Por fin. Ha tenido que pasar un año, en concreto desde el arco “El libro de Ezequiel”, para que John Romita Jr. regrese a The Amazing Spider-Man, la serie que estaba destinado a dibujar. Un año en el que las reglas del juego han cambiado de sobremanera. Desde “Un nuevo día”, hemos visto cómo el cabeza de red iba a su bola, sin mezclarse demasiado con el Universo Marvel más allá de alguna aparición de Daredevil o Lobezno. Estaba claro que la cámara estanca en torno a Peter no iba a durar mucho más. Así llegamos a “Nuevas formas de morir”.
Nuevas formas de morir. Nueva historia con antiguas maneras
“Nuevas formas de morir” acabó también con los arcos argumentales de tres números, presentándose como una única y compacta historia de media docena de episodios americanos escrita completamente por Dan Slott. El guionista más importante de Spiderman en el siglo XXI realizó aquí su primer trabajo importante para la editorial. Tuvo la suerte de contar con John Romita Jr. y, si bien es cierto que el artista no brilló tanto como en trabajos pasados, su trazo le sentó de miedo a esta aventura arácnida.
Otro de los alicientes de “Nuevas formas de morir” es el regreso de Norman Osborn como amenaza de primer orden al título principal del lanzarredes. En un momento en el que todavía no se había convertido en un héroe nacional tras “Invasión Secreta”, Osborn se encuentra gestionando y liderando a los Thunderbolts desde “Civil War”. Fruto de un favor político se presenta en Nueva York para acabar con Spiderman, dando con él de una forma bastante original que propicia algunos momentos muy buenos, llenos de tensión gracias a su personalidad desquiciada que suele virar hacía la locura cuando menos te lo esperas.
Resulta curioso como Slott consigue que la vuelta de la gran némesis de Spiderman se vea como algo fresco y novedoso. Esto es sobre todo gracias a su capacidad como dialoguista, que en estos números vale su peso en Osborn. Pocas veces hemos visto a un Osborn tan peligroso y amenazante.
También resulta destacable el buen trabajo que hace Dan Slott con los secundarios arácnidos. Especialmente con Harry Osborn, que demuestra tener un lado oscuro que le hace ser digno sucesor de su padre.
Y, por supuesto, luego está Anti Veneno, el nuevo antihéroe de la editorial, muy relacionado con lo que se cuece en el centro Festín de Martin Li y Tía May. No voy a contar más para no spoilear a nadie (pese a que estos tebeos tendrán cerca de veinte años). Solo comentaré que sus poderes no van en consonancia con su aspecto amenazador. Me gusta la manera de Slott de jugar con los manidos simbiontes para ofrecer algo nuevo. No sé si soy el único, pero Marc Gargan como Veneno se me hizo un poco cargante.
De todas formas, que nadie se lleve a engaño. Buena parte del atractivo de “Nuevas formas de morir” es que, en esencia, se trata de todo un fan service arácnido, donde la acción prima sobre todo lo demás. La gente tenía ganas de volver a ver a John Romita ilustrando al alter ego de Peter Parker y con este arco consiguieron saciar su sed. La historia sienta algunas bases para el futuro del personaje y desarrolla algo más el argumento de Amenaza.
En general estamos ante una historia divertida y emocionante cuyo mayor reclamo estuvo en los personajes implicados y el regreso del citado artista. A Slott, que realiza un gran trabajo per se, todavía le queda bastante para deslumbrar como luego lo llegaría a hacer en “Superior Spiderman” o “Estela Plateada”. Ahora bien, el buen rato que uno pasa leyendo “Nuevas formas de morir” no nos lo quita nadie.
A título anecdótico, esta entrega número diecisiete de Marvel Saga TPB incluye una historia corta escrita por Mark Waid y dibujada por Adi Granov (Iron Man: Extremis). Toda una rara avis, dado lo poco que se suele prodigar el artista en interiores.
A modo de extras se incluyen varias entrevistas con los autores procedentes de “Marvel Spotlight” y una galería de portadas alternativas.