Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

The fade out de Brubaker y Phillips

The fade out de Brubaker y Phillips
Guion
Ed Brubaker
Dibujo
Sean Phillips
Color
Elizabeth Breitweiser
Formato
Cartoné. 400 páginas. Color
Precio
40€
Editorial
Panini Cómics . 2018
Edición original
The Fade Out #1-12 USA (Image)

Desde que en 2003 Ed Brubaker y Sean Phillips coincidieran en Sleeper (se habían topado 4 años antes en La escena del crimen, pero con Phillips a las tintas), han formado uno de los dúos creativos más sólidos de la escena comiquera. Cada nuevo título que surge de su trabajo asegura que nuestro dinero será bien invertido sin necesitar referencias previas. Sleeper, Criminal, Incognito, Fatale… y este The fade out no iba a ser una excepción.

The fade out de Brubaker y Phillips

Estamos acostumbrados a que las obras de este equipo se adscriban a lo que llamamos noir, pero probablemente The fade out sea la obra más negra que han parido nunca. A través de un recurso conocido como es una muerte en extrañas circunstancias, Brubaker y Phillips nos hacen un recorrido por el Hollywood clásico de posguerra, el Hollywood de la magia, que como suele ser habitual, resulta no ser más que un truco que el público prefiere creer antes que la verdad. En ese mundo que encubre sobornos, chantajes palizas, desapariciones y suicidios misteriosos, Charlie Parish y Gil Mason son dos guionistas que se encargarán de introducirnos en un mundo donde todos tienen algo que ocultar

Este cómic es heredero del género negro más canónico discípulo de los nombres más conocidos como Raymond Chandler, James Ellroy, Michael Connelly o Dashiell Hammett (quien por cierto, sale en el tebeo). Ponemos el foco en Hollywood, con lo que no dejamos de pisar esa Los Ángeles que ha sido el marco de las más grandes historias noir y concretamente este distrito que fue escenario de La Dalia negra, Hollywoodland o Mulholland drive.

The fade out de Brubaker y Phillips

El género negro no es sombreros y pistolas, el mundo noir es uno en el que, como dice uno de los personajes de The fade out, no hay buenos. Lo más parecido que tenemos a un caballero blanco en este Hollywood de Brubaker y Phillips es un escritor alcohólico, superado por las circunstancias, repudiado por todos y con tendencia a meterse en líos. O quizá también un escritor alcohólico, superado por las circunstancias, traumatizado y con tendencia a traicionar a los que quiere. Incluso no queriendo corromperse, todos terminan cediendo al miedo, la codicia o la lujuria en esta máquina de corrupción de la meca del cine.

El Hollywood de la caza de brujas, de los ejecutivos inhumanos de los grandes estudios, de los engaños publicitarios sistemáticos y los abusos sexuales, se ve de otro modo en los tiempos del escándalo de Harvey Weinstein. El viejo Hollywood puede ser revisitado hoy con un punto de vista completamente nuevo. Pese a la utilización de montones de clichés conocidos, el significado con el que hoy los vemos en The fade out aporta una voz propia a la obra.

The fade out de Brubaker y Phillips

Más allá de esa nueva visión y ese ambiente profundamente negro, la historia está dosificada con esa pericia que caracteriza a Ed Brubaker. Puede que se sirva de alguna pequeña trampa como los agujeros de memoria, pero despliega una habilidad impresionante para sumergirnos en el amplio reparto coral donde todos tienen algo que decir. Con esa sensación constante de que algo muy malo está a punto de ocurrir, consigue que caigamos en las redes de la trama para que, cuando llegamos al último cuarto, saque la artillería pesada y nos deje tocados y hundidos.

Es importantísimo que para cuando llegamos a ese acto final, los personajes hayan conseguido quedarse con un pedacito de tu corazón, aunque sea de esa manera sucia y violenta del noir. Sin duda los diálogos son un ingrediente indispensable, pero como mínimo la mitad del mérito recae en Sean Phillips. Sin grandes artificios y un planteamiento de página en tres tiras más clásico y conservador de lo habitual, Phillips se centra en las dos cosas que trabaja como nadie: las luces dramáticas y el acting de personajes. Los personajes que salen de la Cintiq de este británico gesticulan, miran y hablan de manera que incluso rozando la exageración expresionista, la credibilidad es absoluta. Saben desagradarte cuando deben, dar miedo cuando procede, enamorarte cuando quieren y entristecerte y arrancarte un pedacito de alma casi en cada momento. Incluso cuando trabaja con personajes reales como Clark Gable o Ronald Reagan, sus rostros no resultan acartonados y se mezclan con el resto de rostros.

The fade out de Brubaker y Phillips

Como en el cine clásico, los personajes fuman, beben y se pelean, pero al fin y al cabo como artilugio para contarnos más sobre sí mismos. Casi podemos ver cómo cada personaje de Sean Phillips tiene su propio modo de caminar. Con un guionista como Brubaker, profuso en textos de apoyo, un dibujante que aporte información visual más allá de lo que leemos es fundamental y es ese el motivo por el que pocas parejas creativas funcionan tan bien como Brubaker y Phillips.

Pero además, desde Fatale, un tercer factor se ha incorporando a la ecuación: Elizabeth Breitweiser. La colorista se mimetiza con el estilo de Phillips con un trabajo tan rotundo y expresionista como las tintas del dibujante. Más allá de cumplir la papeleta asignando colores, Breitweiser se atreve con pinceladas duras y toscas que pueden recordar en cierto modo al estilo que usa el propio Phillips en las portadas y recoge el testigo de sus contrastadas iluminaciones para aportarles una paleta atrevida que inexplicablemente se adapta como un guante al ambiente de este Hollywood noir.

The fade out de Brubaker y Phillips

Esta edición en tapa dura de Panini incluye unas 60 páginas de extras curiosos y bonitos, pero, en general no excesivamente relevantes. En cualquier caso, estamos ante uno de los mejores trabajos que ha dado el tándem Brubaker-Phillips y para aquellos partidarios de las ediciones de lujo para obras de largo recorrido, tienen en esta primera de The fade out la que podría ser la definitiva.