Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel Omnibus. Spiderwoman de Hopeless y Rodríguez

Marvel Omnibus. Spiderwoman de Hopeless y Rodríguez
Guion
Dennis Hopeless, Jason Latour, Robbie Thompson.
Dibujo
Javier Rodríguez, Natacha Bustos, Vanesa Del Rey, Bengal, Tana Ford, Joëlle Jones, Nico León, Veronica Fish, Tigh Walker.
Tinta
Álvaro López, Lorenzo Ruggiero, Veronica Fish, Andy Fish.
Color
Javier Rodríguez, Muntsa Vicente, Vero Gandini, Rachelle Rosenberg, Jordie Bellaire, Rico Renzi, Ian Herring.
Formato
Cartoné, 696 págs, color. 18x28 cm.
Precio
50€.
Editorial
Panini Cómics. 2022.
Edición original
Spider-Woman vol. 5 #5-10, vol. 6 #1-17, Spider-Women Alpha y Omega, Spider-Gwen #7 y 8, Silk #7 y 8 y material de The Amazing Spider-Man #1 (Marvel).

Llega al formato Marvel Omnibus una de las etapas (por no decir la etapa) más memorables de uno de esos personajes que siempre han estado ahí, tienen su buena legión de fans, pero no consigue mantener una etapa duradera y estable como colección, especialmente en los últimos años en los que, a pesar de tener algo más de continuidad, salta de cancelación a nueva serie o de reinicio en reinicio. Pero como decía, la Spiderwoman de Hopeless y Rodríguez tuvo un calado especial en el fandom, por varios motivos: Por el llamativo gimmick de embarazar a la heroína, con el misterio de quién era el padre como gancho para muchos seguidores del personaje, pero sobre todo porque supuso la explosión como dibujante de Javier Rodríguez, que encontró por fin tiempo entre sus labores de colorista para poder hacer frente a una etapa continuada. Panini edita un omnibus con el grueso de la etapa que unió a ambos autores.


El hecho de que Spiderwoman siempre haya sido considerado como un personaje secundario hasta que Bendis la hizo miembro de sus Nuevos Vengadores, supuso que el propio origen del personaje haya experimentado numerosos cambios y haya pasado desde ser una araña evolucionada por el Alto Evolucionador hasta una niña cuyo padre experimentó con ella cuando todavía estaba en el vientre materno. Ahora que el universo Marvel es mucho más cohesionado, con una continuidad más cuidada y sus personajes tienen un lore que parece mucho más firme que antaño, Jessica Drew ya tiene una biografía mucho más establecida y su personalidad es uno de sus fuertes como personaje.

Y es que una de las cosas que resulta más atractiva de Spiderwoman es su efectividad como superheroína en contraste con el desastre de ser humano que es en su día a día. Ese mal humor que la acerca más a otra Jessica (Jones) y su falta de eficacia en mantener una vida privada con cierta estabilidad hacen que la idea de verla como madre sea algo muy atractivo y divertido. Pero no nos adelantemos.

El volumen 5 de Spiderwoman arrancó directamente como parte del crossover arácnido Universo Spiderman, aunque esos primeros cuatro números fueron dibujados por Greg Land. A partir de ahí arranca realmente la serie (y este tomo) y se deja en manos de Javier Rodríguez. Abandona su papel de vengadora, vuelve a sus orígenes como detective privada y una heroína mucho más urbana. En estos primeros compases, Jessica se aliará con Ben Urich y en un caso de familias de supervillanos desaparecidas acabará colaborando con Roger Gocking, el Puercoespín. Una alianza que se mantendrá durante toda la etapa y que es uno de los grandes aciertos de Hopeless, puesto que se establece una relación muy divertida entre ellos, acabando el villano como el niñero del hijo de Jessica.


Cuando la serie iba por su número 10… llegaron las Secret Wars, y las series Marvel darían un salto de ocho meses hacia delante. Algo que Hopeless aprovechó para que, coincidiendo con su reciente paternidad, y la que llegaría en unos meses para Rodríguez, planteara al editor la posibilidad de mostrar a una Jessica embarazada. Y ahí comienza la diversión… Como decía, el hecho de mostrar a una persona desastrosa como madre en potencia hace que nos imaginemos lo divertidas que pueden ser las siguientes aventuras, y de hecho, esos primeros números con ella a tope de hormonas y desbordada, a punto de dar a luz son geniales, pero más aún cuando da a luz y ya es una madre todoterreno que no encuentra horas en el día para hacer todo lo que necesita.

Y aquí entramos en Spiderwomen, un crossover ideado por Hopeless junto a Jason Latour y Robbie Thompson en el que se cruzaron las series de Seda, Spider Gwen y la que encabeza este tomo. Una historia de saltos entre universos y con versiones de los personajes que, dado el rumbo que va tomando el universo Marvel cinematográfico, no descartaría que pudiéramos llegar a ver en unos años si los astros se alinean como es debido. La serie abre con un número Alfa, y se desarrolla en dos números de cada una de las colecciones para acabar en otro especial Omega, como viene haciendo Marvel en los últimos crossovers entre series.


A partir de aquí, la serie se ve marcada por otro crossover editorial: Civil War II. Hopeless no aprovecha tanto estos números para mostrar su participación en el evento, sino en su papel como mejor amiga de la que encabezó uno de los bandos de la guerra: Carol Danvers. Así, tenemos algún número en el que ayuda a comprobar las dotes predictivas del inhumano Ulysses Cain, pero sobre todo mostrará cómo rompe con su amiga tras enterarse de que Hulk ha sido asesinado como consecuencia del miedo a las visiones que Capitana Marvel ha defendido siempre. El tomo y la etapa de Hopeless concluye con un arco argumental en el que el «equipo Spiderwoman» (sí, vale, lo he improvisado) se tendrá que enfrentar al Duende.

Pero si Hopeless tiene aciertos enormes como guionista de toda la etapa (las relaciones entre los personajes, mostrar la faceta como madre de Jessica e incluso los chistes con el jaleo del dibujo que hizo Manara…) creo que si por algo va a ser recordada esta etapa es por la explosión de Javier Rodríguez como narrador. En estos números hay planteamientos que hacen que un número de personajes hablando resulte dinámico, y unos diseños de personajes fabulosos, que hacen que todos los personajes se vean distintos y tengan unas energías propias. El número del viaje por Kansas es probablemente el que más me haya gustado, con unos diseños de página siempre cambiantes y unos planteamientos y uso del color sensacionales. Por suerte, en los números que él no dibuja, y el final de la etapa en la que tuvo que abandonar para hacerse cargo de Doctor Extraño y los Hechiceros Supremos, lo sustituyen autoras que tienen un estilo afín, como Natacha Bustos, Veronica Fish o Tigh Walker. Súmale que están coloreados por Rachelle Rosenberg, que mantiene esas paletas de colores planos con contrastes entre colores complementarios, y le aporta un aspecto a toda la etapa bastante homogénea, incluso a pesar del cambio de dibujante.


En definitiva, Marvel Omnibus. Spiderwoman de Hopeless y Rodríguez contiene una etapa que me gusta definir como el cruce entre Jessica Jones y el Ojo de Halcón de Fraction y Aja. Con aventuras más urbanas, villanos de segunda y un interés de sus autores por mostrar el lado humano del superhéroe, aunque eso deje algo de lado esa faceta de cómics de acción que algunos puedan esperar. A pesar de los méritos de Hopeless a la hora de contar este tipo de historias, creo que lo más atractivo de esta etapa es poder comprobar desde primera fila la evolución, por no decir la explosión, de Javier Rodríguez como dibujante, siempre intentando incluir propuestas narrativas novedosas que hacen de algunos números verdaderas lecciones. El tomo se completa con una excelente introducción de Lidia Castillo que hace un exhaustivo repaso a la historia del personaje y una entrevista a sus autores, además de numeroso material en forma de portadas alternativas o bocetos de Rodríguez.

Lo mejor: Javier Rodríguez. Aunque muchos se quejaran de la visión de la maternidad que se muestra, creo que no puede ser más certera y real… bueno, todo lo real que puede ser en una mujer con super velocidad, super fuerza y que dispara rayos por sus manos.

Lo peor: Si lees cómics de superhéroes por la acción o la interacción con otros superhéroes, esta etapa te puede resultar tan divertida como olvidable.