Que en el mundo del cómic todo es cíclico es algo que sabemos todos. Por eso, cuando Marvel Comics anunció en 2010 que su siguiente landscape sería la Edad Heroica, no pilló por sorpresa a nadie. De golpe y porrazo se acabaría un ciclo que empezó unos años antes con la disolución de los Vengadores. Un ciclo que todo el mundo conocía, para pasar por una serie de eventos como Dinastía de M, Civil War o, especialmente, la Invasión Secreta, que sumieron el cosmos de la Casa de las Ideas en una profunda oscuridad que desembocó en el Reinado Oscuro de Norman Osborn.
Pero como nada es para siempre en el Universo Marvel, tras los acontecimientos de Asedio llegó el momento de volver a una senda más luminosa, a un mundo más colorido, con más esperanza con Vengadores, en definitiva, a una Edad Heroica.
La Edad Heroica de Brian Michael Bendis
Una de las grandes sorpresas de esta nueva etapa de los héroes más poderosos de la Tierra es que Brian Michael Bendis seguía al frente del timón de la franquicia, doblando su presencia. Desde el comienzo de la Edad Heroica, el de Cleveland no solo se encargó de un nuevo volumen de Nuevos Vengadores (que continuaría su carácter urbano), también se encargó de la cabecera provincial que es motivo de esta reseña.
En el presente volumen Panini ha incluído los doce primeros números de la serie regular, tal y como vino ofreciendo en 2015 en la primera recopilación de la serie en formato Marvel Deluxe. En total tenemos dos arcos argumentales completos en los que el guionista se empeña en demostrar que, aunque lo suyo parece que son las obras como Ultimate Spiderman, Alias o Daredevil, también puede hacer superhéroes de los de toda la vida.
La primera aventura de los Vengadores de la Edad Heroica se titula “Los próximos Vengadores” o lo que es lo mismo, “The Next Avengers”. Debo reconocer que me sorprendió muchísimo encontrarme con una historia cuyo punto de partida es una película de animación Marvel (de las contadas que ha producido) de 2008, dirigida por Jay Oliva (habitual del sector animado de DC) con guion de Christopher Yost, principal escriba de X-Men Evolution y guionista de X-Force. En dicho filme se presentaba a los hijos de los Vengadores, que debían enfrentarse a un mundo desolado por Ultron.
Pues bien, para estos seis números iniciales Bendis cuenta con el robot creado por Hank Pym, universos alternativos, futuros desolados y viajes en el tiempo. Y si tenemos esto último, ¿con quién contaremos también? Eso es, con Kang el conquistador. Como podéis ver, todo un cocktail de elementos clásicos del grupo.
Este primer arco emula a la perfección el tono y las intenciones de cualquier blockbuster palomitero de Hollywood. Bendis no levanta el píe del acelerador en ningún momento, garantizando un espectáculo dinámico y muy divertido de acción superheroica. Sí que es cierto que usa tantos personajes que algunos casi no tienen diálogo, en detrimento de otros como Thor (a quién el autor parece comprender perfectamente). A nivel de frikismo, atentos a la pizarra que aparece en una doble splash, porque anticipa muchas de las cosas que están por llegar en el Universo Marvel. De hecho, podríamos decir que en estas páginas vemos coqueteos de Bendis con el multiverso, concepto que abordará más adelante en La Era de Ultron o sus Asombrosos X-Men.
Sin dejar de usar elementos de la mitología clásica de Los Vengadores, para el segundo arco de La Edad Heroica presenciaremos el regreso de las Gemas del Infinito, que todavía no habían terminado de aparecer en el UCM. Nada que objetar. Incluso vemos un homenaje directo a la miniserie El Guantelete del Infinito, con Hulk Rojo (en lugar de Estela Plateada) anticipando que un gran mal está por llegar. Más allá del uso de estos objetos de poder cósmico, esta historia sí se parece más a lo que el creador de Jessica Jones nos ofreció en sus Nuevos Vengadores, con el regreso del Encapuchado o de los Illuminati con esas intrigas, juegos de verdades y mentiras que también se le dan al escritor de Powers.
En la parte negativa habría que destacar que el arco empieza bien, de manera pausada, con Parker Robins reuniendo las gemas poco a poco. No obstante, llega un punto en el que todo son prisas. La trama se acelera hasta llegar a una conclusión a puñetazos bastante simplona. Sigue siendo una historia divertida, pero queda un peldaño por debajo de su predecesora.
Hablemos ahora de la parte artística. Hay pocos dibujantes que puedan eclipsar, a nivel mediático, un nombre como el de Brian Michael Bendis. Pues en esta colección hemos tenido la suerte de contar con uno de ellos. Ni más ni menos que John Romita Jr. en uno de sus últimos trabajos en Marvel antes de la larga travesía por el desierto que fue su etapa en DC Comics. Si bien es cierto que no es el mismo Romita que quitaba el aliento en el Asombroso Spiderman de J.M. Straczynski, su dominio de la narrativa y su composición de página siguen quitando el aliento. De todas formas, aquí se muestra algo descuidado con los rostros o la anatomía de los personajes. Pese a esto, su trazo le sienta de maravilla a los frenéticos guiones de Bendis y es toda una gozada leer doce números consecutivos dibujados por un mismo artista en los tiempos que corren.
En resumidas cuentas, estos Vengadores son una lectura de lo más agradable. Una vuelta a la grandeza del grupo de superhéroes más importante de Marvel, que bebe de las fuentes clásicas de las etapas de Roy Thomas o Roger Stern para ofrecer algo aparentemente novedoso. Habrá que ver por doónde sigue la cosa.
La edición de Panini incluye los extras habituales de la línea Must-Have con artículos de todo tipo que afrontan varios aspectos relevantes de la obra, biografías de los autores, cronologías o una gran galería de portadas alternativas.