Mi primer contacto con Spiderman Noir no fue en los cómics. Cuando Panini sacó la primera serie limitada del personaje a finales de 2009 la dejé pasar, dado que no tenía demasiadas referencias de los autores y el tema de las versiones alternativas de personajes conocidos ya había empezado a cansar un poco más de la cuenta. Pero en 2010 vio la luz el videojuego Spiderman: Shattered Dimensions para la PS3, en que compartían protagonismo el Spiderman tradicional, el Ultimate, el 2099 y la versión Noir de Tierra-90214. Y oye, el personaje molaba mucho. Eso sí, tampoco tuvo demasiado apoyo popular. El personaje tuvo tan solo dos series limitadas, y unas cuantas apariciones en Spiderversos varios. Similar suerte corrió la línea Noir: pasó al olvido tras diez series limitadas publicadas entre 2008 y 2010, salvo en el caso de Spiderman. Ahora, Panini recupera la primera serie de este personaje en un tomo de la línea Marvel Must-Have.

Spiderman Noir es una obra muy en la línea de los Elseworlds de la Distinguida Competencia. No estamos en un mundo que ha cambiado por la modificación de un evento pasado, es la recreación de un Universo Marvel partiendo de cero con unos códigos y una ambientación totalmente diferente. En esta ocasión, guionistas y dibujante nos llevan a la Nueva York de 1933, una ciudad sumida en plena Gran Depresión y con un tejido social totalmente degradado. En esta versión de la Gran Manzana nos encontramos gusanos y putrefacción: los mafiosos que controlan la ciudad se pasean sin esconderse ni disimular. Norman Osborn, un criminal conocido como El Duende, tiene más poder que el poder político y se deja ver como el amo de la ciudad que es, con sus matones Kraven y el Buitre a su lado. Pero no todo es negativo en este entorno: May Parker lucha por los derechos de los desfavorecidos sin hogar, y Ben Urich es una de las pocas personas con un poco de integridad -tampoco demasiada- que quedan. Y, por supuesto, está el sobrino de May, Peter Parker, que se verá convertido en un oscuro luchador contra el crimen en estas páginas.

Quizás el término “noir” no sea del todo correcto. En lugar de la tradicional ambientación del género, entre los años 40 y 50, aquí nos vamos unos cuantos años atrás, al Periodo de Entreguerras, con varios rasgos del pulp que da origen al género superheroico no demasiados años después. Así, nos encontramos con la crítica social que veíamos en los primeros números de Action Comics y el héroe protagonista oscuro que no duda en segar vidas cuando lo estima oportuno, como hacía en sus primeros tiempos Batman. Pero también tenemos características típicas del noir, como la femme fatale o el detective investigador que bordea la línea del alcoholismo (o la cruza directamente), sustituido aquí por un conocido periodista.

Al guion tenemos a David Hine (2000AD, Distrito X/Mutopia, Crossed) trabajando sobre una idea del escritor francés Fabrice Sapolsky. Nos presentan un mundo oscuro (casi negro) en el que los valores tradicionales del género superheroico no están ni remotamente presentes. Este Peter Parker es más amargado aún incluso que el de los tiempos en los que Steve Ditko lo escribía, pero es que además la lección del poder y la responsabilidad tampoco está presente. Ni el respeto por la vida humana, como se aprecia desde la mismísima portada, en la que Spiderman lleva un arma de fuego. Quizás se pueda poner como principal pega a esta obra que intenta ser un poco más oscura de la cuenta, tanto en los diálogos, excesivamente cortantes en algunos momentos, como en la totalmente excesiva muerte del Tío Ben, otro de los puntos fijos en la historia del personaje.

Carmine Di Giandomenico (Flash, Magneto: Testamento)se encarga de todo el arte de este tomo, desde los lápices hasta el color. Es un artista que se prodiga poco para lo que nos gustaría con la calidad que tiene, dando un ambiente sórdido ideal para la obra, complementado a la perfección con una paleta de colores apagados, predominando grises y marrones.

La edición de Panini está en la línea de los demás tomos de la colección Marvel Must-Have, que ya lleva casi un año entre nosotros. A los cuatro cómics originales con sus correspondientes portadas, se añaden artículos de David Hernández, portadas alternativas, el diseño del personaje a cargo de Marco Djurdjevic y la tradicional cronología del personaje.

Que de toda la linea Noir sólo haya sobrevivido Spiderman nos deja claro que era la idea más defendible de todas las planteadas. Y no sólo ha sobrevivido el personaje para los Spiderversos de Dan Slott y compañía. Además de en videojuegos y películas, fue recuperado hace un par de años para una tercera serie limitada de la que ya hablamos aquí. Si además de Spiderman te gustan los entornos oscuros y edgy, Spiderman Noir es una apuesta sobre seguro.