Cincuenta números, cincuenta puñeteros números ha tardado Nick Spencer en revelar la identidad de Pariente en la saga “Restos mortales” que Panini recopilará a lo largo de tres entregas de la colección de Marvel Premiere dedicada a recuperar la etapa de El Asombroso Spiderman escrita por el mencionado guionista. No es que sea un arco excesivamente largo, lo que pasa es que las numeraciones son dobles. En esta primera fase del arco Panini ha incluido los números 50, 51 y 52 y 50.LU, 51.LU y 52.LU para los que Spencer ha contado con la ayuda de Matthew Rossenberg.

No obstante, “Restos mortales” no es la culminación de los planes de Nick Spencer, que parece tener todavía muchas cosas que contar. Por delante queda otro cuarto de centena de episodios con los que probablemente conseguirá cabrear mucho más al personal. Aunque, debo reconocer, que a mí me ha gustado mucho esta entrega. No sé si porque ya estoy de vuelta de todo y me da igual cómo puteen al pobre Spidey o porque estamos ante buenos tebeos.

Debo reconocer que Spencer ha sabido devolver con acierto y agrado el tono folletinesco a Spider-Man de etapas como la de Roger Stern o Tom Defalco. Sin embargo, lo que empezó como una serie divertida se ha ido tornando poco a poco en una completa pesadilla para el cabeza de red, que en el transcurso de “Restos mortales” ha entonado un ¡basta ya! Ahora bien, ¿hasta dónde estará dispuesto a llegar el autor con respecto al alter ego de Pariente?

“Restos mortales”, agárrate que vienen curvas

El misterio tras la máscara de Pariente (no termino de acostumbrarme al nombre) ha sido muy bien guardado por la editorial. A lo largo de estos últimos años se han ido dejando pistas allí y allá que apuntaban a varias direcciones siendo la, en apariencia, correcta una que mucha gente había descartado por ser demasiado evidente. Yo mismo sospechaba que podría ser otro personaje totalmente distinto. Uno que protagonizó una saga muy polémica hace veinte años y del que no hemos vuelto a saber… Pero mejor no digo nada más.

De todos modos, no es tan importante quién es en realidad la monstruosa némesis del héroe, como lo qué hará con él una vez desvelada la sorpresa. Esta respuesta todavía tardará en llegar. Por el momento Spencer ha conseguido que en una misma grapa haya entonado un sonoro “Vamos, no me jodas” tras leer las primeras páginas, pasando por un “¿En serio, Nick?” y terminar respirando de alivio viendo que no es tan terrible como parecía.

Lo más curioso de todo es que pese a las falsas pistas, las idas de olla y el cambio de tono, estos tebeos me han gustado. Spencer nos muestra el lado más emocional de Spidey cuando lo lleva al extremo, lo enfrenta con todos sus aliados arácnidos y pone en peligro a todos los que ama. Todo esto aderezado con un ritmo vertiginoso que no da tiempo al lector de que asimile todo lo que va sucediendo en el tebeo que tenemos delante.

También es destacable que en este volumen se hace alusión directa al mítico “mefistazo” de la historia “Un día más” que sirvió de colofón a la etapa de J.M. Straczynski. De hecho, habrá más referencias a la etapa que sirvió para redefinir al cabeza de red a principios del siglo XXI, pero de eso mejor no hablo.

En “Restos mortales” tendremos la ocasión de disfrutar de un buen montón de escenas excelentemente bien dialogadas que oscilan entre el cachondeo de las interacciones entre la Gata Negra y el Doctor Extraño o entre la Doctora Ashley Kafka y la nueva versión de Norman Osborn, que no acaba de convencerme al recordarme al giro que dieron unos cuantos personajes tras el desenlace del crossover “Axis”, que acabó por ser olvidado y no llegó a ningún sitio.

La parte artística de esta primera entrega de “Restos mortales” es resuelta con solvencia gracias al buen hacer de Patrick Gleason y Federico Vicentini. En este tomo al menos no participan media docena de dibujantes, que no es poco.

En definitiva, por primera vez en esta etapa me he quedado con ganas de pillar el siguiente tomo. Por fortuna, Panini Cómics pública un nuevo tomo de Spiderman en Marvel Premiere cada dos meses. No falta mucho.