Los Vengadores: Las Guerras Asgardianas es una de las últimas entregas de la colección Marvel Must Have publicadas en España por Panini Cómics. Esta línea económica lleva cerca de un año y medio dando muchas alegrías a los lectores. Comenzó editando aquellos blockbusters imprescindibles de los últimos años como Civil War, Dinastía de M, El Viejo Logan, Marvel Knights: Spider-Man o Planeta Hulk junto con algunas miradas al pasado del estilo de El Hombre Sin Miedo de Frank Miller y Romita Jr. Sin embargo, desde hace unos meses también ha acometido la titánica tarea de recuperar la larga trayectoria de Brian Michael Bendis en la franquicia de los Héroes más poderosos de la Tierra.
Como es lógico, primero llegó Vengadores: Desunidos para más tarde pasar a sus Nuevos Vengadores. Pero ojo, porque lejos de quedarse en la serie regular también veremos editados en MMH todos los eventos y miniseries importantes escritas por Bendis. Inicialmente esto debería haber salido en Marvel Integral, aunque como vimos, en el plan editorial de Panini para el presente año finalmente aparecerá en Marvel Omnibus, una edición que convivirá con la que hoy nos ocupa.
No obstante, la recuperación de todas estas historias está siendo algo caótica y desordenada, porque Las Guerras Asgardianas fue una miniserie-evento publicada tras la conclusión en Estados Unidos de Asedio, crossover que cronológicamente iba después de Invasión Secreta (saga que no verá la luz en MMH hasta dentro de un mes). Si nunca habéis leído este material y queréis hacerlo en el orden correcto os recomiendo que consultéis la red antes de lanzaros a ello.
Los Vengadores: Las Guerras Asgardianas. Un título tramposo
Publicada originalmente como miniserie de cinco episodios entre agosto de 2010 y enero de 2011 bajo el título de Avengers Prime, la historia vió la luz en nuestro país a través de entregas individuales en grapa con el nombre de Las Guerras Asgardianas, con el claro objetivo de rememorar la mítica historia de la Patrulla X escrita por Chris Claremont y con dibujos de Arthur Adams. Bueno, aceptamos barco dada la ambientación que adquiere la trama.
Creo que es importante resaltar un par de aspectos importantes relativos al momento en que pudo leerse la historia por primera vez. En primer lugar, Bendis llevaba en la franquicia vengadora más de un lustro por lo que estaba más que asentado, habiendo convertido al grupo en la piedra angular del Universo Marvel, un lugar que llevaba décadas ocupado por los mutantes. Eso sucedía porque estábamos a las puertas del estreno de la cinta de los Vengadores dirigida por Joss Whedon. Estaba claro que La Casa de las Ideas tenía que poner el foco en los personajes que controlaba Disney (ya propietaria de la editorial desde agosto de 2009) en detrimento de aquellos cuyos derechos eran posesión de otros estudios.
Ahora bien, ¿qué nos cuentan Las Guerras Asgardianas? Pues sin entrar en materia de Spoilers, esta miniserie arranca tras la conclusión de Asedio con una Asgard en horas bajas (o bajísimas) y la trinidad vengadora formada por Iron Man, Thor y el Capitán América reunidos por primera vez en un mismo bando desde que estallara la Guerra Civil superheroica.
El caso es que nuestros queridos personajes acaban siendo trasladados a Asgard ante la sorpresa de todos en una especie de remedo de la mítica película El Mago de Oz. Desde luego que la sorpresa de los tres héroes (incluido Thor) es digna de la célebre frase pronunciada por Dorothy: “Toto, creo que esto no es Kansas”. Y tanto que no lo es chavales. Pero bueno, le perdonaremos a Bendis que muestre tan sorprendidos a unos personajes que supuestamente tienen el culo pelado de salir indemnes de un buen número de situaciones todavía más surreales.
Y es que el guion de Bendis para Vengadores: Las Guerras Asgardianas es cien por cien marca del autor. A saber, tenemos grandes dosis de épica y acción, un montón de diálogos ágiles, con chispa, con chascarrillos acertados. Ahora viene el pero, porque estaba claro que habría un gran pero. Y es que el guionista evidencia nuevamente que lo suyo son los personajes de carácter urbano o más mundanos como ha demostrado en sus excelsas etapas con Daredevil, Jessica Jones o Ultimate Spider-Man. Hay algún momento que me ha sacado de la lectura al ser testigo de unos héroes tan desnaturalizados.
A su favor debemos mencionar también que logra el objetivo de la historia al ofrecernos una oda a la amistad y el compañerismo que rezuma clasicismo por todos los poros. Puede que el camino hasta este nuevo punto de arranque haya tenido más baches de los que fueran deseables. No obstante, el final, con este tridente convertido de nuevo en hermanos de armas, deja con una sonrisa de oreja a oreja de esas que se recuerdan durante mucho tiempo.
Claro está que estos resultados son los que son porque debemos añadir el majestuoso apartado artístico aportado por los lápices del británico Alan Davis. El dibujante no se ha prodigado demasiado por las series de los Vengatas. De memoria me salen los seis números escritos por Kurt Busiek con Kang como villano, la saga Calma tensa (de nuevo un conflicto entre Thor, el Capi y Iron Man) y la saga Ultron Forever, transcurrida en varios anuales relativamente recientes. Todos ellos trabajos impecables. Su potente narrativa le da una fuerza a los textos de Bendis como pocas veces ha tenido el prolífico escritor. Una vez leída la historia no se me ocurre un artista mejor para esta pequeña epopeya llena de dragones, gigantes, trolls y demás criaturas de los nueve reinos del árbol mágico.
En definitiva, un tebeo disfrutable, palomitero a la par que clásico que deja con ganas de leer el siguiente capítulo de los Vengadores de Bendis.