Seguro que si menciono el nombre de Edgar Rice Burroughs el primer personaje de ficción que os viene a la cabeza es el mítico Tarzán. Seguramente muchos también conozcan a John Carter de Marte o incluso a Carson de Venús. Sin embargo, estoy convencido de que la saga de novelas de Pelúcidar será más desconocida para todo aquel que no haya mamado mucho Pulp.
Yo mismo desconocía la existencia de Pelúcidar hasta hace un par de décadas en las que, leyendo algunas adaptaciones de Tarzan, descubrí que existía este mítico mundo gracias a las publicaciones de Río Henares Producciones Gráficas.Originalmente, Burroughs comenzó esta nueva obra de manera serializada en 1924 en los periódicos, para ser poco después recopilada en una novela que contó hasta con seis continuaciones. De hecho, la cuarta entrega contó con Lord Greystoke como protagonista de excepción.
Bienvenidos a Pelúcidar
Pero, ¿de qué va Pelúcidar? Estamos ante un nuevo mundo dentro del nuestro. La región que da nombre a la obra es un reino ubicado en el centro de la Tierra. Un territorio inhóspito repleto de civilizaciones fantásticas y monstruos con sus tribus y leyes propias. Es ciert, que esto tampoco es que fuera una novedad, pues algo más de medio siglo antes Jules Verne ya había escrito Voyage au centre de la Terre.
Sin embargo, esta creación de Burroughs ha servido de inspiración a ficciones posteriores como el origen de los titanes del malogrado Monsterverse de Warner/Legendary Pictures. Incluso contó con una adaptación al cine en 1976 de la primera novela, que contó con Peter Cushing como protagonista de excepción.
Los protagonistas son los aventureros Abner Perry y David Innes, que a bordo de una máquina con forma de taladro gigante (un ingenio mecánico muy popular en la ciencia ficción del siglo XX) pretenden atravesar nuestro planeta cuando por accidente topan con Pelúcidar.
Obedeciendo a todos los tópicos habidos y por haber, el intrépido David Innes se hace enseguida con la situación siendo prototipo de héroe Pulp. Es decir, intrépido, valiente, resolutivo, guapo y, faltaría más, enamoradizo de Dian, la chica de la función a la que salva a las primeras de cambio. En tan extraño mundo, nuestro trío vivirá un montón de aventuras a la par que se enfrentarán a la tribu de los Mahars o los Sagoths.
Las aventuras de Pelúcidar llegaron al noveno arte de la mano de DC Comics en las páginas del número 46 de Korak, Son of Tarzan y los números 1 a 6 de Weird Worlds, en cuyas páginas se adaptó de manera bastante fiel la primera novela, mientras que la segunda contó con una traslación a las viñetas bastante atropellada, debido a la cancelación de la mencionada serie. Más adelante aparecería otra historia corta e incluso una novela gráfica, pero ese material no está incluído en la presente edición de Diábolo.
A título personal debo reconocer que me lo he pasado en grande con este volumen. Ahora bien, es un material muy antiguo y algo denso, pero si estás acostumbrado a las historias de aventuras que repiten los mismos patrones con amenazas cada vez mayores y cliffhangers imposibles seguramente disfrutes de Pelúcidar tanto como yo. En apenas unas cuántas páginas quedan bien establecidos los roles de todos los personajes implicados, así como sus principales motivaciones. Son historias sencillas creadas originalmente para ofrecer ratos de diversión y desconexión como productos de consumo. Cometido que consiguen a todas luces.
Y ojo, que menudos autores tenemos. Los guiones son obra de dos pesos pesados como Len Wein y Denny O`Neil. Para el dibujo contamos con autores no menos importantes: Los cuatro primeros capítulos son obra de Alan Weiss, después tenemos a Michael Kaluta en la historia de Jubal el feo y remata Dan Green en los tres segmentos finales. Por desgracia, los materiales de los que parte Diábolo no son los mejores, puesto que Dark Horse aparentemente se limitó a escanear las planchas originales en lugar de restaurarlas o remasterizarlas.
Sea como fuere, es una suerte que Diábolo siga apostando por este tipo de obras como ya hace con la monumental Biblioteca de cómics de terror de los años 50 o los tebeos de EC Comics.
El volumen se completa con un completo prólogo del especialista en literatura Pulp Javier Jiménez Bareo, así como una galería de las portadas originales de Joe Kubert, Joe Orlando o el propio Michael Kaluta.