Todos tenemos derecho a tener un mal día o malas ideas. Aunque una cosa es eso y otra muy distinta lo que nos tenía preparados Joe Michael Strazcynski con “Pecados del pasado”. El guionista que redefinió, y salvó, la franquicia arácnida a comienzos de siglo, mostró algún signo de flaqueza con el anterior arco “El libro de Ezequiel”. Por desgracia, esa sensación permaneció inexorablemente unida a su etapa en The Amazing Spider-Man hasta su disolución.
Pecado del pasado. Ganas de tocar la continuidad
Hay que reconocer que JMS es un guionista valiente, con ideas claras (aunque su trayectoria comiquera posterior ha demostrado que ideas buenas tiene un par como mucho) que desde el comienzo de su aventura con el trepamuros no ha dudado en llevar la serie por el terreno que más le gustaba y más cómodo le resultaba. Si una buena parcela de aficionados se rasgó las vestiduras con todo el asunto de la revisión del origen de Spidey, nada les tenía preparados para lo que iba a suponer la saga que hoy nos ocupa.
Antes que nada, vamos a hablar de “Pecados del pasado” sin ningún pudor. Si no habéis leído esta saga, publicada hace casi veinte años y os molesta que os destripen el argumento (una de las cosas que más odio), es mejor que no sigáis leyendo.
“Pecados del pasado” empieza de manera firme, enganchando al lector con una buena dosis de suspense y misterios. Un buen día, Peter Parker recibe una carta manuscrita de Gwen Stacy. Sí, a nuestro héroe le llega una misiva de su novia asesinada décadas atrás. El texto está incompleto y, aunque está escrita en París, el matasellos y la fecha del mismo sitúan el origen del envío en Manhattan tan solo unos días antes.
La recepción de la carta coincide con la aparición de una pareja de jóvenes que saben que Peter Parker y Spider-Man son la misma persona. Así, de golpe y porrazo, JMS consigue que tiemblen todos los cimientos del cabeza de red. ¿Quiénes son estos misteriosos personajes? ¿Serán realmente villanos pese a que sus primeros actos así lo demuestran? ¿Qué tienen que ver con Gwen? ¿Seguirá rubia la rubia más carismática de los años 70?
Un tropel de preguntas que, lejos de quedar sin respuesta, quedan solucionadas antes de llegar al ecuador de la saga. Porque podremos despotricar mucho de “Pecados del pasado”, pero el ritmo y el tono folletinesco que JMS le da a estos tebeos provocan que los consumas con ansia de saber más y, sobre todo, tratar de entender qué quería conseguir el guionista derrumbando una de las sagas más míticas que se han publicado nunca.
¿Todavía estáis aquí? ¿Sí? Bien, porque los spoilers gordos de “Pecados del pasado” empiezan ahora realmente.
Resulta que los chavales, Gabriel y Sarah se llaman, son en realidad gemelos hijos de Gwen Stacy. Aquí se nos cayeron las partes íntimas al suelo a todos los que lo leímos en su momento. Claro, que todavía faltaría lo mejor. Su padre no es otro que Norman Osborn. Resulta que a Gwen le daba mucha pena ver a Norman afligido por la adicción al LSD de Harry y como el roce hace el cariño.. zaska. Los gemelos Stacy tienen edad adulta debido a una alteración genética resultado del suero del Duende Verde en el ADN paterno. Por último, su antipatía por Peter es debido a que creen que es su verdadero padre que los abandonó a su suerte antes de que nacieron. Ah, y lo mejor es que Mary Jane sabía todo esto y nunca se lo contó a Peter por no hacerle pupita.
¿Cómo se os queda el cuerpo? Encima tenemos que dar gracias de que Joe Quesada metiera la mano porque el plan inicial de JMS era que Peter SÍ fuera el padre de Gabriel y de Sarah. Bueno, no vamos a agradecer nada a Joe porque un año más tarde sería el principal responsable de One More Day. No obstante, eso es tarea para otro día.
A ver, las revisiones del pasado de los superhéroes se han hecho toda la vida. Lo que pasa es, que si tienes ganas de ir de iconoclasta, tienes que hacerlo bien. Ed Brubaker sabía dónde se metía cuando se sacó de la manga al Soldado de Invierno en su magnífica etapa al frente del Capitán América. La diferencia esencial entre el regreso de Bucky y “Pecados del pasado” es que esta última no hay manera de encuadrarla dentro de la continuidad clásica de «The Amazing Spider-Man”.
Los números clásicos de Spider-Man escritos por Gerry Conway no evidencian la ausencia de Gwen en momento alguno, el casquete con Norman podría haberse dado entre viñetas pero no hay ni rastro de su atracción por él, por muy veraces que puedan resultar esos sentimientos. Pero el embarazo no encaja por mucha vaselina que queramos darle. Tampoco acabo de comprender los motivos de JMS a la hora de mostrarnos a MJ como una sufridora por haber guardado el secreto. Cierto es que hay varias conversaciones con Peter con un tono y contenido altamente dramático. Si bien es cierto, nada que ver al descubrimiento de la Tía May de que su sobrino era realmente el trepamuros.
Sucede que, pese al ritmo o la emotividad que puedan emanar algunos momentos, toda “Pecados del pasado” parece bañada por una superficialidad superlativa. Como era de esperar la historia fue enterrada por completo durante décadas con la salvedad de un pequeño epílogo que ni siquiera fue publicado dentro de Amazing, la serie principal de la franquicia.
Tampoco jugó a favor de JMS que John Romita Jr. fuera llamado a filas para relanzar a Pantera Negra junto a Reginald Hudlin. Su sustituto fue un Mike Deodato Jr. que comenzaba a dejar atrás sus manierismos noventeros mostrando una hábil narrativa para las escenas de acción. Por contra, su gusto por las fotoreferencias para los rostros de sus personajes me sacan de juego. Aunque reconozco que ver a Tommy Lee Jones como Norman Osborn tiene su gracia.
En definitiva, “Pecados del pasado” es una saga tan acertada en su forma gracias a una narrativa que invita al lector a querer seguir leyendo la trama como fallida en el fondo por querer trasquilar de manera incisiva, e incluso ofensiva, a uno de los personajes más queridos de todo el lore arácnido.
Por desgracia, como dije más arriba, lo peor estaba por llegar… ¿Mephisto eres tú?