Es muy habitual que cuando un guionista nuevo llega a una serie trate de hacer esa gran historia que lo cambiará todo. Ya sea por ambición, talento o ego, suele ser un vicio muy habitual que normalmente se traduce en la aparición de un nuevo y brutal enemigo, la muerte o resurrección de algún personaje capital o simplemente volver a tocar alguna historia tabú del pasado. Una mezcla de las tres cosas es lo que ha hecho Nick Spencer en El Asombroso Spiderman, en concreto, en este largo arco llamado “Restos mortales”.

“Restos mortales” ocupó la anterior entrega de Marvel Premiere, hace lo propio en este número trece y todavía faltaría el epílogo en el volumen que se publicará este mes de febrero. A todas luces una duración excesiva para lo que al final ha contado la historia, que no es otra cosa que el enfrentamiento entre el cabeza de red y Pariente, la gran némesis de de esta etapa.

Medio centenar de números ha necesitado para cerrar, al menos en apariencia, la trama centrada en el mencionado Pariente. Pero, ¿de dónde surge la idea de “Restos mortales”?. Pues tenemos que viajar hasta finales de 2007, cuando la etapa de J.M. Strazcynski estaba en sus estertores finales por culpa de “Un día más”(infame arco argumental que popularmente conocemos como el “Mephistazo”). Como ya sabréis, cuatro capítulos fueron suficientes para cargarse más de veinte años de continuidad con tal de que Peter volviera a ser más joven, con lanzarredes mecánicos y soltero. Que estuviera casado era un lastre para el staff editorial Marvel y resolvieron el matrimonio de la manera más chapucera posible. Como dirían en los Simpsons: “lo hizo un mago”.

El “Mephistazo”, como pasó con “Pecados del pasado”, fue una de esas tramas que, sabiendo que existieron, fueron condenadas al olvido por editorial y aficionados. O al menos eso dimos por hecho hasta la llegada de Nick Spencer. Así pues, “Restos mortales” trata de explicar, casi quince años después, las consecuencias de “Un día más”, para algunos secundarios cuyo estatus fue alterado considerablemente antes y después de que el matrimonio de Peter y MJ quedará eliminado de la continuidad.

En serio, no había necesidad, y menos haciendo una historia más alargada que un rollo de esos de Boomer que tenía no se cuantos centímetros de chicle, y que fueron muy populares antes de que la goma de mascar con azúcar fuera condenada al ostracismo. Debo reconocer que, aunque el camino recorrido hasta aquí ha estado lleno de pasos en falso, pistas contradictorias y muchos momentos bochornosos no calificaría como malos estos tebeos. Spencer es un gran dialoguista y no han parado de pasar cosas. No obstante, creo que no han sido demasiadas alforjas para tan poco viaje. Bueno, siempre y cuando no haya más carambolas y Pariente resulte ser otra persona. Esto último tampoco me sorprendería. Y es que desde el principio ha habido un sospechoso claro, por lo que resulta demasiado evidente ¿no? En todo caso, lo acabaremos sabiendo en breve (estoy leyendo la etapa a ritmo Marvel Premiere así que nadie deje ningún comentario con spoilers, please).

Por lo demás, el guionista sigue desarrollando algunos argumentos que también empiezan a cansar, como son el retornado Comepecados, Norman Osborn con su nueva actitud de niño bueno o la denominada “Orden de la red” con el resto de la familia arácnida que, a la postre, solo han servido para alimentar un poco el fanservice.

A nivel artístico hay dos dibujantes que han brillado en esta conclusión de “Restos mortales”. El primero es el clásico Mark Bagley, que luce un nivel de espectacularidad que recuerda a sus mejores momentos en los noventa o a cargo de Ultimate Spiderman. El segundo es Patrick Gleason, que se encarga de la conclusión del arco. No llega a la excelencia de su etapa en DC pero se marca unas páginas de gran calidad.

En fin, a riesgo de repetirme más que el ajo, creo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la larga etapa de Nick Spencer en The Amazing Spider-Man se acabará saldando con más aciertos que errores. Solo el tiempo la pondrá en su lugar y, quien sabe, con el paso de los años quizás sea reivindicada. Lo dudo, pero cosas más raras se han visto.