Hablábamos a mediados del año pasado del primer tomo de Black Hammer: Visiones, una serie de historias protagonizadas por las creaciones de Jeff Lemire escritas y dibujadas por autores que no son los habituales de la serie. Como suele ser habitual, el resultado de estas recopilaciones de historias cortas es desigual, y nos encontramos con autores que han pillado a la perfección el espíritu y tono de la obra y otros que se limitan a cumplir. Lo mismo ocurre con este segundo volumen que Astiberri ha lanzado recientemente, con el que se cierra la serie. Vamos a ver qué tenemos por aquí.
Abrimos con uno de los mejores números de la serie, protagonizado por Revientacráneos. En esta historia, Kelly Thompson nos cuenta una historia del pasado de este trasunto de Batman con una actitud y unas calaveras que recuerdan al Castigador. Tiempo atrás, Revientacráneos conoció a una sensual ladrona de guante blanco con el nombre artístico de Bijou, con la que tuvo una relación de rivales que se atraían. Claramente, nos lleva a los mejores tiempos de Batman y Catwoman. En tan solo veintidos páginas, Thompson nos cuenta una historia amarga, con la pertinente dosis de homenaje made in Black Hammer, con una definición de personajes impecable para la corta extensión del relato y los ingeniosos diálogos que caracterizan a esta escritora. Sin duda, el mejor número de los ocho de Black Hammer: Visiones y una prueba más de que Kelly Thompson es una de las escritoras más interesantes del panorama superheroico actual. Al dibujo, Leonardo Romero complementa a la perfección la historia, marcando los contrastes entre Revientacráneos y Bijou.
Seguimos con un número centrado en Cthu-Lou, un fontanero que se cruzó en el camino de una entidad lovecraftiana y ahora tiene seis ojos y tentáculos en la cara. Cullen Bunn nos presenta al personaje harto de su destino y queriendo trabajar como un fontanero normal, en una divertida historia que confronta la normalidad con el terror lovecraftiano. Al arte, Malachi Ward y Matt Sheean le dan tanto el punto sobrenatural como el cómico que necesita la historia, pero sin estridencias.
¿Recordáis el arco argumental del limbo en Black Hammer: La edad oscura? Pues en ese ámbito se mueven Cecil Castellucci y Melissa Duffy en el penúltimo número de la serie. Ms. Rayo de luna protagoniza una historia meta sobre los personajes secundarios que tiene muchos de los puntos flojos de la mencionada historia del limbo y pocos de sus aciertos. Olvidable.
Y cerramos el tomo con una historia protagonizada por el Jinete sin caballo, con un equipo creativo que nos hace dudar de lo que nos vamos a encontrar. Al guion, nada menos que Scott Snyder, el autor responsable de Noches oscuras: Metal y Death Metal, que tendrá su público pero decididamente no soy yo. Pero al dibujo está David Rubín, uno de los autores más fascinantes de la actualidad, que además nos acaba de dejar boquiabiertos con El Fuego. Lo que tenemos aquí es una historia de origen en un género de western sobrenatural ambientada en dos épocas, más que correcta en la historia y brillante en el dibujo. Como ya hemos visto en otras ocasiones, cuando Snyder hace historias pequeñas suele hacer buenos trabajos. Rubín, en cambio, los hace buenos siempre. La mejor historia del tomo junto con la de Kelly Thompson.
Lo que tenemos aquí es exactamente lo mismo que vimos en el primer tomo. Una colección de historias cortas inconexas, de calidad y temática variada, que da un buen rato de lectura a los fans de Black Hammer. Que, por cierto, estamos a la espera del segundo volumen de El Renacer.