Pues con la tontería llegamos ya a la quinta entrega de Marvel Premiere, dedicada a recuperar de manera íntegra la etapa de Nick Spencer en The Amazing Spider-Man. Hoy toca hablar de la conclusión de “Cazado”, la primera gran saga que el guionista acometió y de la que fue soltando pistas a lo largo de varios meses.
Recapitulando un poco, la cosa está tal que así: Kraven contrató a Supervisor y Hormiga Negra para que capturase a todos los villanos que tuvieran el nombre de algún animal. Los encerró en Central Park para que unos ricachones controlasen drones para darles caza. Por supuesto, Spidey acaba dentro, vistiendo de nuevo el traje negro para evocar grandes eras pasadas como “La última cacería de Kraven”.
Una vez terminada la lectura de “Cazado”, volvemos a lo de siempre con Nick Spencer. Su etapa gestionando las aventuras del trepamuros es un gigantesco sí pero no. Tiene buenas ideas, muchas historias enganchan, pero las resoluciones dejan con el gesto torcido la mayoría de las veces.
Da la sensación de que el guionista no sabe trasladar al procesador de textos lo que tiene en la cabeza, dando como resultado algunas situaciones de apartar la mirada del tebeo por pura vergüenza ajena. En “Cazado”, por supuesto hay más de un momento y de dos que provocan esto.
Para empezar, el plan de Kraven para meter a Spider-Man en medio suena a trillado, a lugar que hemos visitado mil veces con la pobre excusa de que de aquí saldrás como un héroe mejor y más completo. Y vale, Nick Spencer todavía no había escrito su historia definitoria con el personaje, pero ¿hacía falta? Porque la sensación que deja “Cazado” es que ha querido ser más grandilocuente de lo que podía ser en realidad.
Personalmente creo que habría sido mucho más ventajoso optar por una historia divertida sin pretensiones que parte de una idea potente, a imagen y semejanza de lo que hizo Dan Slott con Spider-Island, por ejemplo. Pero no, esta obsesión del escritor por ir creando cada vez una historia más épica, más compleja, con el personaje como si de la JLA de Morrison se tratase, le va a pasar factura más pronto que tarde.
No obstante, prefiero quedarme con lo bueno de “Cazado”. Y es que, pese a todos sus defectos, Nick Spencer es un tipo que dialoga muy bien. Sus guiones son ágiles, tienen ritmo y lo que no se puede negar es que la lectura de esta serie es, por lo menos, un ejercicio muy entretenido de cómic de superhéroes.
Spider-Man es cazado una vez más
En esta resolución de “Cazado”, hay varias perlitas interesantes. Me ha gustado mucho lo bien aprovechada que está la relación de camaradería entre el Supervisor y la Hormiga Negra. La pareja de mercenarios protagoniza algunos de los mejores momentos de la saga. También es destacable la socarronería de Arcade, creo que desde los tiempos de Chris Claremont no veía tan bien escrito a este villano, que se debe a sus “clientes” para ofrecer las experiencias definitivas en los diferentes Mundos Asesinos que ha ido creando.
Por lo demás, hay algunos detalles como la relación de Curt Connors con su hijo, o el empoderamiento del clásico villano Buitre que me han llamado la atención. Como he dicho, pequeñas píldoras que quizás sirvan para evidenciar el potencial de Nick Spencer como guionista, pero que quedan ensombrecidas por decisiones y giros absurdos.
En la parte artística tenemos el habitual maremágnum de dibujantes del que adolece la serie desde el comienzo, y “Cazado” no iba a ser una excepción. En las ciento y pico páginas que tiene este volumen de Marvel Premiere veremos a Chris Bachalo (tan en forma como en sus mejores y mutantes tiempos), Humberto Ramos, Cory Smith, Tyler Crook, Gerardo Sandoval y Ryan Ottley. Un plantel de lujo, aunque contar con una mayor unidad gráfica ayudaría. De todas formas, me temo que esto no será posible mientras Marvel quiera seguir sacando la colección dos o tres veces al mes.
Pese a todo lo expuesto más arriba, me lo paso bien leyendo al Asombroso Spider-Man, así que seguiré a bordo.