Ay, Nick Spencer, tú antes molabas. Nos prometiste una etapa de Spider-Man memorable. Y sí, la recordaremos, pero me temo que no como a ti te gustaría. Esta décima entrega de la reedición en Marvel Premiere de la serie del trepamuros llega hasta el número 47 americano e incluye un one-shot en el que asistiremos al regreso del Comepecados.
Una de las primeras cosas que hizo Nick Spencer cuando llegó a la cabecera fue anclar a Peter Parker a su esencia más clásica. Lejos quedaron los tiempos de Dan Slott en los que el Cabeza de Red era un trasunto de Tony Stark con su propia empresa multimillonaria e incluso portando un traje de alta tecnología. Borrón y cuenta nueva, dicen.
De hecho, la etapa que nos ocupa empezó de manera prometedora con nuestro querido Pete volviendo a la Universidad (aunque ese aspecto quedó relegado velozmente a una posición terciaria), compartiendo piso, recuperando el noviazgo con MJ… todo muy natural, todo muy ochentero. Incluso había grandes momentos con Bumerang (un roba escenas en toda regla) que evocaron de inmediato esa pequeña joya llamada “Los enemigos superiores de Spider-Man”.
No obstante, parece que al guionista se le acabaron las ideas con la misma velocidad, pues la colección parece destinada a rememorar saga tras saga a historias y eventos del pasado como Matanza Máxima, La última cacería de Kraven o, en estas páginas, el arco del Comepecados, escrito originalmente por Peter David y publicado en 1985.
Pese a todo, la serie siempre se ha dejado leer gracias a la gran habilidad de Nick Spencer para escribir unos diálogos ágiles llenos de chispa. Sin embargo, todo se fue al garete en el momento en que el autor parecía más interesado en sembrar polémica tonta tras polémica tonta recuperando a este o aquel personaje o dosificando con cuentagotas las verdaderas intenciones del “Pariente”, cuya identidad todavía es un misterio pero da bastante miedo intuir por dónde van los tiros.
Ojo, que a partir de aquí habrá algunos pequeños spoilers sobre la trama del Comepecados. Destacar que el villano reaparece por obra y gracia del mencionado Pariente. El one-shot con el que abre volumen nos vuelve a contar un poco la historia original, añade información y posiciona al villano con habilidades remozadas. Siendo sinceros, hay que reconocer que es una buena historia narrada en clave de thriller con un dibujo notable de Guillermo Sanna.
Ahora el Comepecados tiene poderes de categoría mística con los que mata al maleante de turno en primer lugar para, poco después, este resucite libre de maldad y pecado. Veremos cómo funcionan estas habilidades en algunos villanos clásicos del lore marvelita. Esto a todas luces es algo positivo, ¿no creéis?. Pues bien, al trepamuros parece mosquearle, por lo que decide que hay que detener al “purgador” por encima de todas las cosas. A esto añado que la anterior vez que Spidey detuvo al Comepecados limitándose a hincharle a hostias el asunto no terminó muy bien. Que se lo pregunten a Stan Carter si no. Este comportamiento no es propio de un héroe de gran corazón como Peter, es más propio de un sociópata con manías controladoras.
Pese a todo, la forma en que maneja Spencer la nueva andadura del Comepecados tiene cierta gracia al lograr que una ambientación malsana envuelva por completo la serie. Una evolución lógica del oscurantismo que impregnó la historia original hace casi 40 años.
Esta entrega deja la historia sin terminar, así que toca esperar hasta agosto para ver como es rematada. Me entran escalofríos solo de pensar lo mucho que pueden degenerar las ideas de Spencer.
No quiero terminar la reseña sin volver a resaltar el contínuo baile de dibujantes que asola la serie. Desde el mencionado Guillermo Sanna, pasando por Kim Jacinto, el clásico Mark Bagley o Marcelo Ferreira. Muchos nombres, pero al menos de sobrada solvencia. El que no se consuela…