Hace tiempo que la planificación editorial de los cómics superheroicos está notablemente condicionada por lo que se ve en los universos cinematográficos que los adaptan. Los héroes muertos resucitan a tiempo para sus películas, los que han dejado a otro con su traje vuelven a ocuparlo, y los productos audiovisuales que adaptan grandes eventos traen de la mano secuelas de los mismos. Sí, junto a Spiderman: Un nuevo universo vino Spidergedón y con Capitán América: Civil War vino Civil War II. ¿Y ahora que se ha estrenado en Disney+ la serie Invasión Secreta? Efectivamente: aquí tenemos Invasión Secreta II.
Por qué han decidido en Marvel Studios hacer una serie inspirada en Invasión Secreta, uno de los peores crossovers que han dado los cómics Marvel en lo que llevamos de siglo, es algo que ellos sabrán. El evento original era una serie palomitera y superficial en la que nos contaban que los skrulls llevaban tiempo infiltrados en la Tierra sustituyendo a personajes varios y sirvió básicamente para sacar un puñado de escenas de batalla, para pretender sin conseguir sembrar un clima de paranoia -hay quien dice que siguiendo todas las series de Vengadores de Bendis todo quedaba mucho más redondo-, para traer de vuelta a personajes muertos y para encumbrar al Reinado Oscuro de Norman Osborn.
El alcance de esta nueva Invasión Secreta -el II del título es creación de Panini España, que el original no lo lleva- es bastante más discreto. De nuevo, nos encontramos skrulls infiltrados entre los superhéroes, pero en esta ocasión la escala de los acontecimientos es mucho menor. No es una infiltración a nivel planetario, no se llevan planteando tramas desde hace meses y la historia no va a tener consecuencias globales. De hecho, la protagonista indiscutible es Maria Hill, con momentos puntuales de gloria para Nick Furia y Tony Stark, en lugar de los Vengadores. Y la cantidad de skrulls implicados es mucho menor que en la historia de Brian Michael Bendis. Es más una serie de espías que de superhéroes, más centrada en el tono de lo que debió ser la Invasión Secreta original que lo que acabó siendo.
Al guion tenemos a un Ryan North en un registro totalmente alimenticio. Conocimos al guionista canadiense gracias a la televisiva Hora de Aventuras, y le hemos visto alternar trabajos más personales con otros de encargo, y ha ido creciendo desde una primeriza Chica Ardilla, pasando por Jughead hasta llegar a la gloriosa adaptación de Matadero Cinco junto a Albert Monteys. No hay que esperar aquí un trabajo personal ni con libertad creativa: Invasión Secreta II es lo que es y North hace lo que le permiten teniendo en cuenta la situación.
El ilustrador italiano Francesco Mobili (Daredevil, VXE: Patrulla X) hace un trabajo impecable. Funciona dinámicamente en las escenas de acción, pero consigue darle un tono más inquietante en las escenas que viran hacia el terror, como la que hay en el primer número. A ello ayuda el siempre perfecto trabajo de Jordie Bellaire. Consigue el equipo artístico, en pocas palabras, poner su trabajo al servicio de lo que pide la historia en cada momento. Exactamente lo que se espera del dibujo en un cómic bien hecho.
La edición de Panini es correcta (sin errores de traducción, impresión o rotulación), pero es tremendamente básica. Incluye los cinco cómics originales, y los únicos extras que contiene son nueve portadas alternativas, cuatro de ellas a tamaño reducido.
Invasión Secreta II es exactamente lo que nos esperábamos de este título. Un exploit comercial del nuevo producto audiovisual de Marvel Studios, sin demasiada relación con lo que está pasando en el Universo Marvel actualmente ni grandes revelaciones o consecuencias. Es una miniserie que podría haberse publicado prácticamente en cualquier momento con cambios mínimos, pero los autores implicados tienen un nivel que hace que incluso un trabajo de encargo como éste sea una lectura más que correcta. Si Ryan North utiliza las ideas que ha dejado caer aquí o no en su etapa en los Cuatro Fantásticos, es algo que aún está por ver.