Bueno, bueno, bueno… Con la cuarta entrega de la Biblioteca Marvel protagonizada por El Invencible Hombre de Hierro nos metemos de lleno en el segundo año de la línea clásica de Panini con varias novedades. La primera de ellas, la subida de precio de casi dos euros por entrega. Una pena que el PVP inicial de doce euros no se haya podido mantener más tiempo, pero como suele decirse: “son lentejas”. Así que una vez mencionado esto (porque había que mencionarlo) vamos a entrar en materia con el puñado de aventuras de Iron Man que recoge este volumen.
Vientos de cambio para Iron Man
El presente tomo recopila los episodios 67 a 76 de Tales of Suspense (los fragmentos de Iron Man, claro está) publicados entre finales de 1965 y principios de 1966. Para este entonces, podemos decir sin demasiado miedo a equivocarnos que esta cabecera era una de las más flojas por culpa de la ausencia de un tono y dirección claras. Aunque de corte heroico, las aventuras del alter ego de Tony Stark todavía eran demasiado deudoras de la literatura pulp o de personajes como James Bond, cuyos primeros libros estuvieron marcados por la amenaza del comunismo, ya fuera desde Rusia o desde China.
La incertidumbre de la Guerra Fría era la base sobre la que Stan Lee y Don Heck construyeron sus historias presentando a un villano “rojeras” distinto casi en cada número. No obstante, en estos números se nota cierta mejora al centrarse su equipo creativo en el drama personal de Tony Stark y el triángulo que forma con Pepper Pots y Happy Hogan.
Un drama de proporciones shakesperianas en múltiples direcciones, que parece tener el objetivo claro de que nadie sea feliz. Claro, que esto era una constante en los albores del Universo Marvel, con otros triángulos de amor imposible como los de Cíclope-Jean-Charles o Peter Parker-Liz-Betty. Angustia vital y depresión para todos, por favor.
Sea como fuere, el puñado de aventuras de esta entrega de la Biblioteca Marvel Iron Man muestra algo más de solidez con alguna que otra trama más larga, no tan autoconclusiva, que ofrece resultados dispares. Por un lado tenemos una nueva aparición del Conde Nefaria cuyos poderes han cambiado por arte de magia y que resulta algo absurda incluso para los estándares de la época.
En el lado positivo disfrutaremos de una larga confrontación con un villano de nuevo cuño: el Hombre de Titanio. Este largo combate, orquestado por Stan Lee y Don Heck (que estaba a punto de abandonar la serie para centrar sus esfuerzos en la colección de Los Vengadores), parte de una premisa sencilla y eficaz. En lugar de llevar a cabo un enrevesado plan, el Hombre de Titanio reta a Iron Man a un combate singular, televisado y que tenga lugar en territorio neutral.
Leyendo esta entretenida pelea entre iguales me ha sucedido algo que no me había pasado todavía con esta reedición de las aventuras fundacionales de Iron Man: me he imaginado la trifulca trasladada a otro medio como pudiera ser la televisión o el cine. Estos tres capítulos de Tales of Suspense bien podrían ser una película con actores disfrazados en la tradición del clásico japonés Ultraman o haber contado con la magia Stop Motion de genios como Ray Harryhausen.
En la recta final de volumen, la serie sufre un cambio capital, pues entra en juego Adam Austin. El nuevo dibujante de Iron Man no es otro que Gene Colan, usando un seudónimo (como hacía en Namor) para no tener problemas con otras editoriales de cómic para las que también trabajaba.
Colan insufla nueva vida al título, en el que debuta en el número 73 (que contó con ayuda en el guion de Roy Thomas) con algunas aventuras un tanto extrañas en las que Happy se verá convertido en un monstruo. Asimismo, la historia adquiere tintes de terror con claras evocaciones a clásicos de la Universal como Frankenstein o La mujer y el monstruo (título en nuestro país de “The Creature Of Black Lagoon»). Un argumento un tanto rocambolesco que, personalmente, me ha hecho bastante gracia.
Tras la vuelta a la cordura, nuestro acorazado protagonista se enfrentará nuevamente a un mandarín cuya aparición servirá de puente para el debut de otro de los enemigos clásicos del vengador dorado: Ultimo.
Poco a poco nos vamos acercando al final de la etapa Tales of Suspense. A partir de aquí podremos apreciar una lenta pero constante escalada en la calidad de la serie. No sé vosotros, pero yo estoy deseando continuar con este viaje.
La edición presenta los extras habituales de la Biblioteca Marvel, con la reproducción de los correos originales, publicidades varias de la época, páginas a lápiz o la sección “La Era Marvel de los cómics” de Lidia Castillo.