Desde hace algo más de un año, ECC está publicando una serie de títulos bajo el sello genérico Universo Oscuro, con personajes de corte sobrenatural y/o relacionados con la Liga de la Justicia Oscura. Así, hemos visto la reedición del Deadman de Mike Baron y Kelley Jones, La Cosa del Pantano: Cuentos de la ciénaga, el Manbat de Dave Wielgosz y Sumit Kumar y La Cosa del Pantano de Ram V. Y ahora, dentro de esa línea, recuperan una serie limitada protagonizada por el demonio Etrigan y publicada originalmente en 2018: El Infierno es la Tierra, de Andrew Constant y Brad Walker.
El Infierno es la Tierra es una serie limitada que retoma el espíritu de los Demon Knights, el grupo en el que se presentaba la parte sobrenatural del Universo DC en los primeros tiempos de los Nuevos 52 y que con el tiempo daría lugar a Stormwatch. Nos encontramos aquí con Jason Blood intentando mantener a Etrigan bajo control, viviendo aislado en mitad de la nada en el Valle de la Muerte de California y enganchado a una botella de whisky barato. Pero una bomba nuclear debilita las fronteras con el Infierno y las hordas de Belial, hijo de Trigon, padre de Etrigan y nuevo regente del Infierno, entran a la Tierra. Para intentar detener la invasión demoniaca, se fragua una incómoda alianza entre Etrigan, Blood, Madame Xanadú y Merlín.
La sensación que deja El Infierno es la Tierra es positiva pero con matices. Si bien es un cómic con un ritmo trepidante y unas escenas de acción bien planificadas y narradas, a la representación que se hace del Infierno y de las hordas demoniacas les falta punch. Se echa de menos el ambiente malsano del Hades que otros autores han retratado exitosamente, como Alan Moore en La Cosa del Pantano, Neil Gaiman en Sandman o Garth Ennis en la propia The Demon. Aquí, los demonios dan la sensación de monstruos genéricos más que de ángeles caídos, de seres cuyo objetivo es la tortura eterna de las almas condenadas. El hecho de que esta historia funcione mejor en el plano visual y narrativo que en el argumental nos da la sensación de que la mayor parte de los méritos son atribuibles al dibujante, mientras que el guionista, aunque tiene buenas ideas, aún tiene camino que recorrer.
Al guion tenemos a Andrew Constant, un autor australiano que se ha fogueado en editoriales independientes como Gestalt, Diezelpunk o Frew Publications, para la que ha hecho historias nuevas del personaje clásico The Phantom. Entra a trabajar para DC en 2020, donde hace dos historias cortas de Wonder Woman con Nicola Scott, en Wonder Woman: Black and Gold y en DC Cybernetic Summer -esta última inédita en castellano-, otras dos de la Cosa del Pantano con Tom Mandrake, ambas inéditas, y la miniserie de dos números Estado Futuro: Nightwing, publicada aquí en el tomo Futura Gotham. Demon: El Infierno es la Tierra es la primera serie larga -bueno, más o menos larga- que publica en DC.
El dibujo es de Brad Walker, al que conocemos principalmente de los Guardianes de la Galaxia de Dan Abnett y Andy Lanning, pero que también se ha pasado por Detective Comics, las series del entorno de Green Lantern (Sinestro y New Guardians) durante los primeros años de los Nuevos 52 o la etapa de Renacimiento de Aquaman.
El Infierno es la Tierra resulta ser finalmente una historia entretenida, que se deja leer, pero que dista de estar a la altura de las mejores historias del personaje, entre las que podríamos destacar las etapas de Jack Kirby, Matt Wagner y Garth Ennis. Aún así, siempre es agradable tener por aquí a Etrigan, un personaje con mucho potencial en manos capaces y que nos gustaría ver más a menudo.
