Bienvenidos a Marvel Premiere. Veneno 2: El Abismo. Bienvenidos a un viaje alucinante protagonizado por uno de los grandes poochies de los noventa, que goza de una popularidad como no había tenido en décadas. Hagamos un repaso a la historia reciente del bueno de Eddie y su pegajoso amigo.
En el año 2018 se estrenó la primera película en solitario de Veneno. Automáticamente se convirtió en un incuestionable éxito de taquilla al recaudar más de 800 millones de dólares sobre un presupuesto de poco más de cien. Un bombazo para un personaje que el gran público solo conocía por su participación en la tercera entrega del Spider-Man de Sam Raimi (más de diez años antes).
Y es que una década da para mucho. En concreto para que otros personajes como Mac Gargan o Flash Thompson hayan portado un traje alienígena del que hemos conocido muchos detalles en este tiempo gracias al enfoque desenfadado (y un tanto incongruente) escogido por Brian Michael Bendis en su etapa en Guardianes de la Galaxia. Sucede que si en la gran pantalla íbamos a ver a Eddie Brock, eso tenía que ser lo que los potenciales lectores encontrasen si acudían a una librería ávidos de saber más sobre su nuevo personaje favorito.
Veneno: El Abismo, poniendo en orden la casa
En Marvel Comics tomaron buena nota de ello, por lo que tras una entretenida etapa en la que Mike Costa devolvió las aguas a su cauce editorial habitual, llegó Donny Cates para acometer la historia más grande jamás contada protagonizada por Veneno.
Y de esa etapa es de la que estamos hablando por aquí desde hace unos meses gracias a la edición de Panini Cómics en el formato Marvel Premiere. Esta segunda entrega, titulada “El Abismo”, recopila las entregas americanas siete a doce. Seis números en los que el guionista decide levantar el píe del acelerador una vez concluído el primer enfrentamiento entre Veneno y Knull, el Dios de los simbiontes.
Antes que nada debo advertir que los que quieran leer la versión más cafre de Veneno, persiguiendo a maleantes de mala muerte para comerse sus cerebros, no van a encontrar nada en “El Abismo”. En tan solo unas páginas Donny Cates da carpetazo a todo lo que creíamos saber sobre el simbionte, incluyendo un pequeño y bonito homenaje al Agente Veneno, convertido más tarde en Caballero del Espacio.
La primera sorpresa del cómic viene dada por la presencia de un personaje venido de otra dimensión que es de sobra conocido por los lectores. Su intención es averiguar más sobre la relación del simbionte Veneno. Lejos de lo que podríamos imaginar, esto provoca que seamos testigos de una de las interpretaciones más humanas que hemos visto jamás de Eddie Brock, al enfrentarse nuevamente a la soledad provocada por la separación de su otro yo.
Donny Cates va tejiendo poco a poco una red que nos permitirá conocer más del pasado de Brock. Un pasado que tiene especial relevancia en “El Abismo”, cuya acción se desarrollará nuevamente en la fundacional San Francisco, con visita a sus familiares vivos con revelaciones y sorpresas que no dejarán indiferente a nadie. Ni que decir tiene que a Donny Cates no le ha temblado el pulso a la hora de presionar la tecla de suprimir para eliminar todo lo que no considera útil del pasado del antihéroe. Pero ojo, que no estamos hablando de eliminar elementos de la continuidad, no. Aquí veremos cómo todo puede estar sobreescrito, lo que llevará a Eddie a plantearse nuevamente su maltrecha cordura.
Hay un par de pasajes en “El Abismo” que me han parecido brillantes en la forma de un duelo onírico entre las dos partes de Veneno. También es destacable el terror, casi lovecraftiano, que siente Eddie con respecto al Rey de Negro. Un enemigo antediluviano de poder inconmensurable que será una presencia continúa hasta el final de la presente etapa.
Y pese a la ausencia de acción, el ritmo de lectura es endiablado, como si de un thriller sobrenatural se tratase. Una vez empiezas a leer “El Abismo” es muy difícil levantar una ceja debido al tsunami de emociones del que seremos testigos. No voy a contar nada más, es mejor que lo comprobéis por vosotros mismos.
En la parte artística podemos disfrutar del excelente trazo de Ryan Stegman, que dibuja a Veneno de forma angulosa con una anatomía imposible que por momentos me recuerda a la época de The Amazing Spider-Man dibujada por Todd McFarlane o Erik Larsen. Teniendo en cuenta que esos cómics supusieron la etapa fundacional de Veneno y que ahora estamos viviendo una “refundación” de la misma, considero que es un parecido de lo más oportuno.
En serio, echadle un ojo.
