Desde luego que con editoriales como Shockdom no nos aburrimos. Desde que desembarcaron en España hace unos meses nos han ofrecido comedias (Song of Azelred), slice of life (Ale & Luca), ciencia ficción (Kinnik Ennak), fantasía (Helen Bristol) o terror (Cotton Tales). En este último género supongo que podríamos incluir a Charon (Caronte en la lengua de Cervantes), editado dentro de su línea Fumetti Crudi, aunque, para ser sinceros, esta obra de Fabio Listrani es mucho más.

Bienvenidos a Charon: Las crónicas de los psicopompos

Antes de empezar a hablar de la obra en sí debo especificar, por si alguien no lo sabe, que psicopompo es el nombre que reciben en las mitologías, religiones o filosofías los (más conocidos) como barqueros, aquellas figuras que ayudan a los difuntos a dar el paso definitivo hacía el cielo o el infierno, el olvido, la eternidad o lo que toque según el caso.

Bien, puestos en antecedentes reconozco que la primera lectura de Charon me ha resultado algo dura. Estamos ante un tebeo que debemos abordar con la mente abierta, pues es bastante exigente, dada su naturaleza y la manera en la que aborda temas como la inmortalidad o el existencialismo. Ahora bien, si logramos entrar en el juego que nos plantea Listrani, nos encontraremos con un tebeo sencillamente fascinante, oscuro y cautivador a partes iguales y que no dejará indiferente a nadie.

Charon está formado por seis relatos, donde los protagonistas son estos barqueros que, presentes en todas las culturas, guiarán a aquellos que han terminado su vida mortal hasta el siguiente destino. Listrati realiza un trabajo de documentación apabullante, ofreciendo una lectura interesante sobre lo que es el bien y el mal, y cómo una cosa puede convertirse en otra a menudo dependiendo solo de la perspectiva con la que se aborde.

También veremos cierta crítica velada a las religiones organizadas, llegando incluso a igualarlas con cultos y sectas a la hora de enfrentarse a la siguiente etapa a la que hace referencia el subtítulo de la obra. Listrani realiza un gran ejercicio comparativo entre religiones y filosofías llevando la acción a diferentes épocas y culturas.

Las historias que podremos disfrutar (si es que este es el término correcto) van desde un trasiego por el río Acheronta, pasando por un ritual de ocultismo que sale mal o la última voluntad de un samurái que ha visto a su amada brutalmente asesinada y recibe la visita de un shinigami como última compañía en lo que será una atroz, a la par que lírica, historia de venganza.

Pero en Charon también habrá lugar para el horror cósmico en un relato que bebe de manera nada disimulada de la vertiente más terrorífica y psicodélica de H.P. Lovecraft, para terminar con una pequeña historieta, donde la futilidad de nuestra existencia es puesta en entredicho por un joven nórdico hastiado de la vida que decide suicidarse con la esperanza de que el Valhalla le reciba con los brazos abiertos.

Es esta última historia la que me ha resultado más evocadora de todas, quizás por la forma en que Fabio Listrani intercala la acción con letras de la banda escandinava de Black Metal Bathory.

https://youtu.be/ttz8otMXE2I

Es el propio Fabio Listrani quién se encarga de ilustrar todos los relatos de Charon. Su estilo recuerda bastante al de artistas americanos como Ariel Olivetti en el uso de efectos digitales en el propio dibujo o en la aplicación del color donde predominan los tonos fríos, que le da un aura de solemnidad al acabado gráfico. La única pega en este aspecto sería que en algunas escenas las figuras son demasiado rígidas, careciendo del dinamismo propio que debería tener por ejemplo una persecución a caballo o un combate entre samuráis.

La edición de Charon por parte de Shockdom viene ofrecida en formato algo más reducido al comic book USA. En concreto 15X23 centímetros, igual a la línea Young Adult de Panini. El tomo incluye también un apéndice con ilustraciones y diseños de personajes.

En definitiva, Charon es uno de los tebeos más originales que podéis encontrar ahora mismo en las librerías. Un cómic fuera de lo común que invita a reflexionar y visitar textos como Fedón de Platón, o el Libro tibetano de los muertos que son constantemente referenciados en la obra.