Ya hemos contado varias veces que Los Nuevos Vengadores de Brian Michael Bendis surgieron con la finalidad de volver a vertebrar todo el Universo Marvel. Joe Quesada dio vía libre al escritor para usar a todo aquel personaje que le diera la gana, por muy ajeno que fuera al entorno de los Héroes más poderosos de la Tierra.
Durante el primer lustro del mandato de Joe Quesada, todas las colecciones del Universo 616 fueron estancas las unas de las otras. Esto vino estupendamente para que autores como Grant Morrison, J.M. Straczynski, Peter Milligan o Garth Ennis pudieran desarrollar sus historias sin interferencias editoriales. Pero amigos, las ventas mandan y a los aficionados nos va la marcha, por lo que en 2005 todas las cabeceras Marvel volvieron a alinearse para el crossover Dinastía de M.
Este fue el pistoletazo de salida para devolver una tradición que, si bien de vez en cuando nos da sorpresas muy agradables (como Secret Wars o Infinito de Jonathan Hickman), por lo general solo sirve para lastrar el ritmo de las series mensuales. No obstante, aquellos primeros cruces todavía fueron bastante notables. Tras la Dinastía de M llegaría la Civil War de Mark Millar, que dejó patas arriba todom con el bando pro registro persiguiendo con todo su poder a aquellos que se opusieron al régimen totalitario de Iron Man.
Buen marrón les cayó a autores como Ed Brubaker o el propio Bendis, que, sin ser participantes en la cabecera principal del evento, les tocó apechugar con sus consecuencias. En el caso de estos Nuevos Vengadores se nota mucho que la Guerra Civil interfirió con el plan a largo plazo que BMB estaba desarrollando desde el comienzo de la serie, con esa fuga de villanos causada por un personaje en la sombra y que sentaría las raíces de su Invasión Secreta.
Los Nuevos Vengadores: Revolución. Arrastrando las consecuencias de Civil War
Digo esto porque se nota que los cinco episodios americanos de este Nuevos Vengadores: Revolución son un pegote en su mayoría. Probablemente se trate de un relleno impuesto por la editorial para que los eventos no se solapen. Y es que amigos, el número que cierra esta sexta entrega entronca directamente con el mencionado crossover de Invasión Secreta. No diremos más porque es posible que alguien todavía no sepa de qué va la vaina o siga la edición de Marvel Must Have de Panini (cuyo orden de publicación no puede ser más caótico, publicando los eventos un poco al tuntun sin intercalarlos como debe con esta cabecera). Sin ir más lejos, cuando escribo esto no solo se ha publicado Invasión Secreta, también Asedio y el mes que viene Miedo Encarnado.
Para cumplir con la papeleta, los autores de este tomo nos presentan a unos remozados Nuevos Vengadores formados por Spider-Man (con el traje negro), Luke Cage, Puño de Hierro, Doctor Extraño, Spider-Woman, Lobezno y un nuevo Ronin. Esta particular alineación se pasará buena parte del tomo recibiendo hostias como panes a la par que deambulan de un lado a otro.
Ya sea una (más que original) trampa plantada por Los Poderosos Vengadores o una huida hacia delante para no caer en las garras de Tony Stark, este grupo clandestino acabará en Japón donde se desarrolla casi toda la trama que nos ocupa en forma de una pelea sin fin contra La Mano, liderada por Elektra.
Es destacable también el uso que hace Bendis de Maya López, más conocida como Eco. La “heroína” creada por David Mack y Joe Quesada en Daredevil Vol.2 9 es uno de esos personajes puchies como Sentry, que solo resultan mínimamente interesantes si son escritos por su creador original. Al menos, de la buena de Maya se puede decir que es el catalizador y/o excusa para que un puñado de héroes forajidos acaben dándose de leches contra Ninjas, lo que por otro lado, siempre es bien.
El arte de este sexto volumen de Los Nuevos Vengadores viene firmado por Leinil Francis Yu. Al margen de que este dibujante filipino guste más o menos, hay que reconocerle que por lo menos es regular. Se encarga del dibujo de todos los números con unos resultados bastante aceptables dentro de lo que es su estilo. Sigo echando en falta una narrativa más clara en las escenas de acción y tampoco me gusta que cuando dibuja grupos siempre parezca que estos flotan en el aire. Más allá de estom por lo menos otorga una cohesión gráfica a la historia.
La edición de Panini lleva los extras habituales de la colección Marvel Must-Have, consistentes en galería de portadas alternativas y bocetos, así como numerosos textos hablando del contexto de la obra, sus autores o una cronología con los principales acontecimientos del Universo Marvel.