Llegamos a la media docena de entregas de la Biblioteca Marvel dedicadas a recoger la mítica cabecera del Asombroso Spiderman. El volumen que nos ocupa recopila los números 25 a 29 y el segundo anual. La etapa de Stan Lee y Steve Ditko ya muestra una madurez y calidad inusitada, por encima de la media del resto de colecciones de la editorial.
Los créditos de Spiderman por fin son realistas
Tuvieron que pasar casi dos años para que Steve Ditko tuviera el lugar que se merecía en los títulos de crédito, figurando también su nombre en la casilla de argumentista. Cierto es que su aportación al guion es bastante mayor que eso. Pero bueno, menos da una piedra. Ahora bien, lo que ya era palpable, tal y como se comenta en la intro de Julián Clemente, es la mala relación entre escritor y dibujante. Hasta el punto en que Steve solo encontró la manera de desahogarse y mitigar su frustración volcando su opinión de Stan mediante la figura de J.J. Jameson.
Desde el comienzo de la serie, el máximo responsable del Daily Bugle mostró su desprecio por Spiderman (en general no le gustaban los superhéroes, pero Spidey se alzaba en el top 1 de su odio) mostrando su total indiferencia a la verdad con tal de publicar titulares capciosos que subieran las ventas. Pues bien, Ditko directamente convierte al viejo Jonah en un villano cuando le muestra manejando al primer robot mata arañas de los muchos que veremos a lo largo de los años en el Asombroso Spiderman.
La gracia está en que este maloso carece de la solemnidad o motivaciones de otros como el Doctor Octopus, Misterio o Electro. No, JJ Jameson aparece retratado como un villano barato de vodevil completamente histriónico, disparatado y caricaturesco. Más cerca de ser un personaje de dibujos animados a lo Pierre Nodoyuna que de cualquier otro enemigo del Trepamuros. Ninguna pega por mi parte, puesto que el resultado son un par de números realmente divertidos.
Una vez superado este punto nos encontramos con un elemento que será clave y estará presente durante buena parte de los años sesenta en las aventuras del Asombroso Spiderman: la guerra de bandas. Con dos frentes liderados por Frederick Foswell y el Duende Verde, este tipo de contiendas propias del género negro llegó para quedarse, y, cada vez que estallan, añadir algo de crudeza y realismo a las aventuras del personaje. Asimismo, nos recuerda que Peter es un superhéroe principalmente urbano, por mucho que Bendis le metiera en sus Nuevos Vengadores hace casi veinte años.
De todas formas, prefiero centrarme en los elementos que hicieron de esta serie una de las más frescas y divertidas de la Silver Age comiquera. Sin duda, un rasgo distintivo en el Asombroso Spiderman resultante de los tebeos románticos de los años cincuenta y del éxito de las publicaciones de la editorial Archie fueron las tramas románticas. Vale, Peter es un enclenque, un empollón y un pardillo pero tenía a dos chicas, Liz y Betty, coladitas por sus huesos. Un triángulo plagado de malas interpretaciones, plantones y angustia juvenil que en gran parte sirvió de cimentación para ese dicho que reza: “¡La típica suerte Parker”. Ah, también tendremos por aquí a Mary Jane Watson, la sobrinita de Anna, la amiga de Tía May. Estará pero no estará, ya que todavía queda un tiempo para que la leamos hacer propaganda de la bonoloto jejeje.
Creo que todos coincidimos en que el alter ego del Asombroso Spiderman es bastante gafe. Sirviendo de alivio cómico, Lee y Ditko introducen otro de los tópicos del personaje, como es el relacionado con su traje. No diremos el motivo, pero durante muchas páginas, el pobre Peter se verá obligado a llevar un disfraz barato que le ocasionará más de un problema a él y muchas carcajadas a nosotros. Todos ganamos.
Esta sexta entrega de la Biblioteca Marvel también incluye el segundo anual de la colección, consistente en un team-up con el Doctor Extraño, la otra gran serie de Steve Ditko. Una aventurilla sencilla que sirve para picar el gusanillo de aquellos que todavía no estamos comprando la Biblioteca Marvel del Maestro de las artes místicas. Todavía estoy a tiempo, puesto que lleva pocos números.
En definitiva, creo que junto a Los 4 Fantásticos, la cabecera de Spiderman es la mejor serie clásica publicada dentro de la línea nostálgica de Panini. Cada número ofrece un buen puñado de aventuras, emoción y risas. Una pena la subida de precio, cuando tan solo llevaba un año en el mercado. Con todo, me parece que tiene un precio bastante competitivo dados los tiempos que corren.
La edición de Panini incluye los habituales extras de la línea, incluyendo la reproducción de los correos originales, un artículo de Stan Lee, páginas de publicidad de la época, pin-ups o reproducción de algunas páginas a lápiz.