Shockdom desembarcó en el mercado español, sin hacer demasiado ruido, en septiembre de 2020, con Francis, una obra de la autora italiana Jessica Cioffi, conocida por su nombre artístico Loputyn. Ocho meses después, ya tienen más de veinte títulos en castellano en su catálogo, y varios más a punto de llegar. En su catálogo nos encontramos con obras de todo tipo de temática y público objetivo, teniendo todas ellas como únicos puntos en común que son de producción propia y de autores italianos. En particular, de la mencionada Loputyn han editado ya una segunda obra, Cotton Tales, una interesante serie de dos volúmenes de la que por el momento sólo ha visto la luz el primero.
Lo primero que nos llama la atención de Cotton Tales, y el motivo por el que nos acercamos a esta obra, es la preciosa y detalladísima portada que tiene, con un estilo deudor del Shōjo japonés pero con una técnica más próxima al cómic europeo, con un lánguido resultado final que nos puede recordar al francés Benjamin Lacombe. Habiendo entrado ya por los ojos, investigamos un poco más a ver qué nos cuenta:
Después de un accidente a caballo, Nicolas se despierta en una enorme villa, sin memoria. No reconoce a nadie, ni al Conde Moran, su padre, ni a Cristopher, un sirviente que parece odiarle. Está rodeado por raros e inquietantes conejos y resulta ser la única persona capaz de verlos. Paseando por las enormes salas vacías, una noche se cruza con una chica misteriosa, quizás la única con la que comparte sus raras visiones. ¿Puede que la chica sea un fantasma?
Mmm. Extrañamente atrayente. Argumento interesante, portada impresionante y arte interior a la altura de lo que promete la portada. Por mucho que la pila de lectura esté alcanzando dimensiones intratables, esto hay que leerlo.
Cotton Tales es, como se espera por su aspecto visual, una obra que une una estética y un ambiente deudores del gótico victoriano con una cierta sensibilidad manga en el tratamiento de sus personajes. Nicolas, el protagonista, es un chico melancólico, dulce, incluso con un punto sumiso, que ha despertado tras su accidente en una nueva vida desconcertantemente onírica. No sabemos si está teniendo alucinaciones, si es capaz de ver cosas que nadie más puede ver -bueno, casi nadie- o si estos adorablemente inquietantes conejos son parte de una historia a lo Alicia en el País de las Maravillas, con una sensación de irrealidad potenciada por la paleta de tonos pastel con la que está coloreada toda la obra. Estamos ante una historia de misterio, con apariencia sobrenatural, momentos que bordean el terror y pinceladas cómicas. Sin duda es una historia interesante, pero donde realmente brilla es en el plano gráfico. Si la portada nos deja con la boca abierta, el dibujo de interiores mantiene el nivel. No es tan detallado ni esta hecho con tanto mimo, pero tiene el mismo estilo delicado y preciosista que nos atrajo a primera vista.
La verdad es que Cotton Tales ha resultado toda una sorpresa. Llevamos suficientes años leyendo tebeos como para saber que no hay que fiarse de una portada para llegar a un cómic de calidad, pero Loputyn nos ha llamado la atención con ella, nos ha picado la curiosidad con un argumento prometedor y nos ha conquistado con una obra redonda. Ahora todo lo que nos queda por saber es cuándo llegará el segundo tomo. En la edición original italiana tardó cuatro años. Esperemos que la traducción al castellano de la gente de Shockdom España no se haga tanto de rogar, porque nos hemos quedado con ganas de más.