Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Moon Eaters, de Víctor Santos

Moon Eaters, de Víctor Santos
Guion
Víctor Santos
Dibujo
Víctor Santos
Formato
Cartoné, blanco y negro, 192 páginas
Precio
22 €
Editorial
ECC / Spaceman Project. Noviembre 2022

De Víctor Santos se pueden decir muchas cosas buenas. Sin duda una de ellas es que es un jodido culo inquieto. La producción del autor es enorme y además se diversifica. Tenemos obras para el mercado patrio (El lobo sobre el mar de las bestias), para el mercado europeo (Sukeban Turbo), de procedencia americana (Against Hope), tebeos lanzados con una campaña de mecenazgo (“Moon Eaters”, el cómic que nos ocupa) e incluso obras que surgieron como un divertimento en internet y acabaron teniendo edición impresa comoPolar, que acabó teniendo una película en Netflix.

Moon Eaters

Santos es un autor prolífico, completo, que lo mismo te escribe que te dibuja o que te hace las dos cosas, siempre con un nivel de notable alto para arriba. Su obra abarca multitud de géneros, desde la fantasía épica de Los Reyes Elfos al noir con mensaje crítico deIntachable. Personalmente suelo disfrutar bastante de todo lo que hace, en especial en obras como este “Moon Eaters”.

“Moon Eaters” es lo que podríamos llamar un tebeo de palomitas. De sentarse, abrir el tomo y disfrutar. Publicado gracias a una campaña de crowdfunding de la plataforma Spaceman Project, estamos ante una novela gráfica trepidante, divertida y, sobre todo, adrenalínica.

La premisa de “Moon Eaters” es simple en su idea de partida, pero brillante en su ejecución. Tenemos un protagonista llamado Tommy Blackfoot, un tópico personaje a caballo entre el anti héroe pulp y el tipo duro habitual del cine de acción de los 80 y noventa. Acaba de salir de prisión para citarse en un motel con una groupie que le escribía cartas. Allí deberá enfrentarse a su pasado cuando su antigua banda trate de acabar con su vida.

Moon Eaters

Como la narrativa de Víctor Santos es muy cinematográfica, me van a permitir que juegue con las similitudes con el séptimo arte. “Moon Eaters” se podría decir que pertenece al subgénero del home invasion o lo que viene a ser la supervivencia de unos pocos parapetados en un lugar cerrado contra muchos, en su definición menos terrorífica. Esto es algo que llevamos viendo literalmente siglos, desde la mitológica Guerra de Troya, pasando por las muchas adaptaciones de los hechos de la batalla de “El Alamo”, “Los 7 Samuráis de Akira Kurosawa”, “Abierto hasta el amanecer”, de Robert Rodríguez o la sensacional “Asalto al Distrito 13” de John Carpenter.

Este último, mencionado en el párrafo anterior, es el referente más claro de “Moon Eaters”, precisamente por la capacidad del cineasta para mezclar géneros con eficacia en películas como “Golpe en la pequeña China” (cuya traslación comiquera contó con los lápices de Santos) o “1997: Rescate en Nueva York”. De hecho, el Tommy Blackfoot de este cómic tiene mucho de Snake Plissken. Y es que Santos nos regala un protagonista que tira de carisma, cuyo misterioso pasado oculta mucho más de lo que parece a simple vista.

Moon Eaters

Creo que puedo decir, sin mucho riesgo de equivocarme, que la verdadera intención de Víctor con “Moon Eaters” es escribir con viñetas una carta de amor a la serie B más disparatada y divertida. Santos ha pillado a la perfección el espíritu cafre y macarra de míticas productoras como Empire, Canon, Orion o Carolco, creadoras de mil y una cintas que nos hicieron pasar cientos de horas pegados a la pantalla (sobre todo a la pequeña) hace varias décadas.

Las más de cien páginas de “Moon Eaters” se leen de una sentada, prueba de que el autor sabe atrapar al lector desde el comienzo con escenas de acción que quitan el aliento, pequeños alivios cómicos, algo de sexo y pequeñas dosis de terror lovecraftiano. Al final, acabas cerrando el tomo con una sonrisa en los labios y saboreando el aroma a sangre, sudor y pólvora en el ambiente.

A estas alturas creo que no hace falta hablar demasiado del excelso trabajo de un autor como Víctor Santos. Su dominio de la narrativa, la planificación de páginas, el uso del blanco y negro, su capacidad para crear ambientación… una maravilla.

ECC ha publicado Moon Eaters en un lujoso álbum con encuadernación en cartoné. La única pega que le encuentro es que ha sido un tanto rácana en lo referente al material extra.

Lo dicho, entretenimiento de calidad garantizado.