Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel Saga TPB El Asombroso Spiderman 19: Fuego en la mente

Marvel Saga TPB El Asombroso Spiderman 19: Fuego en la mente
Guion
Mark Waid, Roger Stern, Dan Slott, Zeb Wells
Dibujo
Marcos Martín, Lee Weeks, Mike McKone, Barry Kitson, Todd Nauck, Chris Bachalo, Paolo Rivera
Tinta
Andy Lanning, Kris Justice, Klaus Janson, Mark Farmer, Karl Kesel, Tim Townsend, Jon Sibal, Jaime Mendoza
Color
Javier Rodríguez, Dean White, Jeremy Cox, Chris Chuckry, Andrea Mossa, Frank D'Armata,
Traducción
Santiago García
Formato
Rústica, a color, 224 páginas
Precio
16.50 €
Editorial
Panini Cómics. Julio 2024
Edición original
The Amazing Spiderman 578 a 582 y The Amazing Spider-Man Extra! 2

La llegada de “Un nuevo día” a las páginas de Spiderman nos dejó como principal consecuencia un regreso a unos tiempos más sencillos en las que el bueno de Peter Parker se preocupaba principalmente en no acabar en la más absoluta indigencia. Este regreso a las raíces del personaje supuso también que las historias se simplificaron en pos de ofrecer al lector aventuras ligeras con las que pasar el rato (principal cometido de todo cómic de superhéroes que se precie). Sin embargo, a raíz de “Nuevas formas de morir”, las tramas de la serie han ido virando a una mayor trascendencia y este volumen “Fuego en la mente”, es una buena muestra de ello.

Ahora bien, que nadie se piense que en las páginas de “Fuego en la mente” volvemos al sistema de aventuras largas. Para nada. Todavía queda mucho para que los arcos cortos y los equipos creativos desaparezcan. Esto no impide que podamos disfrutar de aventuras como la que abre este tomo por obra y gracia de Mark Waid y Marcos Martín. El veterano guionista se muestra juguetón, dando una vuelta de tuerca a uno de los grandes tópicos de la franquicia: la típica mala suerte de Peter Parker.

Marcos Martín ilustra a un Spiderman elegante y ágil. Pero si me tengo que quedar con un aspecto de su dibujo es con la forma en la que dibuja Nueva York. La Gran Manzana parece un personaje más de una historia en la que el trepamuros deberá enfrentarse a uno de sus villanos más clásicos, en un ambiente claustrofóbico, cuando un vagón del metro en el que viajan los miembros del jurado está a punto de ser aplastado por el río Hudson. Waid aúna con eficacia drama, comedia y acción trepidante de una forma que nos recuerda a los mejores momentos de la reciente etapa de J.M. Straczynski.

Fuego en la mente. Un melón que había que abrir

Una de las consecuencias más polémicas del mefistazo fue el regreso de la muerte de Harry Osborn. El mejor amigo de Spidey murió de manera traumática por culpa del suero del Duende Verde en el lejano “Sensational Spider-Man 200”. Eran tiempos más sencillos, donde los muertos solían quedarse en su tumba salvo excepciones. Claro que, si tenemos en cuenta que mientras él seguía criando malvas otros fiambres míticos como su padre o la Tía May volvieron del más allá, pues era cuestión de tiempo que alguien considerase que su presencia era necesaria.

De contar cómo es posible que Harry en realidad nunca estuvo muerto (estaba de parranda) se encargan Dan Slott y Mike McKone. La resolución al final se limita a tirar de tradición y, sin inventar nada, al menos resulta creíble y satisfactoria. No obstante, lo verdaderamente interesante de este arco es volver a encontrarnos con Liz y Normie. Me ha encantado cómo Slott ha puesto el foco sobre estos personajes secundarios, cuyo claro sufrimiento por ser familia de los Osborn es ignorado muchas veces. La voz que Slott proyecta en la ex mujer de Harry suena auténtica y realista al mostrar a una madre (ahora soltera) que trata de lidiar con los problemas propios de su condición. La buena de Liz está más allá del rencor por su antiguo marido y solo quiere lo mejor para su familia. Basta leer con detenimiento los diálogos entre ambos cónyuges para percatarse del dolor implícito en sus palabras.

La nota fantástica la pone la presencia del Hombre Ígneo, que sirve de catalizador para que Spiderman haga acto de presencia. Un detalle que me ha escamado un poco es que tanto en esta historia como en la del metro, el hecho de que aparezca en escena el cabeza de red hace que sea imposible no deducir quién es la persona que se encuentra bajo la máscara. Da la sensación de que los guionistas tenían en su cabeza la historia que querían contar sin pararse un momento a pensar ello. Y joder, teniendo en cuenta la que se lió (especialmente a nivel editorial) por el hecho de que todo dios supiera la identidad secreta del protagonista… Pues bueno, creo que habría que pulir más estas cosas.

“Fuego en la mente” también incluye un par de historias sacadas de “The Amazing Spider-Man Extra!”. Por lo general son aventurillas discretas sin mayor importancia. Tenemos el regreso de Anti-Veneno con un Chris Bachalo en horas bajas, cuyo trazo confuso y borroso hace que sea difícil saber qué ocurre en según qué viñetas. Mucho mejor es el trabajo de Zeb Wells y Paolo Rivera en un relato que reúne de nuevo a Lobezno y al trepamuros. Una historia muy sentida y magníficamente dibujada que deja con una sonrisa en la boca y sirve para ver el punto de vista y la opinión de otros héroes sobre el arácnido.

Para finalizar, podemos leer uno de los tebeos más vendidos de la editorial de este siglo. Estamos hablando del capítulo en el que Barack Obama (y por ahí también está Joe Biden) debuta en Marvel. Esta efeméride hizo que el cómic se revalorizase y contase con múltiples ediciones. El tebeo en sí es discreto, con un plan de “bombero” del Camaleón para hacerse con el control de la nación.

En definitiva, “Fuego en la mente” es posiblemente la mejor entrega de Marvel Saga TPB El asombroso Spiderman desde que el personaje sufrió un reseteo forzoso en “Un día más”.