Comentábamos hace unos meses que el principio de la etapa de Jason Aaron al frente de Los Vengadores había supuesto una cierta decepción. Era obvio que en esta serie no nos íbamos a encontrar con la versión del guionista que habíamos visto en Scalped o Los Malditos, al tener que estar en esta ocasión al frente de una de las franquicias más potentes de la editorial, con una exitosa versión cinematográfica. Pero es que tampoco nos encontramos con el Aaron que por aquellos momentos seguía escribiendo Thor, una serie en la que había dado alguno de sus mejores momentos dentro del género superheroico. Ni siquiera con el Aaron de Lobezno y la Patrulla X, una serie ligerita pero francamente bien hecha. Algo no terminábamos de comprender, viendo que un autor que solía darnos obras de notable y sobresaliente se había quedado en un aprobadillo por los pelos en estos primeros números de Los Vengadores. Pero hay en Casa Tortas varios lectores que siguieron la serie en grapa en su día y decían que mejoraba. Veamos qué nos encontramos en La Guerra de los Reinos,  segundo Marvel Deluxe de esta recopilación.

Este tomo incluye los tomos tercero y cuarto de la recopilación en TPB que Marvel hizo de la serie, y que aquí vimos el año pasado en Marvel Premiere, La Guerra de los Vampiros y La Guerra de los Reinos. En total, tenemos aquí nueve números de la serie regular y el especial del Día del cómic gratis de 2019. La primera mitad se centra en traer de vuelta a Drácula, que llevaba tiempo relegado a ser un secundario en la serie de Masacre, y montar una guerra a cuatro bandas entre Vlad de Valquia, los Vengadores, la Guardia de Invierno y la Legión de los No Muertos, un grupo de personajes vampíricos de nueva creación salvo por dos. Uno es la Baronesa Sangre, creada por Ben Raab y John Cassaday a finales de los 90 y que había aparecido en la escasa cantidad de siete tebeos antes de su aparición en esta Guerra. El otro es el Coronel Sombra, un personaje que también tenía ocho apariciones anteriores, pero que no diremos quién es para no reventar la sorpresa a quien se acerque a este tomo sin saberlo. Aunque también es posible que no lo conozca, que aparecía en una serie que no fue precisamente éxito de crítica y público. El caso es que esta historia, que se extiende a lo largo de cuatro números nos cuenta una guerra civil vampírica en terreno ruso, motivo por el que se ven implicada la Guardia de Invierno, y al que se tira de cabeza Blade, motivo por el que van para allá los Vengadores. Cuatro bandos en el que ninguno se lleva bien con los otros tres en una historia en la que todo pasa básicamente porque sí, en la que hay personajes supuestamente interesantes pero están poco más o menos de adorno, y que el twist final tampoco es especialmente interesante. Quizás deje planteado una posibilidad de futuro que puede tener posibilidades, pero lo que tenemos entre manos es una historia ramplona que sólo nos ha hecho sonreír con la presentación del Chico Cosa, un esqueje del Hombre Cosa que lleva en el hombro el Coronel Sombra. Al dibujo tenemos a David Márquez, que cumple pero tampoco es que se pueda lucir mucho en la historia que tiene que contar. Esta historia marca el abandono del dibujante inglés de la editorial.

Sí que hay un punto a destacar en esta primera mitad del tomo, el primer número, en el que Aaron nos cuenta el origen de la primera Puño de Hierro y que nos confirma que lo más interesante de estos primeros tiempos de esta etapa es todo lo relacionado con los Vengadores de la Prehistoria. A ver qué hace con esta trama en el futuro, esperemos que no se quede en una colección de escenas molonas sin trascendencia posterior. Al dibujo tenemos a un Andrea Sorrentino espectacular, pero que prescinde por completo de las habituales masas de negro que solemos ver en su obra.

Pero si La Guerra de los Vampiros no ha resultado especialmente interesante, hay una mala noticia: los tie ins de La Guerra de los Reinos no es precisamente mejor. Uno pensaría que unos tie ins escritos por el mismo autor que la serie central de La Guerra de los Reinos y Thor, la serie de la que sale esa historia,  podría tener chicha… pero la verdad es que no. Todo lo que Aaron tiene que contar de la Guerra lo hace en las dos series principales y aquí se limita a escenas de acción secundarias del evento,  totalmente prescindibles tanto para la comprensión de la historia principal como para nada de lo que ocurre en Vengadores. No ayuda a aumentar el interés el hecho de que estos números estén dibujados por Ed McGuinness, un autor que en tiempos resultaba incluso simpático pero con el tiempo se ha acabado acartonando, siendo sus tebeos una colección de poses rígidas que recuerdan a una versión actualizada de lo peor de los fundadores de Image. Quizás lo más destacable de esta segunda mitad sea la presentación de una nueva versión del Escuadrón Supremo que, una vez más, veremos qué hace con ella.

La Guerra de los Reinos incluye una buena parte del segundo año de los Vengadores de Jason Aaron y sigue sin emocionar. Pero al margen de que las historias gusten o no, que para eso ya están los colores y tal, lo más criticable es que estamos ante una serie que llegando al final de su segundo año sigue presentando constantemente teasers de historias por venir. En particular, la segunda mitad de este tomo nos deja con la sensación de que perfectamente se podría haber titulado “Próximamente”. Le daremos una tercera oportunidad a ver si realmente mejora, pero si se mantiene en este nivel será la última y concluiré con que esta serie no es para mí.