Es la hora de las tortas!!!

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Marvel Facsímil: The New Mutants 98

Marvel Facsímil: The New Mutants 98
Guion
Fabian Nicieza
Dibujo
Rob Liefeld
Color
Steve Buccellato
Formato
Grapa con tapa semirrígida, 32 páginas
Precio
3,95 EUR
Editorial
Panini Comics. 2018
Edición original
The New Mutants 98 USA

¡El debut de Masacre, en una edición de coleccionista que no puedes dejar escapar! Descubre el nacimiento del Mercenario Bocazas, de la mano del niño terrible del cómic americano, Rob Liefeld. Con todos los secretos que necesitas conocer.

Hace ya 29 años que Masacre, el asesino más lenguaraz de todos, hizo su primera aparición en las páginas de The New Mutants 98. Fecha de portada febrero de 1991, para ser exactos. El personaje ha sufrido una serie de altibajos desde entonces, con varias miniseries, colecciones regulares que empezaban y terminaban a merced de las ventas, y varios team-ups, el más recordado de todos ellos con Cable, quien fuera líder de Los Nuevos Mutantes en el momento de su primera aparición, y a quien habían enviado a matar, evidentemente sin éxito. El éxito lo obtuvo, no obstante, en el ámbito editorial. El guionista y co-creador del personaje, Fabian Nicieza (Heroes Reborn: El regreso, Cable: Sangre y metal), afirmaba que tras la aparición del personaje llegaron a recibir en la redacción hasta 7 veces más correo del habitual, en su mayoría requiriendo más apariciones de Masacre. Ojo, que también llegaban muchas cartas felicitando a Marvel por la excelente labor a los lápices de Rob Liefeld. Eran los noventa, una fiebre que había que pasar.

The New Mutants 98

Masacre fue concebido como un villano para los Nuevos Mutantes, y en especial para su líder, Cable. De Cable poco se sabía por entonces, salvo que era un viajero del tiempo proveniente del futuro; todo su trasfondo como hijo de Scott Summers y Maddy Pryor fue añadido posteriormente. En resumen, fue creado por Louise Simonson (Kaos y Lobezno: Fusión) y Rob Liefeld con el objetivo de MOLAR. Lo mismo se aplica a Masacre: todo en él apunta alto en la escala de comomolismo. Su traje rojo y negro, heredero de los de Spiderman y Deathstroke; su abundante armamento, que incluye espadas (a veces una, a veces dos, a veces ninguna, depende de la atención que preste Liefeld al raccord) y rifles enormes que nadie sabe dónde los lleva guardados; sus bocadillos de texto, con esos bordes coloreados (en sus primeras apariciones, sus textos tenían el fondo blanco, posteriormente se cambiaron a amarillo)… y su verborrea incansable. Era la antítesis del asesino silencioso, el ninja callado que te ataca a traición y del cual no puedes escapar, como los pedos de los ascensores. A Masacre la frase que más le decían sus víctimas era “mátame ya pero cállate de una vez”, seguramente.

El caso es que esta primera aparición de Masacre, pese a fracasar estrepitosamente en su cometido gracias a la oportuna aparición de Dominó (bueno, tampoco era ella, estaba siendo suplantada por la mutante Copycat, pero entonces nadie lo sabía y ahora tampoco viene al caso), sentó las bases para el futuro éxito del personaje, como atestiguan las cartas de los lectores recibidas en la redacción de Marvel Comics y publicadas en el correo de The New Mutants 99, traducidas y reproducidas como complemento de este tebeo. Otros de los complementos que incluye esta edición facsímil de Panini Comics son el Stan Soapbox de Stan Lee (un breve artículo donde habla de dos próximos lanzamientos de la editorial: Nightcat y El Vengador Tóxico), un relato humorístico donde el equipo editorial se disculpa por la desaparición del Bullpen Bulletin del número de diciembre de 1990, y un artículo de Julián Clemente sobre la creación de Masacre y las razones que llevaron a Louise Simonson a dejar la colección de The New Mutants (básicamente, porque el editor Bob Harras vio que la colección vendía más gracias a Rob Liefeld que a ella).

The New Mutants 98

Como cómic en sí, este The New Mutants 98 es bastante prescindible. Rob Liefeld dibuja con su habitual desdén por las más básicas nociones de anatomía, continuidad o narrativa, por no hablar de su incapacidad para dibujar fondos. Carente de todo formación reglada, Liefeld aprendió a dibujar copiando poses de otros dibujantes, y eso se nota en sus páginas. No obstante, el mérito de este tebeo es el de haber introducido en el Universo Marvel a un par de nuevos personajes que han dado mucho de lo que hablar años después: Masacre y Dominó. Sólo por eso ya es un cómic a reinvidicar. Pero por eso y ya, ¿eh? Nada más.