Tras el enorme éxito que supuso la serie “Conan The Barbarian” en Marvel Comics en los años setenta, las editoriales de cómics mainstream americanas se lanzaron a adquirir los derechos de un montón de sagas literarias de éxito como “John Carter”, “Fafhrd y el Ratonero Gris” o “Tarzan”. Todas ellas tuvieron su origen en las revistas pulp que inundaron los quioscos en las primeras décadas del siglo XX. De todos los personajes mencionados anteriormente, fue sin duda el Señor de la Jungla quien alcanzó con más rapidez el status de icono de la cultura pop.
Tarzan, el bárbaro de la selva
Creado por Edgar Rice Burroughs, Lord Greystoke debutó en 1912 en un número de la revista “All Story Magazine”. Dos años más tarde, en 1914, estas primeras aventuras se reeditaron en lo que se considera la primera novela del personaje: “Tarzan de los monos”. Desde entonces, hemos podido disfrutar docenas de películas, seriales radiofónicos, series de televisión, videojuegos o cómics (tanto americanos como europeos).
Ahora Dolmen nos ofrece una recopilación de las aventuras publicadas por La Casa de las Ideas entre los años 1977 y 1969. Este volumen parte de una reedición francesa. A lo largo de sus más de cuatrocientas páginas podremos disfrutar de veinticuatro de los veintinueve números originales publicados por Marvel. Estos cinco capítulos restantes no han sido recuperados jamás, aunque se espera que, en algún momento, Dynamite Entertainment (actual propietaria de los derechos de Tarzan) lance al mercado un verdadero integral a todo color. De hecho, en Amazon aparece listado desde el año 2019 pero se desconoce cuando aparecerá realmente.
Un equipo creativo de lujo para Tarzan
En Marvel decidieron, con buen criterio, darle los guiones de “Tarzan Lord of the Jungle” a Roy Thomas. Algo completamente lógico dado el resultado de la serie regular del cimmerio favorito de todo el mundo. El escritor comienza la obra adaptando la quinta novela del personaje “Tarzan y las joyas de Opal” (publicada en 1916). Así pues, nos encontramos a un héroe en taparrabos adulto cuya relación con Jane está plenamente establecida.
Leyendo “Tarzan: Señor de la Jungla” se pueden apreciar muchos de los manierismos de Thomas en “Conan el Bárbaro”. El tono de la serie es eminentemente aventurero, con mucha acción y un uso de la violencia que se ajusta a la perfección a lo que requieren unas historias que a menudo se zanjan con peleas que incluyen la participación de animales salvajes. En la selva muchas veces se trata de matar o morir y eso queda claro en la mayoría de las páginas.
Además de la mencionada “Tarzan y las joyas de Opal”, que ocupa los primeros once números del volumen, Thomas y Buscema también adaptaron algunos relatos sueltos de “Historias de la Jungla” (1919). Estos dos bloques son los realizados por Roy Thomas y John Buscema. El artista está absolutamente increíble en todas y cada una de las páginas, pareciendo que sus personajes van a cobrar vida de un momento a otro trascendiendo las barreras del papel. Una pena que no se pudiera encargar de la totalidad de los episodios. Claro, que su sustituto no fue otro que su hermano Sal.
Sal Buscema, junto con el guionista David Anthony Kraft (con alguna ayudita de Bill Mantlo), se encargan de los últimos números centrados en adaptar “Tarzan en el centro de la Tierra”, novela que en muchas de sus reediciones ha tenido el nombre de “Tarzan en Pellucidar”. Este reino fantástico, que reside en el núcleo del Planeta (y que sirvió de insparación al “Reino Hueco” del Monsterverse de Warner) fue el centro de otra saga de novelas de Burroughs. Aquí Tarzan viajará hasta ese lugar para vivir una aventura fantástica entre dinosaurios bastante más ligera que sus predecesoras.
Cabe destacar que tanto Thomas como Kraft hacen uso, y abuso, de los cuadros de texto. En este caso, lejos de parecer un error, creo que están más que justificados al ser Tarzan el único protagonista humano muchas veces. También son una forma de contextualizar, cómo hacía la voz en off de algunas de las películas o el narrador de sus seriales para la radio. Vaya, a lo que voy es que no entorpecen el ritmo de lectura. Algo que se agradece.
En definitiva, si os gustan los personajes clásicos de la literatura, los buenos tebeos de aventuras o simplemente buscáis un cómic que esté dibujado de puta madre, no me cabe duda de que vais a disfrutar de “Tarzan: Señor de la Jungla” tanto como un cerdo en un charco.
Por su parte, la edición de Dolmen es magnífica. Cartoné, tamaño superior al comic book, papel de alto gramaje y una selección de extras que incluye pin ups, las portadas (aunque yo las habría puesto donde tocan), bocetos o páginas a lápiz.