Y llegó el día en que el Universo Marvel se reinició. ¿Cómo? ¿Qué solo fue Spiderman? Ah, vale, gracias por el recordatorio. En fin, sea como fuere, la publicación de “Un nuevo día” en 2007 fue un retconeo en toda regla, más parecido a lo que sucedió con el Universo DC tras la finalización de las primeras Crisis que a lo que pasó con un puñado de títulos de la Casa de las Ideas durante Heroes Reborn tras la debacle de Onslaught.
A “Un nuevo día” llegamos tras rasgarnos las vestiduras leyendo “Un día más”, el infame arco que tiró por tierra muchos años de evolución en la trayectoria vital ficticia de Peter Parker. Posiblemente lo que más nos escoció a muchos fue que este llegase tras una etapa tan cojonuda como la de J.M. Straczynski. El creador de Babylon 5 hizo madurar al trepamuros como nunca se había visto, sin que eso significase traicionar su idiosincrasia, principios o sentido de la responsabilidad. Pero como suele decirse, “todo cambia para que todo siga igual”, y en el mundo del cómic, como en la vida, todo es cíclico, por lo que tocaba depurar al personaje de cara a una nueva generación de lectores. Sí, seguro que pensáis que para eso se publicó la línea Ultimate.
Así que nada, llegados a este punto, los fans que llevábamos más de tres décadas leyendo al personaje solo teníamos dos opciones: A) seguir enfurruñados y dar la espalda a Spiderman (a quien en muchos casos sentíamos como un amigo más) o B) pasar por el aro y tratar de de disfrutar de “Un nuevo día”
Un nuevo día en la vida de Peter Parker
De un mes a otro nos encontramos con que Peter no solo no se había casado nunca con MJ, sino que ya no eran ni novios y su historia terminó mucho tiempo atrás. Los lanzarredes eran mecánicos otra vez (ya se había estrenado Spiderman 3, la última de Raimi) y Tía May había envejecido otro par de cientos de años. La mayoría de estos cambios (salvo lo relacionado con el matrimonio) eran en el mejor de los casos estéticos. Lo que menos me gustó a título personal fue la necesidad de refrescar el status quo que el canijo Parker tenía muchos años atrás.
“Un nuevo día” debería haberse llamado “Un día de perros”. En apenas unas cuantas páginas volvemos a ver al Peter que está casi en la indigencia, que tiene que depender de su tía para tener un catre donde caerse muerto o comer un plato de comida caliente. Su pasado reciente como profesor de instituto no se invalidó, pero no parece que sirviese de mucho. Por lo tanto, volvía a imperar la necesidad de vender fotos de Spiderman al Bugle de J.J.Jameson.
El viejo gruñón de Jonah es uno de los personajes que más salen reforzados en un “Un nuevo día”, al protagonizar una trama que puede llevarle a perder su amado periódico. De igual forma, otro secundario rescatado que ocupará un buen número de viñetas es el rehabilitado Harry Osborn. Una vez presentado esto solo queda establecer el contexto en el que Spiderman hará de superhéroe en “Un nuevo día”. Un contexto poco favorable, pues ejerce de superhéroe al margen de la ley por no haberse registrado durante los acontecimientos de “Civil War”. A esto debemos sumarle la aparición de nuevos enemigos, como un remozado y cruel Duende o el Señor Negativo.
El equipo creativo intenta con relativo éxito emular el tono de los tebeos de Spiderman, publicados entre finales de los sesenta y principios de los ochenta, con una guerra de bandas incipientes o con muchas escenas disparatadas que hagan hincapié en aquello de la “típica suerte Parker”, como el hecho de que durante buena parte de estos primeros números Spiderman tenga solo un lanzarredes y encima esté sin fluido arácnido.
El problema es que en muchos aspectos este nuevo status quo, más que resultar un homenaje, acaba resultando una parodia debido a lo forzadas que resultan muchas de las tramas de este reinicio arácnido por culpa de la innecesaria infantilización de un protagonista que debe superar la veintena.
Lo peor es que, pese a todo lo expuesto anteriormente, “Un nuevo día” es una lectura entretenida a la par que una buena puerta de entrada para nuevos lectores. Este tomo ofrece una buena dosis de acción y aventuras correctamente facturada gracias al buen hacer de su extenso equipo creativo que logran un gran resultado en la forma, pero no tanto en el fondo.
Y ya que hablamos de autores cabría destacar que para esta iniciativa de “Un nuevo día” decidieron que el título de “The Amazing Spider-Man” sería el principal saliendo hasta tres veces al mes. Por lo tanto, se cancelaron las series secundarias y se fichó a un grupo de escritores y artistas para tratar de emular el sistema de mesas de guionistas tan habitual de la televisión americana. De hecho, varios autores tenían un pasado en el mundo audiovisual como Bob Gale o Marc Guggenheim, si bien es cierto que ya habían trabajado antes en el mundo del cómic. A ellos se unieron dos valores en aumento como Dan Slott y Zeb Wells que, años más tarde, se encargarán de sendas etapas en este título.
La parte artística ofrece también un continúo cambio de dibujantes. La solvencia gráfica del título está garantizada con el arte de gente como Steve McNiven, Salvador Larroca, Phil Jiménez, Phil Winslade o Greg Land.
Habrá que ver por donde sigue “Un nuevo día”, y si hace valer su sistema de equipos rotativos. De momento el título es una buena puerta de entrada para lectores nuevos, aunque haya conseguido cabrear a casi todos los viejos.