¿Qué tendrán los Invasores como grupo que siempre acaban regresando? La formación creada por Roy Thomas y Sal Buscema en los años sesenta para el número 71 de The Avengers, fue uno de los primeros ejercicios de retrocontinuidad que se vieron en La casa de las ideas. El concepto de un grupo de superhéroes formado en los años 40 para ayudar a los aliados en la Segunda Guerra Mundial (y que no dejaba de ser una actualización del All Winners Squad) es tan potente que difícilmente Marvel lo va ha dejar guardado en un cajón durante mucho tiempo.
Ya en la primigenia Timely Comics pudimos ver cómo Namor y la Antorcha Humana original formaban equipo contra los nazis (algunos de esos tebeos fueron recopilados recientemente en el primer volumen de la antología Décadas). Desde entonces muchas han sido las encarnaciones: la más longeva de Roy Thomas en los setenta y ochenta, una muy olvidable Nuevos Invasores de Chuck Austen a principios de siglo, otra con el mismo título de James Robinson (al amparo de All New Marvel Now)… Y ahora contamos con Chip Zdarsky para narrarnos nuevas peripecias de estos personajes.
Chip Zdarsky ya lleva un tiempo labrándose un nombre. Además, estamos viendo una clara evolución en el tono de las historias que afronta. Ha pasado de series de marcado tono humorístico como Howard el pato o Peter Parker: El Espectacular Spider-Man, a obras mucho más serias como su aclamada etapa actual en Daredevil o estos Invasores, serie que desde ya os digo que se encuentra entre lo mejorcito que edita Marvel Comics actualmente. Ahora bien, los Invasores de Zdarsky aunque pueden leerse directamente, arrancan de los hechos contados por Jason Aaron en sus Vengadores.
Si no estáis leyendo la actual colección de Los Vengadores (error que deberíais subsanar), os cuento que en sus páginas hemos visto cómo Namor se ha vuelto más radical que nunca, habiendo proclamado su dominio absoluto sobre los océanos de la Tierra. Por otro lado, ha reunido a un grupo de villanos formado por Tiburón Tigre y Orca, entre otros, a los que ha llamado Defensores de las profundidades. Sin olvidar, claro está, que ya ha atacado embarcaciones de humanos acabando con las vidas de sus tripulantes.
El nexo de Namor con sus antiguos compañeros de armas en esta nueva colección, viene dado porque Jim Hammond está escribiendo un libro sobre las peripecias de los Invasores. Con este libro (además de ganarse unas perras), pretende también apelar al corazón y a la conciencia del Rey de los mares. Zdarsky nos muestra al Atlante más poderoso que nunca, luciendo unos nuevos poderes que, aunque lejos de otorgarle el nivel que tuvo gracias a la Fuerza Fénix en VVSX, lo hacen más peligroso. Unas habilidades que supongo nos explicaran cómo las ha obtenido a su debido tiempo. Un Namor poderoso, pero también un Namor muy humano gracias a los flashbacks donde vemos cómo tenía lazos con soldados corrientes y molientes, especialmente con un chaval que bien podría decirse que era su propio Bucky o Toro.
El guionista emula a la perfección a Roy Thomas a la hora de rellenar huecos en la continuidad del personaje. Nos da nuevos detalles de su etapa con amnesia y sabremos qué hizo durante muchos de sus años fuera del radar. Del mismo modo nos contará una relación con un personaje bien conocido o los lazos que le unen con la comunidad mutante, pues siempre se ha dicho que Namor es el primer Homo Superior. Zdarsky realiza un trabajo soberbio, muy psicológico, sobre todo porque se toma su tiempo para ir narrando la historia sin ninguna prisa. Sabe tratar la amenaza que supone el personaje en su justa medida, como se veía desde sus primeras apariciones en Los 4 Fantásticos en los años 60, o en el malogrado crossover de Atlantis Ataca.
Pero ojo, que estos Invasores están más más cerca del Capitán América de Ed Brubaker, que de los citados Vengadores de Jason Aaron. La trama está teñida de thriller, serie negra, espionaje. El escritor saca provecho de los personajes que tiene para jugar, sobre todo de Bucky, cuyas habilidades de infiltración serán definitivas. Asimismo, no menos importante será Steve Rogers, representado una vez más como el faro de esperanza al que debería seguir cualquier personaje que pueble el Universo Marvel. No obstante, su caracterización languidece un poco en comparación con la del resto de personajes.
El único problema que le veo a esta nueva cabecera es a la vez su mayor virtud. Y ello porque la idea de partida está tan bien definida, y es tan potente, que no puede (o no debe) ser estirada durante demasiado tiempo. Esto es así: estos personajes se han vuelto a reunir para detener la escalada de violencia de Namor. Más allá de eso, es posible que no tenga mucho sentido seguir adelante. Al parecer esto no será un problema, porque mientras preparaba esta reseña he leído que la serie terminará en su número doce. Lejos de lamentarme (como me ha pasado en el caso de X-Force o de Señor y Señora X), me alegraré porque me queda la certeza de que estará bien rematada.
En lo referente al dibujo, Los Invasores cuentan con Carlos Magno (dibujante habitual de cómics de franquicias) para las escenas situadas en la actualidad, y con el veterano Jackson Guice para los flashbacks. Una dupla de autores realmente solventes que realizan un gran trabajo complementándose entre ellos.
Muchas ganas de ver como sigue la cosa.