Hacía más de un año que no teníamos un spin-off del Black Hammer de Jeff Lemire. En los últimos meses hemos tenido los dos tomos de historias cortas hechas por diferentes equipos creativos, y dos tomos de El Renacer, el nuevo arco argumental de la serie principal. Pero no teníamos una serie limitada de esas con las que Jeff Lemire hace sus particulares homenajes a momentos y autores específicos de la historia del cómic superheroico desde Revientacráneos y Chico Esqueleto en abril del año pasado. Con Los Increíbles Antiadolescentes se retoma uno de los puntos más interesantes que tiene esta franquicia.

Jane Ito es una autora de cómic que está en SpiralCon haciendo comissions y firmando ejemplares de su obra Los Increíbles Antiadolescentes, un cómic en la línea clásica de los cómics de héroes jóvenes como la Patrulla X o los Nuevos Titanes. Hasta que un día se presenta en su estudio Jack Sabbath, uno de los personajes de su tebeo, diciéndole que los Antiadolescentes son reales. Y que ella no es sólo una autora, también es Strobe, otra miembro del equipo, pero que lo ha olvidado. Juntos irán buscando al resto de personajes del tebeo para hacerles recordar.

Aunque según palabras del propio Lemire esta serie homenajea a todas las series de héroes juveniles, es claramente la Patrulla X la que vemos en estas páginas. Miles Moniker es un adulto entrado en años que va reclutando jóvenes con superpoderes por todo el mundo, a los que entrena en una sala que proyecta escenarios virtuales. Y en el equipo tiene, entre otros, a una chica con unos niveles de poder altísimos que está perdiendo el control, a una chica que vuela con una cresta punk y a un fortachón de Europa del Este con una forma hiper dura y brillante.

Los paralelismos con la Patrulla-X son más que evidentes, pero es que la historia también es perfectamente identificable. Los héroes que han olvidado quiénes son en realidad, y uno de ellos les va haciendo recordar uno a uno es Dinastía de M, uno de los crossovers centrados en los mutantes más populares de principios de siglo. En este aspecto, Los Increíbles Antiadolescentes quizás peca un poco de superficialidad. Revientacráneos era un homenaje artístico a la obra global de Frank Miller, Doctor Star planteaba interesantes ideas alrededor de las relaciones paterno-filiales, pero aquí no hay grandes ideas como una capa adicional a la historia de homenaje clásica de las series de Black Hammer. Si acaso, podríamos apreciar pinceladas de ideas varias aquí y allá, como la manera en la que la madurez nos hace ver con otros ojos nuestro propio pasado o sobre cómo afrontar la pérdida y el dolor. Pero no tenemos esa tercera capa de lectura que convierte a la mayor parte de las obras de este universo en obras sobresalientes en lugar de quedarse sólo en buenos tebeos de superhéroes.

Pero lo que sí destaca en esta obra es el arte de Tyler Crook, que ya pasó por esta franquicia en Coronel Weird: Cosmagogo, una muy interesante serie que vimos hace un par de años. Aún siendo perfectamente reconocible su estilo, en lugar de tener el tono onírico que vimos en Coronel Weird, aquí estamos ante una serie totalmente superheroica. Usa además dos estilos perfectamente diferenciados, las acuarelas que le hemos visto previamente para el mundo real, y un acabado convencional con lápiz, tinta y colores planos, para ilustrar las páginas del cómic de Jane Ito.

Se incluye como extra al principio del tomo la historia corta Horrores del porvenir, que ya vimos en Calles de Spiral, y donde se presenta a estos personajes. El ilustrador de este prólogo es David Rubín, también creador gráfico de los personajes.

Los Increíbles Antiadolescentes es un buen cómic, de eso no hay absolutamente ninguna duda. Tenemos unos personajes bien definidos en una historia de tan sólo cuatro números y el autor consigue que lleguen a interesarnos e incluso a importarnos. Pero quizás el problema que tiene es que se queda en un buen cómic en toda una línea editorial que nos ha acostumbrado a más que sólo bueno. Aún así, una lectura agradable para los fans del Hammerverso.