El primer tomo de los dos en que se recopila la trama completa del mítico crossover de los años ochenta, junto a todas sus secuelas. La última vez que los héroes se encontraron con El Todopoderoso, luchaban por sus vidas… ¡Ahora lo harán para salvaguardar el Universo! Un año después de que los más poderosos seres de la Tierra fueran secuestrados y conducidos a un mundo lejano, El Todopoderoso viaja hasta nuestro planeta, para continuar el estudio de la humanidad y cruzarse en el camino de todos los héroes del Universo Marvel, en un gigantesco crossover que sirve como foto fija de toda una época de La Casa de las Ideas y en el que participaron la práctica totalidad de los autores que en aquel entonces trabajaban en la editorial.

Volvemos a los años ochenta para sumergirnos en la nostalgia de los cómics Marvel de la época, mediante la continuación de ese proto-crossover fundacional llamado Secret Wars. Aunque ya por entonces la opinión generalizada, tanto de lectores como de libreros, era de que su calidad había sido más que discutible, lo que nadie podía negar es que había supuesto un revulsivo para las ventas. Y habiendo dinero de por medio, los de la editorial eran cualquier cosa menos tontos, así que decidieron aprovechar la ola, que aún traía fuerza, para lanzar estas Secret Wars II, más grandes, más largas y… ¿mejores?

Este es otro de los tebeos de los que guardo recuerdos mezclados de mi infancia. Recordaba las páginas de Al Milgrom (El Increíble Hulk, Visión y la Bruja Escarlata) como directamente infames, mientras que los tie-ins de Daredevil, Spiderman y Power Man & Puño de Hierro mantienen gran parte de su vigencia y pegada. Sí, es cierto que el tiempo ha tratado muy mal esta obra: el diseño del Todopoderoso, con los rizos (y parte de la vestimenta) del mejor Michael Jackson, los diálogos imposibles de Jim Shooter y el aberrante dibujo de Milgrom (como entintador es genial, pero no le pidas más) hacen que sea difícil calificar la maxiserie principal como buena. No obstante, las apariciones del Todopoderoso en prácticamente todas las demás series del Universo Marvel de la época dejaron una huella en casi todos sus protagonistas.

En vista de que la impresión que dejaron los héroes y villanos Marvel en el Todopoderoso durante las primeras Secret Wars no fue suficiente, el ser proveniente del Más Allá (su nombre en inglés es Beyonder) se presenta en nuestro universo para aprender más sobre los seres humanos. Este es, quizá, el aspecto más destacable y más logrado de la maxiserie escrita por Jim Shooter: la búsqueda de la completitud por parte del Todopoderoso, un ser que en su dimensión lo era todo, y aquí siente la necesidad de aprender, de realizarse, de amar, de crecer… En resumen, se vuelve humano. Por desgracia, la gente con la que se cruza a su llegada a la Tierra le confunde más que ayuda. Descubre así los aspectos más mezquinos de la humanidad, su sed de destrucción, la venganza, el despecho… Siente también el desamor, la incomprensión, el rechazo y la insatisfacción que a todos nos acechan. El Todopoderoso interactúa tanto con humanos corrientes como con superseres: algunos pretenden ayudarle, otros le temen y quieren destruirle, mientras que otros buscan venganza por lo acontecido en Mundo de Batalla. La relación del Todopoderoso con todas estas personas irá determinando su carácter y la evolución de su personalidad.

Que Jim Shooter (Los Vengadores) no es el mejor guionista es algo que sabemos todos. Querido y odiado a partes iguales, su palmarés como editor no admite discusión: a él le debemos los Uncanny X-Men de Claremont y Byrne, los Cuatro Fantásticos de Byrne, el Daredevil de Frank Miller, el Thor de Walt Simonson y los Vengadores y Spiderman de Roger Stern, así como el estreno de Marvel en el circuito de librerías especializadas con el número 1 de Dazzler y el lanzamiento de la línea Epic, en la que los autores eran propietarios de sus creaciones. Aunque este Secret Wars II estaría editado por Bob Budianski, Shooter se guardaba para sí el rol de co-editor además de escritor, y reemplazó al idealmente propuesto Sal Buscema (Los Defensores, Los Eternos), un valor seguro, por el dibujante de la casa Al Milgrom, que entregaba a tiempo sus páginas, aunque el resultado final fuera bastante mediocre. Shooter fue un gran editor, pero su talento como escritor estaba muy por debajo del necesario para un argumento de esta envergadura. El Todopoderoso crece como personaje a pasos agigantados bajo la batuta de Shooter, pero sus diálogos y el desarrollo de la acción, así como su interacción con los héroes que aparecen, son realmente mejorables. Otra cosa son los numerosos tie-ins que tuvo el evento: a cada número de la maxiserie principal le seguían cuatro o cinco números de otras colecciones, en las que sus protagonistas tenían mayor peso, e interactuaban más directamente con el Todopoderoso. Aquí seguían las directrices de Shooter y Budianski guionistas como Chris Claremont, Mark Gruenwald, Denny O’Neil, Tom DeFalco, Bill Mantlo, Roger Stern, Archie Goodwin, Mike Carlin, Louise Simonson o Walt Simonson, entre otros. Y embellecían sus páginas dibujantes de la talla de Bill Sienkiewicz, John Romita Jr., David Mazzuchelli, Mike Mignola, John Byrne, John Buscema, Paul Chadwick y Rick Leonardi, por nombrar sólo unos cuantos. Podemos decir, por tanto, que en este megacrossover tuvimos la oportunidad de ver el trabajo de la plana mayor de la Marvel de los ochenta, un reparto de lujo para un evento que, a los ojos de hoy, adolece de muchos de los tics de la época, pero que, leído con el debido distanciamiento, es realmente disfrutable.

Como nota negativa, debemos hacer mención a algunas de las traducciones que hemos podido leer en este volumen, y que son manifiestamente mejorables. Entendemos que traducir un libro de estas dimensiones no es tarea fácil, y que la jerga yanqui de hace casi 40 años requiere bastante imaginación para sonar creíble hoy día, pero aquí os dejamos alguna muestra de traducciones que a nosotros nos chirrían bastante, para que juzguéis vosotros mismos:

Dejando este mal menor aparte, estas Secret Wars II recuperan el mejor espíritu ochentero de los cómics Marvel, y representan un magnífico escaparate de las colecciones más punteras de la época, realizadas por los autores más hot del momento. Y de regalo, una aparición estelar del mismísimo Ralph Macchio en uno de los tie-ins de Spiderman. ¿Será el legendario editor en persona?