Arrancamos con Cuatrorgía la segunda mitad de la reputada serie de Matt Fraction y Chip Zdarsky. ¿Que cómo que segunda mitad? Sí, ya ha sido anunciado el final de la serie, que llegará hasta el número 30, con un especial de cierre numerado como, no podía ser de otra forma, nº69, y cuyo último tomo recopilatorio verá la luz este mismo año, el día de Nochebuena.
A estas alturas, Sex Criminals es una serie que ha evolucionado mucho más allá del planteamiento que nos encandiló en el primer tomo. Sí, el sexo sigue teniendo una importancia clave en el desarrollo de la trama. Y sí, el componente de comedia sigue siendo razonablemente alto. Pero a estas alturas hay algo mas, los personajes y las relaciones entre ellos son una parte fundamental de la historia, y el tono de comedia macarra de sus inicios se ha ido suavizando bastante. Según los propios autores, en su tradicional tono jocoso, la serie quizás debería llamarse Criminales de relaciones.
Y nótese que decimos que ha suavizado el tono de comedia, no que haya desaparecido. Sigue estando aquí, en un musical que mezcla a Hulk con Hamilton por razones legales y recuerda en su título a la cosa aquella que perpetraron Bono y The Edge de U2 con Spiderman. Y como se ve en las páginas de muestra, sigue habiendo sexo. Incluso sexo y humor mezclados, hasta de forma grotesca, como en el caso de los homúnculos de enormes miembros viriles que aparecen por obra y gracia de un nuevo personaje.
Argumentalmente, podríamos decir que la serie no avanza especialmente en esta cuarta entrega. Sí que evoluciona la definición de los personajes, y sí que hay cambios -que ya se avanzaban en volúmenes anteriores- en la relación entre ellos. Pero en el gran esquema de la serie, Cuatrorgía es, básicamente, los Criminales del Sexo contra la Policía del Sexo. Ya se han definido bandos, ya tenemos personajes a un lado y a otro… pero poco más. Quizás podríamos destacar el ataque en lo personal que Spurge hace a Jazmín Sta. Cocaína, pero en general estamos más en un tomo de personajes que de historia.
Y aunque quizás sea cierto que en este tomo la trama no avance tanto como en los tres anteriores, hay que señalar el trabajazo que se marca en estos números el dibujante Chip Zdarsky. Al principio de la serie me parecía un buen guionista (se dice que tiene más peso argumental en Sex Criminals del que se le acredita) metido a dibujante competente, pero que tampoco era para tirar cohetes, pero la evolución gráfica que ha tenido este tipo es impresionante. No sólo tiene experimentos narrativos que funcionan a la perfección, o incluso una página con nada menos que sesenta y cuatro viñetas perfectamente comprensible y que queda fluida, es que además el número 17, centrado en Myrtle “Carakegel” Spurge, es una parodia de la espectacular Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips y, aún no teniendo Zdarsky el nivel gráfico del nunca suficientemente alabado Phillips, sale totalmente airoso del reto.
Por cierto, el motivo que inspirara al par de tarados que hacen esta serie para nombrar a la jefa de la Policía del Sexo como una planta de jardín… pues se me escapa. Seguro que es algún tipo de broma privada entre ellos.
Como comentábamos al principio, tras Cuatrorgía sólo quedan dos tomos por delante, llamados en su versión original Five-Fingered Discount (un término en argot, intraducible, que viene a significar mangar en tiendas, y que si hay justicia en el mundo en su versión en castellano se llamará “Volumen cinco: Por el culo te la hinco“) y Six Criminals, con el que nos despediremos definitivamente de esta espectacular serie, y veremos en castellano muy probablemente en algún momento de la primera mitad de 2020, si no hay retrasos en su edición, que aún no ha salido ninguno de los seis números que forman este último volumen.
Es curioso como esta serie, que nos enganchó con su planteamiento cómico y provocador, ha llegado a un punto en el que el tono de la serie tiene una cierta amargura, pero también es cierto que la evolución de la misma está siendo totalmente natural, no resulta forzada en ningún momento. Estamos ante una gran serie para adultos, pero no por el contenido sexual -que también-, sino por la forma de enfocar cuestiones como el compromiso y la confianza en las relaciones de pareja. Sigue siendo una de las series más recomendables del mercado, aunque a estas alturas, por motivos distintos a los que tenía cuando empezó hace un par de años.
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Matt Fraction, Chip Zdarsky
