Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Universo Sandman: Los detectives muertos

Universo Sandman: Los detectives muertos
Guion
Pornsak Pichetshote
Dibujo
Jeff Stokely y Javier Rodríguez
Tinta
Craig Taillefer, Jeff Stokely y Javier Rodríguez
Color
Miquel Muerto y Javier Rodríguez
Traducción
Guillermo Ruiz Carreras
Formato
Cartoné. 176 páginas. Color
Precio
24€
Editorial
ECC Ediciones . Marzo 2024
Edición original
Sandman Universe: Dead Boy Detectives #1-6 (DC)

Cuando hablamos de universos compartidos nos referimos, por lo general, a un conjunto de obras de ficción que operan en un mismo entorno, cruzando o no sus historias. Sin embargo, se podría considerar que hay otra forma de universo compartido cuando una creación concreta, como suele ser habitual en los universos de ficción más grandes, pasa por las manos de diferentes creadores. Se trata de un fenómeno completamente separado, que lo acercaría al franquiciado, aunque también aquí habría matices. En cualquier caso, el evento resultante es que creaciones puntuales, que pueden ser de lo más casual y anecdóticas en manos de sus creadores originales, siguen creciendo fuera de las mismas de maneras insospechadas. Los detectives muertos sería un ejemplo perfecto.

Edwin Paine y Charles Rowland toman forma de la mano de Neil Gaiman y Matt Wagner en The Sandman #25, durante la saga Estación de nieblas en 1991. Originalmente, la historia de este par de chavales víctimas del bullying que encuentran la amistad después de la muerte era una especie de intermedio, una historia sin apenas relación con la trama principal para alimentar la tensión del cliffhanger que nos dejaba el número anterior. No obstante, Edwin y Charles caerían en gracia y tendrían un importante papel en La Cruzada de los niños, una especie de evento que tendría lugar entre varias series de la recién creada Vertigo dos años después. Desde entonces, aunque esporádicas, han tenido varias series y los nombres al cargo sí que dan verdadero Vertigo — si me permitís el chiste horrible —. Ed Brubaker, Bryan Talbot, Jill Thompson o Mark Buckingham han sido los encargados de brindarnos las sucesivas aventuras de este dúo y, recientemente, incluso Netflix les ha dedicado su propia serie.

Universo Sandman: Los detectives muertos

No es de extrañar entonces que ECC se haya decidido a sacar Universo Sandman: Los detectives muertos, ya dentro de la iniciativa que en 2018 traía de vuelta los conceptos de Neil Gaiman. Los nombres de sus autores principales no son especialmente sonoros entre el fandom, pero desde hace algunos años vienen desarrollando trabajos que han puesto en ellos los ojos de la crítica. Así, aunque Pornsak Pichetshote ya llevaba años como editor — curiosamente en Vertigo con títulos como We3, Sweet Tooth, Daytripper o The Unwritten — su carrera como escritor es más reciente y comienza a destacar con Infiel. El espaldarazo definitivo de la crítica le llegaría con el premio Eisner en 2022 con The Good Asian, de aparición inminente en España. El dibujante que podríamos llamar titular es Jeff Stokely, conocido por La aguja o Six-Gun Gorilla, con Simon Spurrier, o, más recientemente, por Ludocrats. Aún se le resiste el Eisner a este californiano, aunque fue nominado por La aguja.

Así, a priori el menú resulta bastante suculento y la premisa es cuanto menos curiosa. Edwin y Charles terminarán con sus ectoplasmas en Los Ángeles, donde serán contratados para investigar la desaparición de una joven de ascendencia tailandesa. Poco a poco, la cosa irá subiendo el listón de lo paranormal y, como buena historia de Los detectives muertos, terminará en asuntos de fantasmas, pero esta vez quizá no exactamente como lo que esperan encontrarse. Mae nak, krasue y otros fantasmas y elementos del folclore tailandés serán el hilo de esta historia que gira en torno al choque entre tradiciones y la diversidad cultural.

Universo Sandman: Los detectives muertos

No dejan de ser temas que ya ha tocado antes Pornsak Pichetshote en sus obras anteriores y la verdad es que con más tino que en Universo Sandman: Los detectives muertos. No parece tener claro cuál es el tono de la historia y simultanea la historia ligera a lo Scooby Doo con el gore y el noir con el terror y el drama adolescente. No obstante es como si los distintos géneros nunca llegaran a convivir, pero tampoco aprovecha de lo contrario jugando con los contrastes. Resulta todo un tanto aleatorio y, sumado a un ritmo un tanto irregular, inconexo en ocasiones, y atiborrado de una voz en off omnipresente pero infrautilizada como recurso en cuanto a sus cualidades rítmicas y atmosféricas.

Además Pichetshote diluye el contenido metafórico hasta convertir en texto lo que a priori debería ser el subtexto. El mensaje se llega a comer el relato y la historia queda consecuentemente empobrecida.

Tal vez también todo esto pueda deberse a que los personajes no acaban de enganchar y por eso nunca termina de importarnos del todo lo que nos cuentan, ni la trama amorosa de fondo ni la historia de integración ni la trama de la bruja Tesalia… y tal vez podríamos culpar también de eso a Pichetshote. Sin embargo, hay un momento, hacia el número cuatro donde todo parece empezar a funcionar mejor. Ubicamos mejor a cada personaje en su papel, los momentos de inconexión desaparecen y el tono parece estar más centrado. Es cuando vamos a los créditos, vemos a un tal Javier Rodríguez y todo encaja.

Universo Sandman: Los detectives muertos

No le puedo poner pegas a nivel estético a Jeff Stokely. Su estilo sintético y dinámico es a priori perfecto para lo que nos propone esta historia y Miquel Muerto, como es habitual, está impecable. Sin embargo, aunque Stokely es un dibujante solvente, carece del músculo narrativo necesario para cubrir las flaquezas del guionista y no termina de funcionar.

Hay buenas ideas Universo Sandman: Los detectives muertos, pero no sale airoso en la ejecución y el resultado es un cómic en el que cuesta mantener el interés, que tal vez levanta pasado su ecuador por la inyección medicinal de Javi Rodríguez y hasta puede aguantar más o menos el impulso casi hasta finalizar. Aún así, el tebeo es víctima de su falta de ganchos y anclajes emocionales, demasiado obcecado en lo que quiere que extraigamos de la historia en lugar de cómo conseguir que lleguemos a hacerlo. El resultado es así una premisa llamativa que, por el contrario, nunca llega a conseguir captar el interés.