¡Llegó el momento! Después de largos años, Daredevil vuelve a tener colección mensual, coincidiendo con el lanzamiento de la nueva etapa de Chip Zdarsky y Marco Checchetto. Prepárate para un regreso a la gloria del Diablo Guardián.

Cuando matas a un personaje es para poder traerlo de vuelta a lo grande, más poderoso de lo que era antes. La muerte de Daredevil de la que hablamos aquí hace unos meses, orquestada por quien había sido el showrunner de la colección en los últimos años, Charles Soule, ha dejado una tabula rasa para su sucesor, el aclamado guionista Chip Zdarsky (Asombroso Spiderman, Sex Criminals) pergeñe una historia cruda y dolorosa, con ecos de las etapas más oscuras de Frank Miller y Ed Brubaker. Atrás quedan las cabriolas humorísticas de Mark Waid. Este Matt Murdock está recuperándose física y psicológicamente del atropello de un camión que casi le cuesta la vida, y sus actos como Daredevil reflejan esta convalecencia.

Es precisamente su actual falta de forma física y su mente dispersa lo que provoca que en una pelea con unos asaltantes de una licorería, uno de los delincuentes pierda la vida a consecuencia de un traumatismo craneal. Daredevil ha machacado muchos cráneos a lo largo de su carrera como vigilante enmascarado, pero sus golpes habían sido siempre limpios y precisos, con la fuerza suficiente para romper varios huesos, pero sin matar ni causar ninguna incapacidad. Eso iría tanto contra sus creencias religiosas (Matt es cristiano católico) como contra la ley que tanto defiende como abogado. Pero esta vez ha dado un golpe demasiado fuerte, y un atracador ha resultado muerto. Como consecuencia, Daredevil se convierte en un hombre buscado por la policía. Y hay un nuevo detective en la ciudad, el inflexible Cole North, transferido desde Chicago, que no escatimará recursos para detener al cuernecitos, aunque eso implique meterse en una pelea a puñetazos con quien ha sido líder de una secta ninja y uno de los mejores luchadores cuerpo a cuerpo del mundo. Entretanto, Wilson Fisk, Kingpin, asiste desde la barrera a la persecución, listo para hacerse con los despojos del vencido.

Chip Zdarsky hace su entrada a lo grande en la colección de Daredevil, enfocando la serie desde varios puntos de vista, y tratándolos todos con igual acierto. Para empezar, hace énfasis en la humanidad de Matt Murdock, entendida ésta como su falta de superpoderes: no tiene huesos de adamantium, ni un factor de curación que le ayude a sanar aceleradamente. Las lesiones tardan en curar y Matt necesita recurrir a los calmantes para combatir el dolor. Por otro lado, se analiza en esta colección una máxima de los cómics de pijamas: los héroes no matan. Daredevil tiene más motivos que nadie para honrar esta máxima, como ya hemos comentado antes, dada su fe católica y su profesión de abogado escrupulosamente respetuoso con la ley. Pero aquí, un hombre ha muerto, y eso da a Zdarsky la oportunidad de introducir un nuevo enfoque: el de los justicieros proscritos, una condición a la que el propio Spiderman (el mejor de todos ellos, en palabras del propio Daredevil) se ha enfrentado durante gran parte de su carrera como héroe disfrazado. Por último, Zdarsky introduce al Castigador como elemento facilitador de la trama, rescatando a Daredevil del arresto policial. Frank Castle se presenta aquí no sólo como tradicional antagonista de Daredevil (sus objetivos son los mismos, aunque difieren en los métodos), sino que además es planteado como aquello en lo que Daredevil podría llegar a convertirse si se llegaran a eliminar las cadenas morales que le retienen. Todo esto, y mucha acción, peleas y tiroteos, en tan solo 5 números de la colección. Hurra por el Daredevil de Chip Zdarsky. A los lápices tenemos a un viejo conocido del Universo Marvel, el italiano Marco Checchetto (Viejo Ojo de Halcón, Star Wars: Capitana Phasma), quien realiza un estupendo trabajo, sobre todo en las escenas de acción, en las que Daredevil se las ve y se las desea con matones de baja estofa y con los puños de acero del detective North. Un detective honesto e íntegro, transferido de Chicago a una ciudad decadente como Nueva York, ¿os resulta familiar?

La carta de presentación de Zdarsky en la colección del cuernecitos no ha podido ser más satisfactoria. Lo tiene todo: acción, personajes atractivos y un ritmo endiablado (perdón por el juego de palabras). Aún hemos de ver cómo se desarrollan los siguientes números de la colección, pero si es capaz de mantener el ritmo, le auguramos a Zdarsky un sitio de honor en el panteón de los grandes autores de Daredevil.