Bueno, pues tras el subidón que supuso “Nuevas formas de morir”, volvemos al sistema de historias cortas que, desde el relanzamiento de “Un nuevo día”, es la seña de identidad de “El Asombroso Spiderman”. Hay que recordar que tras el mephistazo, en Estados Unidos decidieron dejar de publicar series secundarias del trepamuros en favor del título principal que saldría a la venta tres veces al mes. En el presente volumen, además de la historia que da título, “Lazos de familia”, podemos disfrutar de un anual, varias historias especiales y la resolución de un misterio que llevaba unos meses dando vueltas.
Comenzamos con el anual número treinta y cinco de “Amazing Spider-Man” en el que conoceremos por fin la identidad real de Jackpot. Un misterio abordado por Marc Guggenheim y Mike McKone muy bien resuelto, que sabe jugar muy bien con el landscape resultante de “Civil War”, en el que para ser superhéroe tienes que estar registrado. De propina, los autores dan una vuelta de tuerca al sentido de la responsabilidad que debe tener todo aquel que tenga poderes especiales.
Entiendo que para mucha gente la resolución al enigma pueda ser decepcionante. No obstante, personalmente creo que es una decisión muy inteligente que se apoya en unos diálogos soberbios. Pocas veces Spidey se ha sentido tan impotente o sus palabras han sido más lapidarias a la hora de leerle la cartilla a alguien. El pasado televisivo de Guggenheim en series como “Ley & Orden” se nota mucho.
Antes de llegar a “Lazos de familia”, el propio Guggenheim junto a Barry Kitson nos ofrecen una historia en la que el cabeza de red no aparece como tal. Y es que está centrada en la visita que recibe Flash Thompson en el hospital por parte de un alto mando del ejército de los Estados Unidos. Un número retrospectivo en los que el antiguo abusón de Peter reflexiona sobre la influencia que Spiderman tuvo en su sentido del deber y como este fue la brújula moral que no encontró en su hogar desestructurado. Para la escritura de este artículo, el editor Steve Wacker se entrevistó con un soldado veterano. Así lo documenta en un artículo que tiene un inevitable tufillo patriótico. Contiene algún dato interesante, pero es bastante prescindible.
Llegamos ya al primer arco largo (y, no, tampoco es “Lazos de familia”) de esta entrega, con Joe Kelly y Chris Bachalo dándolo todo en una historia que recupera a Cabeza de Martillo. Lo primero que llama la atención es cómo el guionista orquesta un primer acto narrado en forma de flashback, donde dan más contexto y enjundia al personaje del que ha tenido jamás. Un drama que bebe de las historias de género de la edad dorada de Hollywood, que es rematado devolviendo esa sensación de “peligro urbano” que siempre otorgan las historias de gángsters con guerras de bandas. Una vuelta a la esencia, donde este tipo de personajes se paseaban por las páginas del título alternándose con las habituales peleas contra los coloridos villanos de turno.
Ahora que Kelly ha vuelto a ser nombrado guionista interino de “The Amazing Spiderman” me está viniendo muy bien releer estos tebeos para tener un poquito de esperanza. Claro que, si el resultado se asemeja más a lo que hizo en la serie regular que el trepamuros compartió con Masacre, pues que Dios nos pille confesados.
Y ahora sí, ya llegamos a “Lazos de familia”. Si en anteriores entregas pasaron por aquí Daredevil y Lobezno, hoy tenemos que dar la bienvenida al Castigador. La historia es sencillita. Punisher quiere acabar con un famoso traficante de armas y Spiderman no puede permitirle matar. Lo bueno es que no se toma muy en serio y sigue el tono desenfadado de los encuentros entre ambos personajes que nos mostró Garth Ennis en sus historias publicadas en las diferentes series del sello Marvel Knights. Dibuja un primerizo Paolo Rivera que muestra maneras, pero está todavía algo verde.
En resumidas cuentas, ninguna de las historias de este tomo pasará a la historia como una de las más destacables de la larga trayectoría del personaje. Tampoco lo pretenden, el staff editorial buscaba que Spiderman fuera otra vez divertido y accesible, objetivos que cumplen de sobra.
En lo referente a los extras, estos se limitan a algunas portadas alternativas y la introducción de Julián M. Clemente.