Poco se está hablando de Radiant Black y el Massive Universe al que pertenece. Sin hacer mucho ruido, Kyle Higgins está dando forma a su propio universo cohesionado de superhéroes al amparo de Image Comics. El guionista de Darkhawk, Power Rangers o Ultraman ha dado un golpe sobre la mesa para dejar manifiestamente claro que el género pijamero, lejos de estar agotado, tiene todavía mucha tela que cortar.
A tope con Radiant Black!
Mucha gente opina que Radiant Black es a las nuevas generaciones lo que Invencible fue a la suya. Sinceramente, yo he leído ambas en el momento en que fueron despuntando. Y sí, acepto que son rompedoras, son originales. Pero, honestamente, creo que la serie que hoy nos ocupa es mucho más ambiciosa.
“Galería de villanos”, así se titula este tercer volumen con el que llegamos al capítulo dieciocho americano. Actualmente, la serie va por su número veintiséis, con varios spin off exitosos a nivel de crítica y público. De uno de ellos, Rogue Sun, hablamos por estos lares hace un par de meses.
En Radiant Black los electores ejercen como testigos mudos de la modernización del cómic de superhéroes. Un género que lleva anquilosado desde hace décadas, con algunas honrosas excepciones como la mencionada Invencible, los primeros años de la línea Ultimate o algunos títulos de Grant Morrison. Aquí, veremos como Kyle Higgins coge algunos tópicos para darles un lavado de cara, en la forma, que no en el fondo, hasta hacerlos parecer completamente nuevos.
Por ejemplo, si en los años sesenta muchos villanos se servían del Daily Bugle para dar caza a Spider-Man, ahora los villanos de nuevo cuño se sirven de redes sociales o youtube para provocar a Radiant Black. Tampoco faltarán los habituales primeros enfrentamientos, fruto de un malentendido, que terminan con dos héroes haciendo equipo frente a una amenaza mayor.
A lo largo de este puñado de capítulos, el guionista pone el foco en varios asuntos diferentes. Me gusta especialmente ver cómo Radiant Black es el centro y equilibrio de prácticamente toda la actividad superhumana de la serie, siendo nuestro querido enmascarado la causa y la solución para buena parte de los entuertos. Este tomo nos tiene reservadas una de las batallas más alucinantes que ha visto el Massive Universe hasta el momento, en un marco tan puramente yankee como es un partido de baloncesto entre equipos de instituto un viernes por la noche.
Otro detalle a destacar es la forma en la que Marshall (actual portador del Radiant) trata de sacar tajada de sus habilidades. La idea de un héroe ganando pasta con la publicidad no es nueva. De hecho, ya podíamos verlo con el Capitán Asombroso de los Mystery Men. No obstante, Higgins sabe dar con el equilibrio perfecto al iniciar un dilema que nos obligue a decidir entre si es una idea brillante o un acto de mezquindad.
Para cerrar el aspecto más superheroico de la reseña me gustaría resaltar el fascinante episodio final centrado en Radiant Yellow. En tan solo veinticuatro páginas, Kyle Higgins (apoyado en los guiones por Laurence Holmes) y Stefano Simeone rompen con toda la narrativa previa para ofrecernos una historia que nos ayuda a conocer mejor a este héroe del Massive Universe. No es oro todo lo que reluce. Y no digo más.
Dejo para el final mis consideraciones sobre toda la parte “humana” de la obra. Más allá de los inmensos poderes que ofrecen los distintos Radiant, esta serie es sobre todo un drama humano, un análisis de la crisis de la mediana edad de dos hombres (Marshall y Nathan) que deben aprender a aceptar lo que les ofrece la vida. La relación de ambos amigos va dando tumbos cada pocas páginas, resultando escalofriantemente realista la forma en que Higgins escribe sus diálogos. Estoy convencido de que todos hemos pasado alguna vez por algo así.
Francamente, me gustaría mucho poder mirar en la cabeza del escritor para ver cómo fluye el torrente de ideas que cada mes va plasmando en la serie. Su libreta de anotaciones tiene que ser un galimatías de cuidado.
La parte artística de Radiant Black sigue estando en buenas manos con un Marcelo Costa que nació para dibujar cómics de superhéroes. Sobre todo las escenas de acción, pocas y bien dosificadas, donde muestra su tremenda capacidad narrativa. En estos números también podremos apreciar el trabajo de Eduardo Ferigato o Stefano Simeone (en el citado capítulo de Radiant Yellow) con unos resultados y oficio similares.
En definitiva, la punta de lanza del Massive Universe sigue siendo mi tebeo de superhéroes de cabecera y mucho tendría que cambiar el mundillo para que otra serie o personaje coja el relevo.
No quiero terminar sin mencionar el estupendo site que Norma Editorial está dedicando a la serie y todos sus derivados. No dejéis de visitarlo.