Tengo que reconocer que estoy bastante desconectado de la actualidad del Universo DC. Desde que Scott Snyder empezó a enmarañar la continuidad con sus Metal, Death Metal y similares, he ido abandonando la casa de Superman y Batman de manera paulatina. Tanto, que ahora mismo solo sigo Nightwing de Tom Taylor y Bruno Redondo. Por eso encontrarme con una obra fuera de continuidad (un Elseworlds de los de antes, vaya) protagonizada por la Liga de la Justicia y escrita por Chip Zdarsky ha supuesto una oportunidad demasiado jugosa como para dejarla pasar.

Liga de la Justicia: El último viaje es una miniserie de siete números (una duración poco convencional) que nos presenta una premisa atractiva: El súper grupo de DC disuelto desde hace años (debido a un conflicto que se nos irá desvelando poco a poco), que debe reunirse con la finalidad de escoltar a Lobo hasta que sea juzgado en Oa por haber asesinado a los Nuevos Dioses, casi nada.

El último viaje. Crepúsculo y amanecer de la Liga de la Justicia

Antes de meternos en faena recapitulemos. Tenemos a Chip Zdarsky, guionista que me ha encantado en Sex Criminals (aunque ahí solo dibujaba), en Stillwater, en Invasores y en Daredevil. Tenemos una historia que no depende de ninguna trama y que empieza y acaba dejando todo bien atado. Para rematar contamos con un personaje tan carismático como Lobo y un dibujante espectacular como es (el habitual de DC) Miguel Mendonça.

Con estos mimbres, ¿qué puede salir mal? Pues todo y nada. Nada porque estamos ante un tebeo de la Liga de la Justicia impecable en el aspecto formal. Está bien escrito (tras leerlo me llena de curiosidad saber qué hará Zdarsky con Batman), con una trama que engancha desde el primer momento, provocando que te leas el tebeo de una sentada.

Hasta aquí todo correcto. Lo que sucede es que tras acabarlo tengo la amarga sensación de que el tebeo podría haber sido todavía mejor siendo el escritor quien es. El bueno de Chip afronta el guion de Liga de la Justicia: El último viaje con el piloto automático encendido, reduciendo a los principales miembros de JLA (Batman, Superman, Wonder Woman y Flash) a sus rasgos más básicos e icónicos. Esto de por sí no es malo, pero uno ya está un tanto cansado de leer al Señor de la noche como un héroe desconfiado y metódico, al boy scout de América que se exige demasiado a sí mismo, al velocista escarlata más chafardero que nunca o a una reina de las amazonas tildada de guerrera pura y dura.

No obstante, una vez superado esto y teniendo claro los juguetes que toma prestados Chip Zdarsky por un rato, nos toca disfrutar de toda una montaña rusa de emociones plagada de batallas más grandes que la propia vida, situaciones salvadas in extremis, héroes invitados y villanos más poderosos que nunca que asemejan a esta historia de la Liga de la Justicia al mejor de los blockbusters veraniegos.

El escritor tiene la habilidad para manejar con mano firme un tempo narrativo que alterna con eficacia las escenas en las que nuestros héroes cumplen con su misión, con una serie de flashbacks que pueden llegar a helar la sangre y que sirven para contextualizar el punto del que parten los iconos de DC al comienzo de esta miniserie.

Sobra decir que estamos ante un tebeo divertido y espectacular que podrá disfrutar cualquier aficionado a los cómics de superhéroes gracias a que Zdarsky te cuenta lo que necesitas saber. Nada más y nada menos.

Ahora bien, si se lee con atención este último viaje de la Liga de la Justicia, se apreciará también una bonita reflexión sobre la amistad y la importancia que tiene dentro de esta el perdón o la redención. Es en los momentos más emotivos e introspectivos (que son un par contados) donde el autor enseña su mejor versión.

Esta historia efectiva está rematada por el excelente dibujo de Miguel Medonça que se curra unas páginas de infarto, cuya narración precisa y detallada le sienta como un guante a un tebeo en el que pasan tantas cosas como este.

En definitiva, si quieres pasar un buen rato con una lectura agradable, estoy seguro que Liga de la Justicia: El último viaje no te defraudará.