Pero mira que nos gustan las versiones alternativas de los personajes clásicos de toda la vida. Ya sea en los Otros Mundos de DC, en los What If de Marvel o en entornos alternativos de duración limitada como Días del Futuro Pasado o La Era de Apocalipsis, encontrarnos con los héroes y villanos más icónicos con un giro que los haga claramente diferentes pero aún reconocibles es un caramelo para el lector estándar de superhéroes. Por supuesto, también tenemos el futuro de Marvel 2099, del que sólo sobrevivió su Spiderman particular. Y de la misma forma que en 2099 miramos hacia el futuro, la línea Marvel Noir miraba hacia el pasado. Y del mismo modo que ocurrió con 2099, de la corta duración de la línea Noir sólo sobrevivió Spiderman. Quizás en este caso tuviera algo que ver también sus apariciones en videojuegos y en la película Spiderman: Un Nuevo Universo, pero Spiderman Noir ha vuelto a las viñetas en Crepúsculo en Babilonia, su tercera serie limitada que ahora edita Panini en un tomo como perfecto acompañamiento al Omnibus con todas sus apariciones previas que vio la luz hace unos meses.
Se suponía que la línea Marvel Noir presentaría versiones de los héroes actuales de Marvel en los años 30, en una ambientación, como su propio nombre indica, noir. Pero aunque la estética de Crepúsculo en Babilonia sigue en una línea muy similar a las series dibujadas por Carmine DiGiandomenico hace más de una década, temáticamente se aleja muchísimo del cine negro. En esta nueva entrega, la relación del Spiderman Noir con las personas de su entorno es mucho más saludable y el ambiente de crimen y bajos fondos prácticamente desaparece. Este Peter Parker empieza investigando el asesinato de Holly Babson, una camarera del club de la Gata Negra, que tiene un collar con una joya muy antigua con forma de cigarra en sus manos muertas. Siguiendo las pistas llegará a Inglaterra, de ahí se irá a Italia, Alemania, Turquía, tendrá enfrentamientos con nazis, con matones más duros que una piedra, con seres cuyo poder escapan a sus posibilidades… A ver, que se llamará noir, pero de género negro esta historia tiene más bien poquito. Estamos ante una historia de aventuras pulp, inspirada de una forma nada disimulada en las películas de Indiana Jones, a la que se da color Marvel con la presencia de personajes clásicos de la editorial haciendo cameos poco o nada disimulados y villanos arácnidos varios.
La gran estrella de esta tercera serie de Spiderman Noir es, sin duda, el dibujo de Juan Ferreyra. Mientras que el guion de Margaret Stohl no pasa de correcto y quizás con un exceso de texto en los diálogos -cosa que suele ocurrir con los novelistas metidos a guionista de cómic-, el dibujo del artista argentino es, sin ningún tipo de duda, espectacular. Tiene un dinamismo brutal en las escenas de acción, visualmente es espectacular, presenta unos diseños de las recreaciones de los personajes del Universo 616 alucinantes -en serio, ese Electro steampunk es brutal-, tiene unas composiciones de página inusuales en algunos momentos pero que no dificultan la lectura, y utiliza una paleta de color -es artista completo en este tomo- centrada en blanco, negro y rojo, que hace pensar en algunos momentos en películas en blanco y negro de la época en la que está ambientada esta obra. Si acaso, se le podría criticar el exceso de dobles splash, que aunque en la grapa original puede que no supusieran un problema, en el tomo recopilatorio no permite que la lectura del centro sea óptima.
Crepúsculo en Babilonia es una serie razonablemente disfrutable. Aunque la historia no huela el noir del título por ningún lado, funciona muy bien como una excusa palomitera para el lucimiento del dibujante, que aprovecha la oportunidad y nos presenta un trabajo con momentos en los que babear. Todo seguidor de Juan Ferreyra debería contar con este tomo en su estantería.
