El mundo es sencillo. Existe el bien. Existe el mal. Y existe Batman: Black and White. El tercer volumen de esta serie, ganadora del premio Eisner, recopila 33 aventuras del Caballero Oscuro por algunos de los autores más reputados del sector. Incluye además una galería de bocetos utilizada en los diseños de la serie de estatuas de Batman: Black and White de DC Direct. Con talentos de semejante calibre no hay zonas grises.
Muchas antologías sufren el problema de reunir a un elenco de autores tan dispar que el resultado final resulta agridulce. Esta disparidad se acentúa en las entregas sucesivas de tales antologías, cuando los autores de primera fila ya han participado, y el nivel artístico va descendiendo. No obstante, viendo el plantel de autores reunido en esta tercera entrega de la antología Black and White, nadie lo diría, pues contamos aquí con guionistas de la talla de Ann Nocenti (Asombroso Spiderman), Brian Azzarello (Moonshine), Ed Brubaker (The Fade Out), Geoff Johns (Flash), Julius Schwartz (Batman) o Mark Schultz (Superman), y dibujantes de la categoría de Alan Davis (Thanos: Los hermanos del infinito), Brent Anderson (Astrocity), Chris Bachalo (Asombroso Spiderman), Darwyn Cooke (Antes de Watchmen: Minutemen), Dick Giordano (Wonder Woman: La Guerra de los Dioses), Jill Thompson (Wonder Woman: La verdadera amazona), Mike Wieringo (Batman: Contagio) o Sean Phillips (Fatale), entre otros. Por tanto, podemos decir, sin lugar a dudas, que este volumen mantiene el novel de los dos anteriores. Para más señas, podéis echar un vistazo a la reseña del volumen anterior, publicada aquí.
Dibujo de Alan Davis
Esta compilación de historias cortas nos muestra diversa interpretaciones y facetas del Caballero Oscuro: el soldado, el detective, el maestro del disfraz, el huérfano… Incluso la niñera ocasional. Todas válidas, todas canónicas y todas hecha desde el máximo cariño y respeto por el personaje. Incluso hay algunas de carácter más humorístico, porque si algo nos han enseñado los cómics, es que no todo en Gotham tiene que ser sórdido, y que incluso el Señor de la Noche se puede permitir una sonrisa de vez en cuando. También hay sitio para la nostalgia, en forma de los antiguos edificios que antaño estaban diseminados por Gotham, fruto de la Silver Age del personaje, y que nos retrotraen a los tiempos en los que el Dúo Dinámico se enfrentaba a sus pintorescos enemigos sobre gigantescas tostadoras o máquinas de escribir. Y, por supuesto, el Gotham más gótico está representado por sus gárgolas, testigos silenciosos de la lucha nocturna de Batman contra el crimen. Si hay algo que he echado de menos leyendo este volumen es a más personajes de la bat-familia y la galería de villanos de Batman. Aparte de Harley Quinn, el Espantajaros y el Acertijo, o de Batgirl y Hiedra Venenosa, que protagonizan una maravillosa historia dibujada por Dan DeCarlo (Sabrina the Teenage Witch), no hay rastro de Robin, el Joker o el Pingüino, por ejemplo. Aquí, la lucha de Batman se centra en el crimen urbano, la mafia y los pequeños delincuentes, que son el auténtico mal de Gotham. También hay sitio para que Alfred Pennyworth tenga su momento de protagonismo, con una emotiva historia sobre fantasmas de sidekicks pasados.
De entre todas las historias de este tomo, yo nombraría unas cuantas que, bien por su guion o por su dibujo, destacan por encima de las demás:
La llamada, de Mark Schultz y Claudio Castellini: Batman recurre a Superman para que le ayude a salvar la vida de una chica inocente herida en un tiroteo. Ambos héroes discuten sobre sus respectivos métodos y cómo se necesitan mutuamente.
El día y la noche en blanco y negro, de Mike Carlin y Dan DeCarlo: Una visión del día y la noche en Gotham City, protagonizada por la bibliotecaria Barbara Gordon y la botánica Pamela Isley, y sus respectivas identidades secretas como Batgirl y Hiedra Venenosa.
En resumidas cuentas, de Michael Golden y Jason Pearson: 8 páginas de acción desenfrenada sin apenas diálogos, en una lucha sobre los tejados de Batman contra una banda de payasos. Toda una lección de narrativa.
Donde reinan los monstruos, de Paul Grist y Darwyn Cooke: porque Cooke. Y punto.
Dibujo de Bill Wray
Última ronda en McSurley’s, de Mike W. Barr y Alan Davis: en el bar de McSurley’s se reúne cada noche lo peor de Gotham City, por lo que Batman tiene especial interés en acudir allí en busca de información.
El monumento, de Darwyn Cooke y Bill Wray: un multimillonario agradecido levanta en Gotham un monumento a Batman, que levanta aplausos y rechazos a partes iguales. Pero, ¿de qué lado está Bruce Wayne?
Remodelación urbanística, de Will Pfeiffer y Brent Anderson: un canto de amor a la Gotham de la Silver Age, más colorida y divertida que la actual.
El tomo se cierra con una galería de fotos y bocetos de las estatuas que DC Direct hizo con las versiones de Batman que aparecieron en anteriores entregas de la antología Black and White, obra de grandes autores como Brian Bolland, Tim Sale y Jim Lee, entre otros.
Dibujo de Dan DeCarlo
Dos años ha tardado ECC Ediciones en reeditar este volumen, que ya salió en verano de 2016 con un error de impresión que obligó a retirar la tirada. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que la espera ha merecido la pena (aunque podían haber aprovechado el impasse para corregir alguna errata en el texto), a la vista de la maravillosa edición con la que se cierra, por fin, la publicación de esta antología en castellano. Imprescindible.
