Recuperando elementos y tono de otro título imprescindible del personaje, ¡Shazam! La monstruosa Sociedad del Mal, de Jeff Smith (Bone), Billy Batson y la magia de ¡Shazam! nos traslada en pleno siglo XXI a la esencia del Capitán Marvel de la Edad de Oro del Cómic. Son aventuras sin pretensiones, publicadas originalmente entre 2008 y 2010. Pura diversión para grandes y pequeños a través de un dibujo dinámico y colorido.

No cabe ninguna duda de que el Capitán Marvel de DC Comics, conocido popularmente como Shazam, se ha convertido en el superhéroe revelación de 2019 para el gran público. Mientras que el gran queso rojo, como cariñosamente se le llama, es un personaje consolidado entre los lectores habituales del DC, le faltaba ese tirón mediático que le hiciera tan popular entre los críos como lo es ahora. Y, por supuesto, nada como un buen blockbuster familiar de Hollywood para lanzar (o relanzar) la carrera de un personaje de cómic. Gracias a este estreno cinematográfico hemos podido ver publicadas o reeditadas en nuestro país obras como El poder de Shazam, o Superman/Shazam: Primer trueno. Tras La Monstruosa Sociedad del Mal, obra del gran Jeff Smith (a quien hace años entrevistamos para esta web), se publicó esta serie, Billy Batson y la Magia de Shazam, heredera gráfica y espiritual de aquélla. Mientras que los cómics de Shazam anteriormente mencionados estaban dirigidos a un público adulto o joven adulto, estas serie publicada entre 2009 y 2010 tenía como público objetivo a lectores más jóvenes, y para lanzarla DC se rodeó de un equipo de artistas especializados en este tipo de cómics.

Mike Kunkel (Super Oso y su amigo) fue el encargado de inaugurar la colección, en la que se mantuvo al guion y el dibujo durante los 4 primeros números. Con un guion lleno de humor y un estilo definitivamente cartoon, Kunkel recupera a uno de los villanos por antonomasia del Capitán Marvel, Black Adam, atrapado en el cuerpo de un niño y sin poder recordar la palabra mágica que le daría de nuevo acceso a sus poderes. Billy Batson y su hermana menor Mary, quien también tiene acceso a los poderes del mago Shazam, derrotarán a Black Adam y a los siete pecados capitales que le acompañan, usando más la sabiduría de Salomón que la fuerza de Hércules o la velocidad de Mercurio. Después de todo, es bueno enseñar a los niños a usar más la cabeza que los puños, ¿no? a Kunkel le sustituyen dos grandes autores de cómics de superhéroes para niños (y no tan niños) como son Art Baltazar y Franco (¡Superpoderes!, Superman y su familia). Mientras que esta pareja tan bien avenida se ocupa de los guiones, es Byron Vaughns (Batman / Elmer Fudd) el encargado del aspecto gráfico del cómic. Con un estilo también eminentemente infantil, pero sin la pericia ni el dinamismo de su precedesor, Vaughns está más cercano a los dibujos animados de la Warner Bros que al storyboard de animación marca de la casa de Kunkel. El lector acusará el cambio de artista, sin duda, pero tras unas cuantas páginas se hace uno al nuevo dibujante, gracias también al gran trabajo de la pareja de guionistas. Stephen DeStefano (Los más divertidos del mundo, ¡Cage!), un veterano todoterreno, que lo mismo te dibuja los cómics de Popeye durante 20 años que te entinta cómics de superhéroes para Marvel y DC, sustituye a Vaughns en el número 6 de la colección, que presenta a un ¿nuevo? villano: el Rey Kull. ¿Se trata del mismo Kull de Atlantis de las novelas de Robert E. Howard? No, este Rey Kull proviene de la clásica editorial Fawcett, que también publicó los primeros cómics del Capitán Marvel, antes de que DC adquiriera todos los derechos. El trazo de DeStefano es más oscuro y posiblemente menos llamativo para los niños que el de Kunkel o Vaughns, pero sus páginas están llenas de experiencia y saber hacer, por lo que serán más disfrutadas por el lector veterano. Además, en un par de viñetas uno puede reconocer el estilo de los puñetazos de Popeye. ¡Buscad el parecido!

A veces nos da la sensación de que no se otorga la suficiente importancia al cómic infantil entre la marabunta de lanzamientos y colecciones que inundan las estanterías de las librerías especializadas. Por si fuera poco tener que competir con el cine y los videojuegos, el cómic infantil se ve eclipsado por su hermano mayor, el de superhéroes para adultos. No olvidemos, sin embargo, que el cómic de superhéroes nació para los chavales, así que es justo que en algún momento regrese a ellos. La película de Shazam ha provocado que cientos de críos que en su vida habían oído hablar del Capitán Marvel se decidan a acercarse a leer cómics de este hombretón embutido en un traje rojo con un relámpago amarillo en el pecho, ¡y sin confundirlo con Flash! Billy Batson se ha convertido, gracias a la magia de Hollywood, en un personaje casi tan popular como Peter Parker o Clark Kent. Al menos durante este año, que ya conocemos la memoria de pez del público masa, si no se le refresca con secuelas y spin-offs.

Billy Batson y la magia de Shazam, publicado por ECC Ediciones en forma de grapa doble mensual, es una colección perfecta para habituar a los pequeños de la casa a la ración mensual de cómics, de la mano de un personaje simpático y popular, sin lados oscuros o violentos que puedan preocupar a los progenitores, y sin una continuidad histórica que pueda echar para atrás al lector curioso. Es una lectura ligera y muy divertida que también entretendrá, y mucho, a los lectores adultos.