La colección de la línea Marvel Saga dedicada al Caballero Luna llega con “Dios y patria” a su primer punto de inflexión. Tras dos entregas, escritas por Charlie Huston, que sirvieron para redefinir al puño de Konshu, traer de vuelta a sus secundarios y elevar sus problemas de personalidad a la enésima potencia, toca el primer cambio de guardia importante en la colección.
Siguiendo la estela del propio Huston, damos la bienvenida a Mike Benson, guionista que no proviene del noveno arte, sino del mundo de la televisión, y cuyo mayor logro hasta ese momento era formar parte del equipo de escritores de la serie Entourage. “Dios y patria” supuso su entrada en Marvel Comics, editorial donde se quedó una temporada realizando trabajos con personajes como Punisher, Masacre, Luke o Shang Chi.
Para “Dios y patria”, Benson optó por seguir una línea continuista con respecto a su predecesor. Sigue el tono, urbano a más no poder, y la violencia extrema. No obstante, sus guiones se vuelven algo más lineales, sus diálogos más claros y la acción se sigue más fácilmente que en los dos arcos de Huston y Finch. No es mejor, ni peor, simplemente es distinto.
Caballero Luna: Dios y patria, interactuando con el Universo Marvel
Lo que sí me parece más interesante es la trama principal, muy anclada en el landspace dejado tras la resolución de la Guerra Civil entre superhéroes con la victoria del bando pro registro. En “Dios y patria” vemos como Marc Spector es un héroe registrado cuyos expeditivos actos han llamado la atención tanto de los medios, como de Tony Stark, que no entiende que un “héroe” tan violento haya logrado una licencia para operar como vigilante autorizado. De hecho, probablemente esta trama sea de lo más destacado que se contó en Marvel en este periodo de consecuencias.
También es destacable cómo Mike Benson sigue recuperando parte del escaso, pero rico, legado del personaje. No olvidemos que antes de esta serie regular tuvimos tan solo una serie de treinta y ocho entregas (recopilada por Panini en una de sus Bibliotecas), otra de sesenta números (parcialmente inédita en España) y dos miniseries de cuatro.
Benson aprovecha los problemas de personalidad múltiple de Marc para regalarnos una de las escenas más grotescas y creepie que se han visto en cualquier tebeo del Caballero Luna. “Dios y patria” ofrece un mayor cuidado de los secundarios, en especial de Marlene, cuya “cuota de pantalla” aumenta de sobremanera con respecto a la etapa de Huston. La (a veces) novia de Marc Spector hará, nuevamente, las veces de foco con la realidad del héroe plateado. También aparecerán por aquí Crawley o Frenchie. Pero el plato fuerte será el regreso de Carson Knowles, el espectro negro.
El sensacional villano creado por Doug Moench y Bill Sienkiewicz protagonizó una de las mejores historias del volumen fundacional del Caballero Luna. En “Dios y patria” le veremos pagar por las consecuencias de sus actos, pero también tratar de volver a las andadas emulando sus viejos vicios. Originalmente quería llegar a alcalde. Ahora perseguirá una meta mucho más enfermiza: ser querido por todo el mundo cueste lo que cueste.
Visualmente su aspecto es descomunal e imponente gracias al trabajo de un Mark Texeira que demostró estar tan en forma como en sus mejores tiempos a cargo del Motorista Fantasma. Con su estilo sucio y realista deja claro que es la elección perfecta como dibujante del Caballero Luna.
Es cierto que, una vez superado el inicial factor sorpresa, el Caballero Luna de Benson no es tan impactante o radical como el de Huston. Tampoco hace falta. Estamos ante un puñado de tebeos que se leen con gran facilidad, que enganchan y dejan con ganas de más.
El volumen de “Dios y patria” se completa con la inclusión del primer, y único, annual del volumen tres (cinco si contamos las miniseries) del Caballero Luna. Una historia guionizada por Duane Swierczynski e ilustrada por el español Jefte Palo. La trama es simple: un grupo de apoyo de mujeres habla de sus experiencias traumáticas y el avatar de la venganza hace justicia para una de ellas. Tan sencillo como parece y tan eficaz como es posible. Un pequeño relato no carente de interés que destaca una vez más por el espectacular dibujo de Palo, que pena que este autor dejase de prodigarse.
Tengo ganas de leer el siguiente volumen en noviembre. Las cosas para Marc se complicaron bastante tras el encontronazo con la Iniciativa de Tony Stark.
