En julio del año 2000 se estrenó la primera película de los X-Men dirigida por Bryan Singer. Su primera escena quedó grabada a fuego para la posteridad. En ella veíamos cómo los nazis separaban al joven Erik de su familia en un campo de concentración. Ese traumático incidente provocó que se manifestasen sus poderes mutantes por vez primera. La escena del joven Magneto en un momento tan definitorio de su vida bien pudo servir para sembrar la semilla del cómic que hoy tenemos entre manos.

Magneto: Testamento fue publicada originalmente como miniserie de cinco números en 2009. En España hemos disfrutado de hasta tres ediciones: la primera en el clásico formato 100% Marvel en rústica, una muy lujosa en cartoné con encuadernación holandesa y cinta de lectura y ahora nos llega dentro de la línea Must-Have, siendo este uno de los títulos que más se han ganado este nombre.

Sorprende que el guionista sea Greg Pak, autor de tebeos marvelitas como Planeta Hulk o tebeos de “franquicia” del estilo de Serenity o John Wick. El escritor realiza aquí el que es, sin duda alguna, el mejor trabajo de su carrera. La delicadeza, el trato exquisito, la sutileza y las múltiples capas del texto nos atrapan de tal forma que no podremos librarnos hasta finalizar la lectura de este Testamento de Magneto.

Magneto: Testamento. Realidad y ficción de la mano

Huelga decir que no estamos ante un tebeo de superhéroes. Sí, el prota es Max, un adolescente que algún día acabará siendo Magneto. Sí, hay un par de momentos en los que se puede intuir el uso de unos poderes cuya posesión desconoce. Pero ya está. La miniserie bien podría estar protagonizada por uno de los millones de niños que tuvieron que sufrir la tragedia nazi. Así pues, esta obra sirve como documento para que no olvidemos uno de los pasajes más oscuros de la historia moderna de la humanidad y como alegato de lo que aquí narrado no debe volver a repetirse.

La historia que nos regala Pak mezclará la trayectoria de Max y su familia con la historia real de Alemania. Comenzando en 1935 con la aprobación de las leyes raciales de Nuremberg, pasando por la noche de los cristales rotos hasta la implantación de los campos de exterminio con Auschwitz a la cabeza.

Mucha gente insiste en comparar Magneto: Testamento con Maus, de Art Spiegelman. Honestamente me parece una comparación injusta, pues el único nexo común es el marco en el que se desarrolla la historia. El tebeo de Marvel va por otros derroteros y personalmente no creo que trate de emular al único cómic que ha ganado el premio Pulitzer en toda su historia.

Lo que sí es cierto es que este cómic es diferente a todo lo que ha publicado Marvel. El tono eminentemente adulto de la historia, la crudeza y el realismo con el que es contada sin edulcorar los hechos. Por lo tanto, que nadie espere que la situación sea salvada in extremis por el Capitán América y los Invasores. No, la familia de Max, así como las de casi cada persona que conoce en el mundo no tendrán tanta suerte. Lo que sí hay, y reivindica Magneto: Testamento, es a los héroes sin capa. Aquellos seres humanos que fueron tachados de raza inferior inconmensurable y que resistieron todos los horrores que les echaron encima como humanamente pudieron. Este tebeo es para ellos.

El dibujo lo firma Carmine Di Giandomenico. El artista italiano realiza un trabajo soberbio mostrando toda la crueldad que el texto requiere, usando como vehículo todo un catálogo de expresiones faciales. Me ha gustado especialmente cómo plasma unos personajes cuyas miradas de incomprensión ante la injusticia que están viviendo calan profundamente al lector. Para completar el arte tenemos la paleta de color de Matt Hollingsworth, donde predominan los tonos oscuros y apagados como no podría ser de otra forma.

Terminando la parte gráfica, me parecen muy destacables las fantásticas portadas de Marko Djurjevic, donde el blanco y negro se combina con pequeñas manchas de color rojo, retrotrayéndonos de inmediato a una de las escenas más recordadas de la triste y monumental película “Schindler’s List” de Steven Spielberg.

La edición de Magneto: Testamento se completa con una bibliografía consultada por Greg Pak para confeccionar el guion, un epílogo firmado por Stan Lee y una historia corta dibujada por Neal Adams y entintada por Joe Kubert centrada en una pintura y basada también en hechos reales. Finalmente, como todo cómic de la línea Must-Have, este Magneto: Testamento incluye también numerosos artículos sobre los autores, contexto de la obra y demás.

En resumidas cuentas, Magneto: Testamento no es tan solo uno de los mejores tebeos mutantes, sino que también es una de las obras más imprescindibles de cuantas ha publicado Marvel Comics en sus 80 años de historia.