La continuidad es ese arma de doble filo que puede hacerte quedar como el guionista más ocurrente y original del cómic americano pero también puede hacerte quedar como un cretino irrespetuoso a ojos de los lectores más exigentes e irascibles. Con Spiderman Pecados del pasado, al bueno de Joseph Michael Straczynski (JMS a partir de ahora, para abreviar) le llovieron palos por todos lados. Quiso inventar una historia que hiciese temblar los cimientos de la historia de Peter Parker y lo que consiguió fue echarse encima a miles de lectores y fanáticos del arácnido que clamaban al cielo por la barbaridad que había escrito. No fue culpa suya… solo. El caso es que años después se sabría que el bueno de JMS tenía en mente una historia diferente, que si bien no habría enfadado tanto a los seguidores… seguiría teniendo esos tremendos errores de continuidad.
Sabéis que siempre procuro evitar spoilers, pero esto es Pecados del pasado. Cualquiera medianamente en contacto con el mundillo ha oído el revuelo que levantó en su día. Y para más inri, estamos hablando de una saga de 2004, así que permitidme que al menos la premisa inicial de lo que sucedió en el pasado, la pueda comentar aquí. No obstante, si no lo has leído antes, no sabes de qué estoy hablando y estás pensando en leerlo, avisado quedas. No te va a pisar demasiado porque en el segundo número de la saga ya se ha establecido el nudo de la historia. Pero avisado quedas. Sigue bajo tu propia responsabilidad.
La historia.
Peter está desayunando tranquilamente con Mary Jane y Tía May cuando recibe una carta de París firmada por Gwen Stacy, sí, la difunta Gwen Stacy. En ella le pide disculpas por no haber sido sincera con él y haberle ocultado algo muy importante de su vida. La única pega aparte de estar enviada en la actualidad por una persona muerta es que el matasellos es de Nueva York y coincide con el ataque de dos misteriosos individuos que pretenden acabar con la vida de Peter y de sus más allegados.
La investigación de Peter revela que Gwen estaba embarazada, y que el padre no era otro que Norman Osborn. Mary Jane conocía el secreto de Gwen y había consentido en ocultárselo a Peter a petición de su amiga.
Los autores.
En esta saga continúa JMS en los guiones, al frente de una de las etapas más aclamadas del personaje. Sin embargo, John Romita Jr. había sido requerido para el relanzamiento de Pantera Negra y cedía el testigo a Mike Deodato Jr. Como explica Julián Clemente en la estupenda introducción, Deodato venía de soportar el estigma de unos inicios noventeros con todos los excesos que eso conlleva y no arrastraba demasiada buena fama. Sin embargo, una breve etapa en la serie de Hulk permitiría ver la evolución del artista hacia un estilo más personal y menos extravagante. De hecho, en esta saga lo vemos muy contenido, con una acción bastante bien narrada y basándose en actores reales para poner cara a los personajes (Tommy Lee Jones, Robert Redford, Robert De Niro, James Gandolfini…) como ya venía haciendo Lewis LaRosa en su Punisher. El dibujo es bastante meritorio, porque estos números no pueden presumir de estar cargados de acción precisamente, sino que gran parte de sus páginas están repletas de escenas de diálogo e investigación.
Pero centrémonos en la polémica de la saga. JMS tenía claro que quería una historia en la que se revelase que Gwen había quedado embarazada antes de su muerte, pero él quería que el padre fuera Peter. Quesada se había opuesto radicalmente a la idea y había consentido seguir adelante si el padre era otro. Y ahí fue cuando el guionista pensó en Norman para ser el que dejase embarazado a la joven, aprovechando así el conflicto de la paternidad para dar más sentido a su muerte a manos suyas. La idea no sería del todo mala… si hubiese un mínimo indicio o al menos una desaparición física del personaje en aquel momento de su paso por la serie que pudiese hacer pensar que aquella ausencia había sido debida a ese embarazo. Pero eso no fue así. Y ese embarazo se antoja ridículo y muy forzado. Encima, escoge nada menos que a Norman Osborn para hacer de padre. Supuestamente, coincidió con un momento de debilidad del villano y ella se sintió conmovida y acabó como acabó. Algo plausible… pero a todas luces incoherente. No había ninguna semilla, no había ningún indicio que hiciera pensar que aquello era posible. JMS planteó una situación excesivamente forzada, y sin mucha coherencia con los personajes.
Obviando las circunstancias, el resto sí resulta bastante interesante, con todo el concepto de legado, de rechazo al primogénito Harry con sus debilidades por las drogas, de cómo se ocultó la historia para crear ese rencor hacia Peter/Spiderman e incluso las peculiaridades genéticas que se acaban revelando. Una lástima que una historia no tan mala quede en el recuerdo como un pecado del pasado… de JMS.
En definitiva, Pecados del pasado.
Pecados del pasado no es una mala historia. Está bien planteada, va revelando la información paulatinamente y vamos descubriendo los hechos junto con Peter. Tiene una dosis adecuada de acción. Plantea unos hechos que podrían haber supuesto algo parecido a lo que harían después autores como Jason Aaron en Pecado Original o Ed Brubaker en X-Men Génesis mortal, aportando datos del pasado del Universo Marvel que desconocíamos y que pasaban a cambiar la historia como conocíamos hasta ese momento. Sin embargo, un error de cálculo y una mala labor del editor permitieron que esta saga haya pasado a la historia como una de las sagas más irritantes para el fandom arácnido, con el permiso del One more day que acabaría escribiendo JMS 30 números después…
Panini edita este Pecados del pasado en formato cartoné, como el resto de Marvel Saga, con 152 páginas a color a un precio de 15€. Incluye los números 509 a 514 de The Amazing Spiderman.
Lo mejor: La historia está muy bien narrada. Deodato hace un gran trabajo, y más viniendo a sustituir nada menos que al mejor Romita Jr.
Lo peor: Los fallos de continuidad. La incoherencia del personaje elegido para dejar embarazada a Gwen, o la falta de preparación para el lector.
Para fans arácnidos masoquistas. Para los que quieran disfrutar de una historia bien planteada y contada, y no tenga demasiados remilgos con la continuidad. Para los que sientan curiosidad por esa historia de la que tanto se habló en su día…