Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

X-Force de Yost y Kyle 1

X-Force de Yost y Kyle 1
Guion
Christopher Yost, Craig Kyle, Charlie Huston y Jason Aaron
Dibujo
Clayton Crain, Jefte Palo, Werther Dell’Edera, Mike Choi y Alina Urusov
Tinta
Jefte Palo, Antonio Fuso y Alina Urusov
Color
Clayton Crain, Lee Loughridge, Andrew Crossley y Sonia Oback
Formato
Cartoné. 352 páginas. Color
Precio
42€
Editorial
Panini Comics . 2023
Edición original
X-Force #1-13 y X-Force: Ain't No Dog One-Shot (Marvel)

Aunque a los ancianos del lugar nos parezca que fue ayer, hace ya 15 años que se publicaron estos cómics de X-Force, de Christopher Yost, Craig Kyle, Clayton Crain y compañía, con lo que tal vez convendría hacer un poco de contexto. Venimos del, para algunos celebrado y para otros infame, «No más mutantes» del final de Dinastía de M. Los mutantes han pasado de ser toda una especie de millones, que se presentaba como el siguiente paso en la evolución humana, a ser un grupúsculo insignificante abocado a la extinción de apenas unos cientos.

Sería entonces cuando llega El Complejo de Mesías, la saga que nos trae el nacimiento de un nuevo mutante, que podría ser la esperanza de la especie, pero que también nos trae de vuelta a Los Purificadores, la secta/grupo terrorista anti mutante que conocimos en Dios Ama, El Hombre Mata, más peligrosos e implacables que nunca.

100% Marvel HC. X-Force de Chris Yost y Craig Kyle 1

Tomando por estandarte el proverbial «tiempos desesperados, medidas desesperadas» Cíclope formará un equipo formado por los más violentos y despiadados hombres y mujeres X para llevar a cabo operaciones encubiertas que requieran métodos expeditivos. Nace así la tercera encarnación de X-Force, siendo la primera el grupo que Rob Liefeld crease a partir de los Nuevos Mutantes y la segunda la marcianada que Peter Milligan y Mike Allred terminarían convirtiendo en X-Statix.

De este modo, la cabecera X-Force llevaba varios años perdida, hasta que Craig Kyle y Chris Yost, procedentes de Nuevos X-men y antes eso eso de la serie de animación X-Men Evolution, se hicieran acompañar de un Clayton Crain con un trabajo por medios digitales que en aquella época aún resultaba aún bastante insólito. Así llegaría este segundo volumen de X-Force que Panini arranca con este tomo y que concluirá con el siguiente.

Este primer libro de X-Force de Yost y Kyle abarca básicamente dos arcos argumentales: Ángeles y demonios y Viejos fantasmas, a los que se suma a modo de interludioel especial X-Force: Ain’t No Dog y un miniarco final, que viene a ser casi una excusa para seguir desarrollando las subtramas.

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Ángeles y demonios es la saga que viene a constituir el lore de la serie. Por un lado, pone encima de la mesa los acontecimientos necesarios para engrosar las filas de X-Force, más allá del trío original formado por Lobezno, X-23 y Sendero de Guerra. Por otro, unifica de algún modo los distintos antagonistas anti mutantes, que habían pululado en la órbita de los X-Men a lo largo de más de cuarenta años, para dar lugar a una nueva amenaza con mucha más peso y entidad. También en esta saga se establece el tono ultraviolento, trufado de one-liners cortos y secos, que tendremos a lo largo de toda la etapa y que es una de sus marcas de la casa.

Viejos Fantasmas, por su parte, pone las semillas para el futuro de la serie, con la aparición del Desvanecedor, la vuelta a escena del virus del legado y los caminos hacia Necrosha y la Guerra del mesías, mientras por otro lado, se lleva a Sendero de Guerra hacia su propio viaje iniciático, que también tendrá consecuencias sobre la trama principal.

Craig y Yost ya habían demostrado en Nuevos X-Men, tanto su solvencia, como su influencia de los modos de la Patrulla-X de Claremont y en esa línea continúan: el peso en la caracterización de los personajes, la especial atención en las dobleces de los villanos, las subtramas paralelas, los one-liners de los que hablábamos un poco antes… Además, a su favor tienen, que siendo hijos de otra generación e incluso sin dejar de lado cierta querencia por la narración en cartuchos de texto, no adolecen de los modos de los 70 y 80, que pueden resultar pesados hoy día.

100% Marvel HC. X-Force de Chris Yost y Craig Kyle 1

Es en el apartado gráfico de este X-Force donde no puedo evitar sentimientos encontrados. Basta ver la portada para darse cuenta del enorme impacto visual del estilo de Clayton Crain, que sin duda es la imagen icónica de este volumen de X-Force. No se pueden entender estas historias sin el look & feel del artista de Oregon y, sin duda, en 2008 este tipo de acabados casi sólo podían verse en las portadas, con lo que resultaba bastante revolucionario.

Sin embargo, y por más que marque la identidad de esta serie y que se le eche de menos cuando no está, hay montones de pegas que podemos ponerle a su labor. Por más que Yost y Kyle se trabajen la caracterización por medio de los diálogos, Crain responde con personajes rígidos e inexpresivos, que casi parecen muñecos de plástico y que incluso se hacen difíciles de distinguir unos de otros en algunas ocasiones. Entendemos también que X-Force es una serie de atmósfera oscura, pero a veces lo es tanto y con una paleta tan desaturada y uniforme que casi hay que entornar los ojos para saber qué estamos viendo (o tratando de ver). Tampoco ayudan los desenfoques, que restan en lugar de sumar valor narrativo. A la hora de planificar las páginas todas las composiciones son irregulares y plagadas de desplazamientos y superposiciones de viñetas constantes, de modo que todo el tebeo está narrado como si fuera una gran secuencia de acción. Realmente Clayton Crain es un ilustrador resultón pero un dibujante de cómics bastante limitado… y aún así consigue que cuando no está se le eche en falta.

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El relevo de Crain es Mike Choi, un dibujante curtido en Top Cow, de línea fina y uniforme de esos de los que en la época se decía que «dejaban trabajar al colorista» y, por desgracia, el trabajo de Sonia Oback trata de emular el acabado de Crain, aunque con mucha más torpeza. El equipo Choi-Oback participa de todo lo malo de Clayton Crain sin ninguna de sus virtudes, con lo que pese a todas sus carencias, el dibujante de Oregon hace suya la serie.

En cualquier caso, tal vez el aspecto visual oscuro y esos uniformes negros donde solo sobresale el rojo sangre de los ojos y el blanco brillante de garras y cuchillos pueda generar la idea de que X-Force es una serie basada en la acción y la violencia y, aunque me temo que nadie poidrá decir que no sea así, Craig y Yost nos lo visten con personalidades carismáticas, más matices de los que inicialmente podríamos pensar y una serie de acontecimientos que tendrán mucho más peso en la historia mutante de lo que parece recordarse. Si te la perdiste en su día, no sería mala idea darle una oportunidad.