A finales de 1990, pasado el ecuador de la etapa de Walter Simonson en Los 4 Fantásticos, una estratagema skrull llevaría a pensar que los 4F habían sido eliminados y una selección de héroes de lo más curioso tomaría el manto sin saber muy bien dónde se metían. Walter Simonson y Arthur Adams reunían — casi de casualidad, como se cuenta en el prólogo — a Spiderman, Hulk, Lobezno y el Motorista Fantasma como estos Nuevos Cuatro Fantásticos para una aventura que de alguna manera quedaría grabada para siempre en el corazón de muchos fans.
Es por ello que por más insólita e insostenible en el tiempo que sea esta singular alineación, de uno u otro modo, se las han arreglado para seguir saliendo de vez en cuando a lo largo de la historia Marvel aquí y allá. Sin embargo, lo que no había sucedido nunca es que tuvieran su propia cabecera, como es el caso de Nuevos Cuatro Fantásticos: Camino al infierno, la historia que nos ocupa y que nos brindan Peter David y Alan Robinson.
Nuevos Cuatro Fantásticos: Camino al infierno no deja de ser una de esas series en las que Marvel mantiene a Peter David desde hace más o menos una década, en activo, pero en segundo plano. Si repasamos la carrera de Peter David del último par de lustros nos encontramos varios títulos como Spiderman Simbionte, X-Men Legends, la próxima Joe Fixit o esta misma que nos ocupa ambientadas en distintos momentos del pasado Marvel. Y si no no suceden en el pasado, nos lo llevamos al futuro como en Maestro o Spiderman 2099. La cuestión parece ser mantener al viejo PAD (Peter Allen David) fuera de la continuidad Marvel. Y aunque pudiera ser que la edad y los problemas de salud le hayan pasado cierta factura e incluso sea muy posible que ya no nos dé nada a la altura de su Hulk, quien tuvo retuvo y aún conserva una buena dosis de su ingenio y oficio habitual.
Le acompaña en esta ocasión el chileno Alan Robinson, prácticamente un debutante en Marvel, pero asiduo de los cómics de franquicias como Terminator, Star Wars y Regreso al futuro. Comenzaría a despuntar con V-Wars, la serie de IDW que adaptaría Netflix y hemos podido verlo últimamente en la editorial Ahoy Comics con Penultiman o Planet of the Nerds.
Nuevos Cuatro Fantásticos: Camino al infierno nos lleva de vuelta a Las Vegas, otra de las filias de PAD, tanto en Hulk como en Araña Escarlata o Factor-X. Al fin y al cabo, la ciudad del pecado es el escenario idóneo para el surgimiento de la amenaza demoníaca a la que tendrán que hacer frente nuestros protagonistas. El infierno comenzará apoderándose de los desposeídos de Las Vegas para irse extendiendo a toda la ciudad, ya que está a punto de ocurrir una rara alineación planetaria, que podría tener consecuencias apocalípticas. En medio de todo esto hay un sacerdote que no termina de saber muy bien qué está pasando y que resultará ser una figura clave.
Como es habitual, están aquí también algunas de las señales de marca del guionista de Fort Meade. Tendemos una buena dosis de humor, de afilados diálogos, sus pequeñas trampas de autoconsciencia de guion y un rincón para ciertas pullas de denuncia social. Cierto que es una serie pequeña y que ni el humor llega a ser tan gracioso ni los temas sociales se tratan con la misma agudeza y profundidad de antaño, pero sigue siendo un tebeo francamente divertido de leer.
Quien se lleva la peor parte en este caso es Alan Robinson, que luce un acabado de línea y textura con bastante semejanza al de Arthur Adams (creador gráfico de esta versión de los 4 F) o al de su seguidor Nick Bradshaw (autor de las portadas) o incluso a su compatriota Gabriel Rodríguez. Sin embargo, tanto a nivel narrativo como sobre todo en lo relativo a la anatomía, aún le queda por foguearse. En ocasiones, sobre todo en los escorzos, sus personajes casi llegan a parecer super deformed y hasta de vez en cuando desaparecen sus articulaciones o se mueven de maneras imposibles. Esto lo que genera es, al fin y al cabo, una cierta rigidez, que resta intensidad a los momentos de acción y fluidez de lectura.
Pero me sabe mal terminar con palos esta reseña de Nuevos Cuatro Fantásticos: Camino al infierno. Por más que Peter David no esté a tope de intensidad o Alan Robinson aún tenga que pulirse, la sensación al terminar el tebeo es la de haber leído una historia muy divertida con montones de buenos momentos, que nos enseña que la mejor manera para combatir el mal es el humor.