Peter Allen David (PAD) es perro viejo. Lleva más de 30 años en los cómics y sabe lo que se cuece. Ya no es un superventas, pero sí un autor de reconocido prestigio, con un grupo de lectores fieles que lo siguen allí donde va. En Marvel también lo tienen claro y se preocupan por que tenga su patio de recreo, alejado de los títulos top, donde pueda hacer y deshacer a su antojo. Ahora es el turno de Ben Reilly: Araña Escarlata.
Indudablemente en Marvel algo saben de tebeos y no desaprovecharán una buena ola. Tras la fiebre de revivals ochenteros, llevamos algún tiempo donde los noventa parecen estar de nuevo en el punto de mira. Traer de vuelta a Ben Reilly directo de la tan infame como recordada Saga del clon parecía una buena idea para Dan Slott. De este modo lo teníamos de nuevo en escena en La Conspiración del Clon en la serie principal de Spiderman. Ahora, tras dichos acontecimientos, PAD nos sitúa a Ben Reilly en Las Vegas dando los primeros pasos de una vida nueva y se sirve de que al Reilly de esta saga se le había ido la chola, para mostrarnos un personaje muy distinto del sentido del poder y la responsabilidad Parker.
Olvidaos de sagas y clones si no las habéis leído, porque PAD nos pondrá rápidamente en situación y deja claro que va a hacer SU SERIE. No le pasa nada al teclado, tranquilos. Si pongo las mayúsculas, es porque ya comentamos esa manera tan curioso que Peter David tiene de escribir en Marvel. Es casi como si llevara 30 años escribiendo una sola historia que salta de cabecera en cabecera y cada vez que arranca una nueva, retoma conceptos de las series anteriores.
No os asustéis, Ben Reilly: Araña Escarlata puede ser leída por alguien que no tenga todo este bagaje y David se encargará de que tengas lo que necesitas, pero a los lectores fieles nos dará un extra. Parece tratarse de un extra que disfruta tanto él como nosotros ya que los lectores accedemos a algo más complejo y cocinado a fuego lento y el autor se permite poder seguir explorando todo eso que tiene tanta miga que sacar.
Para un nuevo lector que llega a Araña Escarlata, tendremos al Ben Reilly iniciando esa nueva vida en Las Vegas de un modo mucho menos noble del que asumiríamos en un clon de Peter Parker. Mientras, Kaine, el otro clon Parker perdido y también llamado Araña Escarlata, lo persigue para que responda por sus crímenes.
El viejo seguidor de Peter David lo verá retomar la exploración de la locura de la última etapa de Capitán Marvel, el ladino funcionamiento de esa Las Vegas de la etapa Mr. Fixit en Hulk, la exploración de la muerte que tuvimos en Factor- X y Capitán Marvel, el regreso de algunos conceptos de su etapas anteriores en el trepamuros, una nueva reflexión sobre lo que significa ser un héroe deudora de otras de sus obras y totalmente alejada de los clichés y algunas de esas pequeñas reflexiones que PAD tiene en la cabeza y pone en boca de sus personajes… todo ello aderezado por esos diálogos que son la marca de la casa y que situaron a este escritor de Maryland en el top hace algunos años.
También es cierto que se le notan algo los años y este Ben Reilly: Araña Escarlata no llega a la altura de sus obras magnas como Hulk o Factor-X, pero sin duda supone un repunte con respecto a la última floja etapa de Spiderman 2099. A los conceptos que comentábamos se le une un nuevo reparto y en un momento te montará una trama con varias ramas donde otros habrían necesitado años. Además, con ese humor característico de David se encargará de colar algunas ideas bastante arriesgadas que no es fácil ver planteadas en el cada vez más blanco mundo de los cómics Marvel.
No tan inspirado está el apartado gráfico de la mano de Mark Bagley y Will Sliney. Bagley no está en su mejor momento de forma pero sabemos que aun así, su nombre es garantía de un trabajo como mínimo cumplidor. Tal vez su dibujo es excesivamente serio para la ironía constante de los guiones de David, pero cuando llega Sliney comenzamos a echar mucho de menos a Bagley.
Will Sliney ya acompañaba a Peter David en Spiderman 2099 y aunque quizá podemos observar una cierta evolución, sus carencias siguen ahí. Sliney es muy proclive al uso de software 3D de ayuda, lo cual no deja de ser una herramienta más si se trata de un complemento y no el instrumento que condiciona todo el resultado de tu trabajo. Las poses y expresiones faciales de Sliney son profundamente acartonadas y el uso de las transiciones de este dibujante irlandés es narrativamente torpe. Peter David es un guionista que juega continuamente con el gag, lo que requiere que en muchas ocasiones tiene que forzar la situación y los diálogos. Por eso, necesita un dibujante con un cierto aire desenfadado que ayude a aligerar la rigidez de la estructura del gag. Sliney es tremendamente antiemotivo y esto al final expone los hilos del gag, que es justo lo peor que le puede pasar. La secuela directa de esto es que PAD forzado y afectado. Imaginad una película donde todos los actores son terribles… ¿podríais creeros la historia y los diálogos?
Es una pena que gráficamente no esté a la altura de un Peter David que nos enseña que aún tiene cosas por decir, que tiene todo lo necesario para reconquistar a sus seguidores desencantados y que puede llamar la atención de todos aquellos fans de Spiderman a los que les gustaría ver una versión retorcida y degenerada, pero a la vez atrevida y consistente de su héroe favorito.
