Que a los lectores de cómic de superhéroes nos gusta un universo cohesionado más que a un niño un caramelo es algo que todos sabemos. Desde que en los años 60, Marvel y DC presentaran sus cosmos de ficción, hemos visto a muchas editoriales perseguir los mismos resultados. Ahora mismo me vienen a la cabeza ejemplos como Acclaim/Valiant, Wildstorm y luego ejemplos más comedidos como Black Hammer o el mundo de Hellboy. Recientemente, Kyle Higgins presentó el Massive Universe en las páginas de Radiant Black, universo al que pertenece Rogue Sun.
Rogue Sun. Nuevo mundo, nuevas reglas
Creo que merece la pena aclarar que Rogue Sun se presentó oficialmente en las páginas de Super Massive, especial publicado por Norma Editorial hace un par de meses. Allí vimos cómo este héroe formó equipo con varios Radiants, pero no supimos nada de él, ni su origen, ni sus poderes ni nada. Lo que sí consiguió fue dejar con ganas de saber más a los lectores. Pues bien, esas ansias se han visto colmadas con su propia serie regular que actualmente va por la entrega número catorce. Las primeras seis entregas son las que aparecen recopiladas en este volumen titulado “Cataclismo”.
Antes de entrar en faena comentar que Rogue Sun me parece el mejor tebeo de superhéroes que se ha publicado en los últimos quince años. Es tan adictivo como el Invencible de Robert Kirkman, pero mucho más adictivo y cañero. Su guionista Ryan Parrott, al igual que Kyle Higgins, proviene de los tebeos de Power Rangers, franquicia que ha demostrado ser una cantera de talento impresionante.
Parrott ha demostrado conocer muy bien todos los tropos del cómic pijamero. En Rogue Sun no inventa nada, pero no hace la más mínima falta, porque lo que cuenta, lo cuenta muy bien. Al igual que en la mencionada Invencible, el foco lo pone en la caracterización de los personajes y la interacción de estos con sus amigos y familiares.
Os pongo un poco en situación. Marcus Bell, el Rogue Sun original, ha muerto a manos de una amenaza desconocida. Hasta aquí todo normal. Resulta que ha elegido a su hijo Dylan como sucesor y nuevo portador de la piedra solar. El problema viene en que Marcus abandonó a Dylan y a su madre hace quince años para formar una nueva familia, por lo que Dylan tiene más bien poco interés en continuar con el legado familiar. A esto debemos añadir que nuestro involuntario héroe es egoísta, mentiroso y todo un abusón escolar. Un auténtico capullo lleno de la típica angustia adolescente al que no sabes si abrazar (por aquello de la ausencia de una figura paterna) o darle un par de sopapos para enderezarlo. Dicho esto, no parece que sea la persona más idónea para confiarle la seguridad del mundo.
De esta forma, el escritor plantea una historia que podría definirse como ¿y si la araña radioactiva hubiera mordido a Flash Thompson en lugar de Peter Parker? Con Rogue Sun nos encontramos una historia llena de acción superheroica, pero a la vez es también una historia muy humana que ahonda en aspectos fundamentales como son la confianza, la redención, la soledad y todas las dificultades que conlleva la convivencia con la familia.
Como hemos dicho antes, la serie no inventa la rueda, pero todo lo que cuenta lo hace de forma fresca y novedosa gracias sobre todo al excelso dibujo de Abel (apoyado por el color de Chris O´Halloran). El artista, con un estilo similar al de nuestro adorado Dan Mora, hace que cada plancha de Rogue Sun te golpee la sinapsis. Menudas páginas más explosivas se curra el amigo. Su narrativa es algo fuera de serie, pero lo que me flipa es el dominio que tiene del lenguaje corporal, sus personajes son enormemente expresivos, muchas veces no hace falta leer los bocadillos de texto para saber lo que quieren decir.
En resumidas cuentas, estamos ante un tebeo que deja con ganas de saber más de este fantástico héroe, de sus aliados, de su galería de villanos, en definitiva, de todo. Que larga se me va a hacer la espera hasta que Norma Editorial saque el segundo volumen.
PD: La edición de Norma Editorial incluye seis tarjetas/postales a doble cara la mar de chulas.