Y llegó un día aciago para los Vengadores. Una jornada en la que los héroes más poderosos de la Tierra quedaron sumidos en una gran oscuridad provocada por la Bruja Escarlata (quién todavía estaba destinada a trastocar aún más el cosmos marvelita), que dio como resultado un buen puñado de héroes muertos y otros tantos heridos. Podríamos decir que el instrumento para sembrar esta destrucción fue Wanda Maximoff, pero el verdugo fue Brian Michael Bendis. El guionista estrella de Marvel tenía en mente ya a sus Nuevos Vengadores.
Los Vengadores necesitaban un lavado de cara con urgencia
Esta drástica metamorfosis vino dada desde las instancias superiores como remedio a la necesidad de remozar la franquicia vengadora, que estaba anquilosada en una crisis creativa de la que parecía no tener salida. Vengadores no había levantado cabeza desde la marcha de Kurt Busiek (que se alargó demasiado), el Capitán América vivía un momento insulso a manos de Robert Kirkman y a Iron Man nadie le prestaba atención pese a vivir una interesante etapa en la que actuaba como secretario de defensa.
Estaba claro que era necesario un cambio, un giro de timón y una remodelación completa. A ojos de todo el mundo Los Vengadores y sus series derivadas eran un montón de tebeos que no se quitaban el olor a naftalina, y que solo interesaban a los Marvel Zombies completistas más viejunos del lugar. Eran los tiempos en que las miradas estaban sobre los Ultimates de Mark Millar y Bryan Hitch, que habían dado un lavado de cara a los personajes clásicos, convirtiéndolos en versiones mucho más cañeras e irreverentes. Lo dicho, los Nuevos Vengadores de Bendis eran necesarios, aunque puede que no lo supiéramos todavía.
Enero de 2005, llega a las tiendas Nuevos Vengadores 1
Entonces la cuenta atrás llegó a su final. Tras los eventos de Vengadores Desunidos todas las esperanzas de la editorial fueron puestas en Brian Michael Bendis, que había demostrado su buen hacer en Ultimate Spider-Man a la hora de actualizar a Peter Parker y todo su entorno, y también en Daredevil, donde había firmado la mejor etapa del personaje desde la marcha de Frank Miller décadas atrás. A su lado estuvo un David Finch, que suplió sus carencias narrativas con unas explosivas páginas cargadas de fuerza y energía.
Ni que decir tiene que Nuevos Vengadores fue un éxito absoluto, con unas ventas de casi un cuarto de millón de ejemplares. Una cifra que un tebeo de los Avengers llevaba mucho, mucho tiempo sin oler. Ese mes, curiosamente, también debutó la segunda serie de Ultimates de Millar y Hitch, que vendió ochenta mil copias menos situándose en segundo puesto. Bendis lo había conseguido, todo el mundo quería una copia de la nueva serie de moda. La maquinaría publicitaria de La Casa de las Ideas estaba funcionando al completo. Todos los fans queríamos pasar por caja para ver a la nueva y sorprendente formación.
La polémica formación de Los Nuevos Vengadores
Una parte esencial de todo el morbo despertado con respecto a esta serie lo tuvo su alineación. Bendis, Jemas y Quesada se dieron cuenta de que si la JLA de DC tenía a sus personajes más icónicos (no hay más que recordar la mítica etapa de Grant Morrison que mantuvo en el grupo a los siete principales personajes de la editorial), en Marvel no tenían que ser menos. Se acabaron las barreras autoimpuestas para escoger quién debía ser parte de estos Nuevos Vengadores.
La formación inicial de los Nuevos Vengadores tuvo al Capitán América y Iron Man como dos pilares básicos. No obstante, el resto entusiasmó a la par que levantó ampollas. Pasemos lista:
- Spider-Man: Ya fue miembro en el pasado durante una breve etapa, pero siempre se le ha considerado un solitario. No obstante, si era el personaje que vendía más en solitario de todo Marvel tenía que estar sí o sí.
- Lobezno: La inclusión más polémica de todas: un mutante, asesino y tipo de malas pulgas.
- Luke Cage: Fetiche personal de Bendis y un héroe al que rara vez se ha visto fuera de entornos urbanos.
- Spider-Woman: Jessica Drew, otra de las filias personales del guionista, que estaría destinada a ser una pieza fundamental de la serie y del propio Universo Marvel, aunque todavía quedaba mucho tiempo para eso.
- Vigía: Con Thor fuera de juego era necesario un personaje ultra poderoso. Pues Bendis echó mano de la creación de Paul Jenkins que, más allá de una miniserie y un puñado de especiales, no había asomado el morro en ningún otro tebeo.
Quedaría hueco para el misterioso primer Ronin, pero de él hablaremos más adelante. Con Bendis como guionista todo sería posible. Gracias, o por culpa de él según a quién preguntes, hoy tenemos unos Vengadores que cuentan con Blade y con el Motorista Fantasma en sus filas. En mi opinión creo que esta decisión fue acertada, ya que si cuentas con una colección de juguetes inmensa es absurdo dejar aquellos que más te gusten en sus cajas sin abrir.
Y si los diversos héroes que forman el cosmos de ficción de la Tierra 616 eran los juguetes de Bendis, el propio Universo Marvel era su campo de juegos. De hecho, en este primer arco el guionista sacó a sus Nuevos Vengadores de la zona de confort por la que estaban acostumbrados a merodear sus predecesores. En este puñado de capítulos veremos cómo se enfrentan a una fuga masiva provocada por Electro, viajarán a la prisión de la balsa e incluso a la Tierra Salvaje, donde se enfrentarán a uno de los villanos habituales de la Patrulla X. Lo dicho, ahora todo es posible.
Si bien es cierto que aunque Bendis no abusa tanto del llamado decompressive storytelling (como hizo en sus series anteriores), se toma con mucha calma ir contando cómo se forma el grupo. No todos los integrantes de los Nuevos Vengadores debutan en el primer número. Además, también se nota que contaba con vía libre para hacer lo que quisiera, sin importar los errores de continuidad que provocaron algunas de las escenas de la batalla de la balsa. Un detalle menor que molestaría a muchos fans hardcore del grupo.
De todas formas, dichos fallos no son algo que considere importante, más si tenemos en cuenta como serían los siguientes años de la editorial. Lo que no acaba de cuajar es el tratamiento que hace Bendis de algunos protagonistas, resultando bastante irreconocibles y totalmente desnaturalizados. Y bueno, tal y como se chotea de la identidad secreta de Spider-Man es algo que llega a resultar más sonrojante que algunos de sus diálogos, formados por frases de escasas palabras que pretender dar agilidad y ritmo al guion, pero que son como para cogerse un avión hasta los Estados Unidos y darle un buen collejón al calvo.
Quitando estos detalles, que tampoco sorprenderán a quienes estén familiarizados con la obra del escritor, estos Nuevos Vengadores siguen resultando una lectura diabólicamente divertida y frenética. Todo un tour de force a lo largo y ancho del Universo Marvel donde, y esto es más cierto que nunca, cualquier cosa es posible y las sorpresas acechan a la vuelta de cada página. Lo mejor de todo es que esto no ha hecho más que empezar.
Aunque previamente esta reedición de Los Nuevos Vengadores había sido planificada para formar parte de la línea Marvel Integral, finalmente se ha elegido el formato más manejable y económico (a corto plazo) de Marvel Must Have, siendo la primera serie regular dentro de la línea y con la intención de publicar toda la estancia de Bendis en las diferentes series que escribió para la franquicia durante más de ocho años.
PD: Vengadores Desunidos fue una auténtica ecatombe creativa, pero gracias a ella tuvimos a Ed Brubaker en el Capitán América y a Warren Ellis en Iron Man.