes más proclives a dejar un reguero de sangre tras sus aventuras. Es decir, en Marvel Comics no hay personaje más asociado con el color rojo que Daredevil, y dudo que le lleguemos a ver en una historia con tal altas dosis de violencia y hemoglobina.

Blanco, negro y sangre

Como en la mayoría de antologías de estas característica, y pese al alto nivel de los autores involucrados en el experimento, el resultado es desigual. No deja de tratarse de ua colección de historietas breves de encargo, en las que los autores no se sienten obligados a lucirse ni a dejar su impronta como cuando se hacen cargo de una etapa en una serie regular o crean una novela gráfica de mayor duración. Así, la primera historia, obra del guionista Tom Taylor (Siete Secretos, DCsos) y el dibujante Phil Noto (Cable, Daredevil: La muerte de Daredevil) no deja de ser una boutade naïf con la lobezna Honey Tejón de invitada. Por el contrario, Ed Brisson (Nuevos Mutantes, Motorista Fantasma) y Whilce Portacio (Comandante X, Heroes Reborn: Iron Man) recrean la era dorada de la Image noventera (de la que, recordemos, Portacio tal vez fuera el autor menos dotado), con una historia que lleva a Masacre a visitar un hermético país del norte de Asia a recuperar una cinta de VHS perdida de su idolatrada Bea Arthur. El dibujo de Portacio ha aprendido más de la forma que del fondo, puesto que si bien mantiene los tics propios de la época, como la profusión de splash-pages, su trazo se nota más maduro y sobrio (aunque no pueden faltar las rayitas a espuertas). James Stokoe (Aliens: Órbita muerta, Superman: Red and Blue), con su característico estilo cartoon y exagerado nos trae una alocada historia en la que Masacre va a visitar al mutante Rojo Omega, que ha fundado una especia de república soviética independiente en medio de un páramo canadiense. Todo muy loco y desmesurado, como se puede esperar de una historia de estas características.

También se dejan llevar por el desenfreno David Lapham (Balas Perdidas, Crossed) con Maria Lapham al guion y Pete Woods (Spiderman / Masacre) al dibujo, en una aventurilla en la que Zebediah Killgrave, el Hombre Púrpura, obliga a Masacre a ser su guardaespaldas particular contra Daredevil. Una historieta sencilla, con pocas pretensiones, pero con un poso agridulce al recordarnos a su vieja compañera de aventuras Inez Temple, con la que Wade compartió algo más que tiroteos durante su etapa como Agente-XKarla Pacheco (Spiderwoman) y Leonard Kirk (Escuadrón Supremo) hacen formar equipo a Masacre con el mutante Gambito en una aventurita playera con muchos tiroteos, vampiros y explosiones; una vez más, una historia intrascendente sin mucho donde rascar y hecha, aparentemente, para salir del paso. Daniel Warren Johnson (Murder Falcon, Bill Rayos Beta) baja el nivel de salvajismo y espectacularidad al que nos tiene acostumbrados para rememorar su primer encuentro con el personaje en una tienda de cómics a la que fue de niño con su padre, y usa este recuerdo para tratar de encontrar una buena historia que contar. ¿El resultado? Un guion a medio gas con un dibujo más que bueno.

Jay Baruchel (Flash Especial 750) y Paco Medina (Asombroso Spiderman: Beyond, Hijos del Átomo: Imposibles) recuperan el espíritu más gamberro de Masacre con una historia que contiene pingüinos, monjas que son en realidad neonazis disfrazados y muchos desmembramientos. Justo el nivel de ida de olla que se espera de una aventura del mercenario bocazas. Frank Tieri (La vieja Harley, Matanza Absoluta) y Takashi Okazaki (Afro Samurai) ponen a competir a Masacre con otro de los mejores asesinos a sueldo del Universo Marvel: Bullseye. Un contrato, un objetivo y un solo cheque para quien cumpla la misión son la excusa para un festival de trampas mortales que protegen a la víctima potencial de sus asesinos: matones, ninjas, zombies… Como si de superar fases de un videojuego se tratara, Masacre y Bullseye unirán fuerzas hasta llegar a su blanco (y luego, dios dirá). Stan Sakai (Usagi Yojimbo) se lleva a Masacre en un viaje por el tiempo y el espacio en búsqueda de su arma ideal: probará un mangual contra soldados medievales, un hacha de mano contra un vikingo en un páramo helado y un par de revólveres contra un cowboy hasta encontrar las armas que le definirán en el futuro, que no son otras que el par de katanas que siempre lleva a la espalda. Por supuesto, estando Sakai al guion y al dibujo, no es raro que haya samuráis de por medio, aunque el resultado sea bastante deslucido si lo comparamos con sus habituales aventuras protagonizadas por Miyamoto UsagiChristopher Yost (Batman: Calles de Gotham) y Martin Coccolo (Green Lantern) nos traen la que posiblemente sea la aventura mejor dibujada del tomo, y además con un argumento tan absurdo como cabría esperar: I.M.A. contrata de urgencia a Masacre para acabar con un experimento genético que ha salido mal. El dibujo de Coccolo, con detalles de aguada y colores de Mattia Iacono, es de lo mejor del libro. Sanshiro Kasama e Hikaru Uesugi barren para casa trayendo a colación su obra conjunta Masacre Samurai y enfrentando al Mercenario Bocazas con uno de los característicos villanos de esa colección. Como suele ser habitual en los shonen, el estilo de grandes splash-pages y narración acelerada a base de puñetazos sirve sólo como anticipo de lo que podemos encontrar en esa serie. El tomo se cierra con otra aventurilla del marciano Michael Allred (Madman, Fundación Futuro), con la participación de otro personaje que creó durante su etapa en X-Force junto a Peter Milligan: el inclasificable Doop.

Blanco, negro y sangre

Pese a todo lo comentado en esta reseña, el resultado global es francamente positivo… si eres capaz de entrar en el juego de historias cortas en bitono y le tienes el punto de humor negro pillado al personaje. Este Masacre: Blanco, Negro y Sangre es una adición curiosa para los coleccionistas de Masacre; un experimento de guion, dibujo y color que tal vez en algún momento dé visos de agotarse, pero que por ahora todavía muestra suficiente fuerza como para seguir adelante, al menos hasta que Marvel se quede sin personajes con suficientes tonalidades de rojo sangre para llenar sus páginas.