Esta es una de esas veces que escribo una reseña cabreado. Antes de que me salten a la yugular, he de decir que este Grendel Tales 2 me ha flipado como pocos tebeos estos últimos meses. Lo que me cabrea es que ya no queda casi material que reeditar del personaje, más allá de un par de cruces con Batman, otro con The Shadow o la publicación de la reciente miniserie de Dark Horse en un futuro cercano por parte de Planeta Cómic.
Todo un fastidio, porque la recopilación de las historias ambientadas en el mundo de Grendel, más allá de las icónicas aventuras de Hunter Rose, Orion Assante o Christine Spar, ha resultado ser una lectura fascinante. En el segundo volumen nos encontramos con cuatro miniseries de diferente extensión y temática, pero con varios puntos en común.
Grendel Tales Volumen 2. Cuatro historias, todo Grendel
En primer lugar destaca la presencia de mujeres fuertes y empoderadas. Un hecho que resulta todavía más sorprendente (y satisfactorio) si tenemos en cuenta que el mundo en el que se desarrollan las tramas es dominado por una sociedad tan patriarcal como la de los Grendels. En segundo lugar, se trata de cuatro relatos muy humanos (pese a la evidente ambientación fantástica), que en más de una ocasión lograran cautivarnos o estremecernos según sea el caso. Pero mejor nos metemos en faena.
Grendel Tales volumen dos comienza con “Vuelta a casa”. La primera sorpresa del tomo es una miniserie protagonizada por Susan, que regresa convertida en toda una Grendel (tras lo que vimos en la miniserie de “Warchild”). De hecho, la historia está escrita y dibujada por el mismo autor, Pat McEown, que junto a la paleta de color de Dave Cooper logran que el resultado se asemeje mucho más a los magazines de 2000 AD que al cómic americano.
Venganza en estado puro. Eso es lo que nos ofrecen los autores cuando Susan vuelve a su ciudad natal y ha sido tomada por una banda de punkis. A lo largo de los tres números veremos cumplido aquel dicho de “aunque la mona se vista de seda…”. Nuestra protagonista se verá obligada a dejar de soñar con una vida tranquila cuando tenga que arrasar con todo y todos al ser privada de lo que más quería. Y no vamos a contar más para que lo descubrais por vosotros mismos. Menudo mazazo en las tripas os vais a llevar.
Pero para mazazo el de “Las decisiones del diablo”, la secuela de “Guerra de clanes”, por los mismos autores, es decir, Darco Macan y Edvin Biukovic en estado de gracia. Nuevamente un halo de metáfora-ficción con la Guerra de los Balcanes envuelve toda la historia, que sucede diez años más tarde que la anterior entrega. Protagonizada por Goran, que ahora es el líder del clan Agram, vuelve a focalizar el interés en las relaciones humanas dentro de un escenario tan desolador como el de un conflicto en el que siempre sufren los más débiles: los civiles. Encarnizadas persecuciones en esta oda a la lealtad que te deja con el estómago torcido.
Llegamos ahora a “Un diablo despreocupado”. Con guion de Terry Laban (escritor del que solo he leído la divertida Battleaxes, de Vértigo) y dibujo de Peter Doherty, se trata de una miniserie de seis números inédita por completo en España (si no me equivoco) que viene a ser una suerte de drama shakesperiano de amor imposible entre un jefe Grendel llamado Hack y una doctora llamada Dana.
Tremendamente disfrutable, es posiblemente la historia más sencilla de toda la recopilación de Grendel Tales cuyo desenlace es muy previsible. Ojo, esto no significa que sea un mal trabajo, lo que pasa es que palidece en comparación de sus compañeras de volumen. Personalmente me gusta mucho, sobre todo gracias a una ambientación en torno a carreras de aero motos en el estado de Indianápolis que recuerda bastante a Mad Max.
Finalizamos con “El aprendiz del diablo”, que tiene forma de western con vampiros, donde conoceremos a un medio chupasangre que ha sido criado por su abuela en busca de su padre para ajustar cuentas. Sí, yo también pienso en Blade cuando leo la descripción, pero la árida ambientación y el excelso dibujo de Steve Lieber y los punzantes diálogos de Jeffrey Lang llevan esta cruda epopeya de vendetta un paso más allá.
Esta última miniserie es un perfecto ejemplo del rico universo creado por Matt Wagner en 1983. Un cosmos de ficción donde tiene cabida cualquier tipo de historia, incluso aquellas protagonizadas por mutantes, monstruos, hombres lobo o vampiros.
En definitiva, la recopilación de Planeta, a imagen y semejanza de la de Dark Horse, es la recopilación definitiva del personaje. Un total de seis integrales que reúnen todo el material de uno de los mejores personajes del cómic independiente de los últimos cuarenta años. Más que recomendable.