¿Se puede hacer una historia de Reckless sin Reckless? Pues si tenemos a Ed Brubaker y los Phillips se puede hacer lo que les dé la gana.

Y es que en Reckless 4: El fantasma dentro de ti, la protagonista absoluta es Anna y dejamos a Ethan Reckless fuera de plano. Ya en el tomo anterior, nuestra punk pelimorada favorita iba ganando planos y, a la altura del tomo cuarto, ya está el pulso tan cogido que nos podemos permitir mandar al prota de paseo.

Pero pese a ser el cuarto libro de la serie y tal como pasaría en las historias de las que bebe Reckless, cualquier punto puede ser puerta de entrada para lectores recién llegados y Reckless 4: El fantasma dentro de ti bien podría leerse de forma unitaria. Es por esto que, por si queda algún despistado, nos pondremos brevemente en antecedentes sobre qué es Reckless. Al hablar de entregas anteriores, ya comentábamos que en las dos décadas de trabajo en equipo de Ed Brubaker y Sean Phillips, han explorado y reinventado el noir en todos los ángulos y formas posibles y es por eso que, en este momento de su carrera, han optado ya por esa faceta más puramente lúdica del género. Así, Reckless toma el testigo de ese segundo auge del pulp, que tanto en novelas como en cine tuvieron lugar sobre todo en 70 e incluso hicieron surgir nuevos subgéneros como la blaxploitation, el giallo, el gore, las artes marciales, el rape/revenge y tantos otros. Todo esto nos lleva a esas historias negras donde el subtexto no importa tanto como la propia investigación del caso de turno o la acción.

De este modo, tenemos aquí a Anna haciendo las veces de una irreverente Velma Dinkley cuando tiene que investigar una vieja mansión que, según su clienta, podría estar encantada. Una vieja reina del grito de la serie B de los 60 y 70 hereda una vieja mansión con una truculenta tradición de asesinatos y asuntos turbios, lo que la llevará a contratar los servicios de Anna, fan desde niña, para investigar los extraños fenómenos que están teniendo lugar.

Obviamente, esto sigue siendo Reckless y ni tendremos gente disfrazada de monstruo ni un capítulo de Cuarto Milenio, sino una nueva inmersión en la catacumbas de la sociedad del Hollywood de los 80. La dramática historia de la mansión les valdrá una vez más para adentrarse en el lado más turbio del mundo del cine clásico, donde ya se detuvieron en The Fade Out, y para hacer un guiño a la serie B setentera, de donde tanto bebe Reckless.

Anna no es Ethan y obviamente el tono no es exactamente el mismo, pero Bru y Phillips, nuestra muchachada noir, consiguen sincronizar sus frecuencias hasta el punto en que la historia de Anna tiene sus propias normas e identidad, pero dejando que a la vez la historia siga sintiéndose Reckless. Seguimos pues conociendo a la carismática compañera de Ethan Reckless, averiguando detalles de su pasado, mostrando un poco más de lo que la hace ser quien es y dejando incluso alguna pequeña pregunta que mantenga el interés por ella a futuro. Pero más allá de eso, esto sigue siendo Reckless 4: El fantasma dentro de ti y el foco no está en la construcción de personajes, en las referencias o los subtextos. El foco está en el caso de la semana, en cómo se plantea y cómo se resuelve, y, a ese nivel, estos señores saben de sobra como picar nuestra curiosidad y mantenernos enganchados.

Incluso en obras más ligeras como esta, Brubaker demuestra que es uno de los mejores escritores de la industria de las viñetas y consigue que sus historias cargadas de texto en off funcionen y no interfieran con la parte dialogada. Es más, es casi como si en cada viñeta se nos estuvieran contando dos historias, pero sin generar ruido, de forma fluida y dejando que juntas construyan otra más grande.

Y es que ahora es cuando deberíamos decir que, si esto funciona, es también por la manera en que Sean Phillips nos lo cuenta, pero a estas alturas despliegan un grado de compenetración tal que intentar verlo como elementos separados es tan imposible como absurdo. Aún así, de vez en cuando conviene deleitarse en cómo el dibujante británico maneja los detalles sutiles — su recurso favorito: los márgenes de viñeta — para dosificar la acción, imprimir el ritmo o detenernos en los momentos clave.

Pero la maquinaria perfecta de Reckless 4: El fantasma dentro de ti no para ahí, porque padre e hijo también terminan las frases del otro. La paleta profusa en colores pastel de Jacob Phillips es la responsable de cerrar las viñetas — siempre sin borde — y definir los gutters, contribuyendo a ese aire distante y vaporoso que, junto con la voz en off, es casi como si nos situaran en la manera en que mentalmente ponemos imágenes en nuestras cabezas al leer una novela de este tipo. Los renders con bordes rasgados o en ángulos duros e imposibles en la realidad nos sitúan también en este espectro complementando y dando toque también en este sentido al estilo más realista de su padre, por más que su acabado sea mucho más suelto de lo habitual.

De lo que no hay duda es de que el equipo formado por Brubaker y los Phillips tiene una identidad única, inconfundible y probablemente inimitable. Aún diría más, Reckless, tiene una identidad única e inconfundible incluso con respecto al resto de obras de la muchachada noir.

Aunque parezcan haber hecho una pausa durante 2023 para hacer Night Fever — inminente en España — y Where The Body Was — inminente en USA —, aún queda un tomo más de Reckless por llegar a nuestros lares y no hay noticias de que el quinto tomo sea su último adiós, con lo que, afortunadamente, sabremos más de Ethan y Anna en el futuro y es que esto también es ir un paso más allá. Daos cuenta de que, por más que este equipo creativo nos haya dado mil y una historias memorables, el saltar de género — o más bien subgénero, porque siempre rondamos el noir — temática y tono les ha negado la posibilidad de tener unos personajes que podamos asociar con los autores. Siempre la historia y los creadores se han situado por encima de sus personajes, hasta en los casos de Holden Carver en Sleeper o la familia Lawless en Criminal, que probablemente sean sus personajes más carismáticos… hasta ahora. Con cada nuevo volumen de Reckless estamos más cerca de ponerle remedio.